Hace décadas que somos ricos y que ya nadie se muere de hambre por estos pagos. Aún así no vienen mal las propuestas económicas que han preparado para Recetania las dos Glotonias. Sí, Glotonias, con A. No, no son nuestras novias —ojalá lo fueran—, sólo son nuestras dos musas. Se llaman Na y Su, unas artistas benditas que nos ayudan en el gobierno de nuestros dos blogs del carajo.
Con lo que ellas proponen no hay por qué rascarse en demasía el bolsillo. Ambas son, como decíamos, unos verdaderos ángeles, aunque, para ser precisos, deberíamos decir "ángelas", ya que ellas sexo sí que tienen.
La cacareada crisis económica, al igual que las cuestiones ecológicas y las averías en la segadora de césped o en la conexión de Internet al ordenador, es un problema de ricos. ¿De qué nos quejamos? Somos ricos. Por eso nos pasa. La mayor parte de la humanidad no tiene problemas con la batería del móvil. Un teléfono, ¿qué es eso?, se preguntan los pigmeos y los bathusis, mientras apuntan con escopetas de madera a los aviones que surcan el cielo de la selva. Ta, ta, ta, ta... disparan sin pólvora, sin cartuchos, sin nada, a ese avión que te lleva a Mallorca. Con una bolsa del Corte Inglés que les trajo el pasado martes el viento — esa misma bolsa que transportó tu último bañador—, son capaces de erigir una catedral enorme en mitad del bosque. Caben todos y todas dentro, y al atardecer, juegan allí al escondite hasta que la luna llega a lo más alto. Los primeros viernes de cada mes, incluso juegan al bingo, con los huesos de mono secados al sol como fichas. Y se ríen. Y se descojonan de tí; y de tus cuitas.
Nos cansamos ya de ciertos libros de cocina de postín y de algunos chef gritones, que agitando la carraca de sus tratados gastrosóficos para memos integrales, nos aburren con sus idearios de tonta cocina apostólica y marciana.
Soportamos a duras penas el incesante aporreo sobre el portón de nuestras mazmorras para vendernos la Torah culinaria en fascículos. Sí, amigos, nos dan la murga con todas estas mandangas -por correo, tierra, mar y aire-, y estamos hasta los mismísimos cojoncios de aguantar toda esta plasta de vaca.
Ya hemos dicho en alguna ocasión que estamos haciendo cinco documentales con cinco grandes cocineros vascos. Cada vez que terminamos una de esas pelis, se la presentamos en pase privado a los propios cocineros protagonistas, tal y como lo hicimos en su día con Hilario Arbelaitz, del Zuberoa, de Oiartzun. Hoy tocaba Pedro Subijana, del Akelarre donostiarra. Un tres estrellas que merece diez, si es que cocina siempre como la última vez que nos dio de comer. Una vez más, también hoy las piernas me temblaban, tal y como me sucedía en aquel Bachillerato del Neolítico cada vez que tenía que presentarme al examen final de griego, de mates o de lo que fuera.
El autor del texto de hoy es tan fácil de adivinar que no ofrecemos ni una sola pista. En cambio, reconocemos que el de la semana pasada era harina de otro costal: Osamu Dazai.
Se acabó lo poco que se daba
Es cierto: somos unos pelmas con el tema del tomate, pero qué queréis, cada cual tiene en este mundo su propia monarquía y para nosotros, el tomate es el Rey en temporada de verano. La cuestión es que ahora esto se acabó.
Tras un verano nefasto para el más grande de lo glotonios, el otro se ha defendido como ha podido con la cosecha, aunque al final ha de reconocer que han sido menos de los esperados los ejemplares que han llegado sin mácula a su madurez. Por lo visto, este año sólo el tomate "bajo plástico" ha sido el que ha salido adelante, aunque dicen las malas lenguas que lo han catado, que, para el poco sabor que tenían, daba igual que se hubieran suicidado.
No ha habido tomates DECENTES en casi ningún lugar. +
Meryl, amor, déjate de historias, agarra y parte el pan con gusto. Has de notar cómo cruje. Huélelo. Pruébalo. Mastica, traga y cómetelo. Es para ti.
Rebobina, tiempo exacto en el horno, temperatura precisa, masa de panadero, harina, agua, sal y levadura, campesinos con abrigo en tiempo de siembra y con sombrero de paja en el de cosecha, molino, trigo y semilla, minerales en la tierra que las lombrices sin proponérselo orean, malvices, perdices y codornices que a estas últimas acechan, amapolas, liebres y conejos que aceleran su paso cuando en lo alto del cielo alguna rapaz grande atisban, búhos y mochuelos cuando la luz ceja, ratones y lagartijas, el humo de los rastrojos que ciega la carretera, no cierres la ventanilla, huélelo, siente y goza.
Si queréis probar un pan irrepetible -de bueno-, parad en Pelayo, subiendo de Algeciras hacia Tarifa, a la derecha +
Me ha ocurrido que a un precioso vídeo de huellas rodado por una mujer misteriosa en la playa, le encontré letra adecuada en el blog de Juan Luis Seisdedos.
Activa nuestro vídeo, luego pincha acá y alegrarás un instante tu mañana sin comerlo ni beberlo (cero calorías y un plus de vitalidad hasta que llegue la hora de tu almuerzo o cena).
No conozco a Juan Luis, pero lo vigilo desde hace mucho tiempo. Su bitácora es tímida, delicada, quebradiza, hermosa, adictiva y verdadera como el pastel ruso «Marcos», made in Alfaro (un saludo desde acá a Chiquito, que nos suele mandar desde allá melocotones, tomaticos y demás primores de la huerta riojana y nos cría unas terneras bien majas -dicen los que tuvieron la suerte de probarlas que guisadas están de toma pan y moja-).
Mila esker, glotonios. El gusto es mío. Un abrazo, Juan Luis Seisdedos » +
He de confesar que no conozco sus obras y milagros, que estoy lleno de prejuicios y que, seguramente, seré injusto con el comentario de hoy, pero no puedo evitar hablar de un patán singular, de un cocinero con ínfulas de Dios, que se entromete una y otra vez en mi buzón de correos. Estaba avisado: el que siembra vientos, recoge tormentas, digo, tempestades.
Todo comenzó hace cuatro o cinco años, cuando empecé a recibir en mi buzón de correo electrónico una serie de escritos que me daban vergüenza ajena y me ruborizaban nada más verlos. Eran unos textos del todo esnob, de muy mal gusto, de un quiero y no puedo descomunal. Más que eso, eran poemitas cursis con ilustraciones horteras de flores a la manera neohippie. Intelectual y estéticamente horrorosos, vamos.
Conservas El Navarrico está en San Adrián, Navarra, y entre otras golosinas, envasan unos pimientos del cristal que están para chuparse los dedos. Es tan sencillo como abrir el tarro, repartir los pimientos en una bandeja e introducirla unos segundos en el horno microondas, para infiltrarles un puntico de calor. Que templen.
Una vez en la mesa aliñarlos con un buen aceite de oliva virgen extra (el que tengo en casa es Assut, que lo elabora la familia Sagarra, vaya joya, señora), unas gotas de venerable y anciano vinagre de Jerez de Emilio Lustau 25 años y una pizca de sal (Añana) y el cohete que se forma le transporta a uno hasta una especie de empalme sesuál.
El pimiento está meloso, casi da la sensación de estar saboreando una pieza gelatinosa de buey de la sabrosura con la que uno tropieza a cada tarisco.
Parece que todos los festivales de cine importantes del mondo mondiale necesitan programar su ración de filmes jondos insoportables, comprometidos socialmente, como las viejas baladas de María Ostiz.
Pelis que han de interpretar, obviously, nutrida panda de críos puteados que no tengan donde caerse muertos, con insaciables ganas de vivir, eso sí (volando voy a la Sala2, me sirve Coca-Cola en vaso gigante, mireusté, tres Kit-Kat y bolsa de Risketos sabor ranchero).
Me encanta el video, eres genial David, te voy a lanzar una opa. Cuando quiebren las quiebras, te compraré. » +
Hoy os traemos un texto que habla de la relatividad de las buenas maneras en la mesa. De autor asiático. (El del pasado domingo era, efectivamente, Eduardo Galeano).
"La forma de comer de mamá se suele apartar un poco de la habitual en la mesa. Cuando hay pollo, mientras nosotros nos esforzamos por separar la carne sin hacer ruido con el cubierto en el plato, ella levanta con naturalidad el hueso y mordisquea la carne. Forma tan poco civilizada de comer parece encantadora en mamá, y aún un poco erótica, por lo que puede decirse que las personas genuinas son distintas."
Nos llega la noticia de que la editorial Tropos ha reeditado el libro ilustrado de Roland Topor, "La cocina caníbal" y que próximamente estará en las librerías. Quienes ya vais avanzando en edad, os acordaréis de las magníficas viñetas que publicó este autor francés en aquella recordada publicación que se llamaba "Hermano Lobo". Roland Topor fue, sin duda, uno de los más ácidos dibujantes que ha dado Francia. Mezclaba surrealismo con crítica social, bestialidad con finura... Pero, además de ser un gran dibujante, tenía buena pluma, el condenado. Como muestra basten los textos promocionales que ha enviado la editorial. Se titulan "Inocente en apuros" y "Agente de seguros en su póliza":
El primero: "Coja a un inocente en apuros, desnúdelo, pisotéelo, dele patadas, mátelo, córtelo en trozos de un mismo grosor y métalo en la olla con un gran trozo de mantequilla, sal, pimienta, especias, chalotes y perejil picado. Déjelo freír un tiempo, añada un trago de vino blanco y un poco de caldo. Cuando el inocente empiece a hervir, retírelo del fuego y sírvalo sobre un mantel bien apurado. Cómalo discretamente mientras habla de otra persona".
Reconozco que desde que arranqué las tomateras papeo ensaladas multicolores llegadas desde diversos puntos de la estepa. Nuestros lectores, además de sabios, son generosos y se preocupan por la buena alimentación del glotonio gordo, enviando a su guarida diversas variedades de pomodoros en su mejor sazón.
Primero llamaron a mi puerta los tomates de Gregori, cultivados en las marismas irunesas por Josetxo, hortelano de postín. Son ejemplares seleccionados en su especie, criados sin plástico al aire libre, expuestos a tormentas, ventoleras, lluvias, pedrisco, rayos, truenos, chicharra y a los amigos de lo ajeno (profanar acá una huerta que no es propia se castiga con pena de destierro, acompañamos al vil caco a pie hasta la mismísima boca del infierno).
Olas en el Paseo Nuevo
Siempre me ha gustado el cuento del siervo aquel que se encontró con la extraña cara de la Muerte en un mercado de Bagdad y pidió con súplica un caballo a su amo, para huir raudo del lugar, claro. Quería salir de allí cuanto antes y dirigirse a Islamabad; y llegar a esa lejana ciudad a la caída del sol, pues le había producido una profunda impresión ver a la Muerte con aquella cara tan amenazante. El amo, generoso, le ofreció el caballo y luego, una vez que hubo visto huir en estampida a su siervo, fue él mismo a dar una vuelta por el mercado. Como no podía ser de otra manera —pues para eso se inventan los cuentos—, también se encontró con la Señora Muerte.
Allá donde brota la vida hay un chef al quite, con su cuchillo al cinto. Y las cocinas no son más que salas de autopsia a las que llegan ejemplares de todo tipo para su desguace.
Dice mi hermana Elena que en los fogones todo es muerte, víscera y cadáveres en plena descomposición y que no somos más que asesinos sanguinarios, pues nos pirran los fetos, la sangre, el cuajo y los cuerpos mutilados que tengan posibilidades en la olla: tendones, patas, pies, manos, cabezas, colas, tripas, sesadas, morros, vejigas, rodillas, orejas, huesos, ojos, cogotes, médulas, zancos, hígados, corazones, pulmones, riñones, criadillas, lenguas, mollejas o rabos.
Gracias por la receta y por estos momentos tan divertidos. +
Hoy traemos un cuento delicioso, titulado "El cielo y el infierno". Acertaréis enseguida el nombre del autor. Es fácil. Por eso no hay pistas. (El autor de la semana pasada era John Steinbeck).
"Llegué a Bluefields, en la costa de Nicaragua, al día siguiente de un ataque de la contra. Había muchos muertos y heridos. Yo estaba en el hospital cuando uno de los sobrevivientes del tiroteo, un muchacho, despertó de la anestesia: despertó sin brazos, miró al médico y le pidió:
—Máteme.
Me quedé con un nudo en el estómago.
Si accionas el vídeo, necesitarás veintidós segundos para completar una danza, suave balanceo de un cosmos bipinnatus y su sombra reflejada en una tapia.
¿Qué demonios pretende el Glotonio gordo con esto?, te preguntarás.
Pues nada.
Tan sólo que disfrutes de un tallo mecido por el viento que los chefs más cursis servirían en aliño de ensalada, aderezado con leves toques florales, sobre trazos de tintes vegetales tibios y demás enseres de chichinabería inútil.
El cosmos bipinnatus es soso y mucho más hermoso bailando que muerto sobre panza de vajilla de postín.
que se coman ellos el cosmos y su verborrea barata. Y viva la escarola y la buena cocina sin discursito. +
Este primo de los tiburones, de nombre Scyliorhinus caniculus, es llamado de mil maneras, dependiendo del lugar: tolla, lija, gata, patarroxa, riñón, gat, katu-arraia, kolaio, pintarrosa… Es un pescado que ya no se ve en las pescaderías, seguramente, porque para quitar la áspera piel, que parece una lija moteada, hay que utilizar tenazas y mucha fuerza.
Nuestras viejas murallas serán testigo, hoy lunes ocho de septiembre, del día grande de sus fiestas patronales. Así que aprovecho para dejaros acá colgado este vídeo y una recetilla con sus fotos.
Me contaron de chaval historias fabulosas acerca de contiendas y peleas ocurridas alrededor de tamaña fortificación, que yo creía a pies juntillas: la del aceite hirviente derramado sobre el enemigo me ponía la carne de gallina, pues bien mozo me aventuré a freír la primera croqueta de queso con el brazo envuelto en paños para no achicharrarme la mano.
Hoy os traemos unas letras de un escritor en las que cuenta, precisamente, la grandeza de escribir y el gozo que produce cuando se acierta. Ya hemos dicho que se trata de un autor, luego no es una autora, no hace falta ser Einstein para deducirlo. Además, esa misma pista salta a la vista con la lectura. Pero os regalamos otra: no es africano. Y otra: ni asiático. Y otra: ni australiano. Son, como veis, demasiadas pistas para este juego en el que algún listo o lista siempre acierta, a primera hora de los domingos. Le deseamos suerte, también hoy. (El autor del pasado domingo era, efectivamente Georg Christoph Lichtenberg).
De tanto andar entre cocineros estrellados, uno a veces se sorprende de las cosas que ve y escucha. Con Juan Mari Arzak casi siempre ocurren sorpresas. Es tal su corazón de niño, y tantas las ganas de gozar la vida, que todavía queda mucho que aprender del "aitona" (del abuelo).
A sus sesenta y seis años, rodeado de juguetes en su casa, sigue al mando del timón de su reconocido restaurante, y dirige su nave como le da la gana. En pocos lugares del mundo se come tan bien como en su restaurante y, sobre todo, en casi ningún lugar de alto copete acaba uno estando tan a gusto como en su comedor.
Juan Mari es en mi opinión el mejor de los cocineros, es el padre o el "aitona" de la nueva cocina +
Afortunadamente no arrastro la misma enfermedad de la que adolecen mi querido padre y Manuel Allue, yonquis de chamarilería y mercadillo que con cachava en mano mueren por la caza furtiva y pesca de enseres de ortopedia inútil. O lo que se tercie. No se conocen, pero harían migas, me apuesto un pie con su juanete.
Reconozco que deambular por un mercadillo tiene su aquel, pero se paga caro el peaje, pues se ha de salir de casa cuando no están aún puestas las calles. El cazador de trastos sueña con dar presa a tesoros de incalculable valor, a sabiendas de que poca cosa podrá llevar de vuelta a casa: nada más una mañana que anotar en la cartilla personal propia y contable de tiempo bien aprovechado. Nada menos, sí, pero el domingo es domingo.
No, no es por nada, pero uno de los Glotonios comienza a presentar este jueves, 4 de Septiembre, en ETB2, a las 23:45 un programa sobre nutrición elaborado por la BBC: LA VERDAD SOBRE LOS ALIMENTOS.
Se trata de seis programas de una hora de duración que irán en la parrilla de los jueves. The truth about food se titula en inglés. Seguramente muchos conoceréis la serie, pues se ha emitido en algún que otro canal de la FORTA.
El hermano Glotonio se queja de su cosecha de tomates: la roña se lo ha comido todo. Pero no dice que allá donde ha emplazado las matas, no da el suficiente sol como para que maduren los frutos. El muy bandido, coloca las plantas justo a la entrada de su casa, para dar la bienvenida con arrogancia y sepa el viento y quien sea, que en esa casa, la suya, el tomate es sagrado, que nunca toca nevera, y que con un buen aceite y un poco de sal, (y si te descuidas, unas láminas de atún recién cocidas y unas anchoíllas y cebolla y vinagre suave de sidra), la felicidad es lo que aguarda al visitante.
Sólo se siente el vértigo de la muerte en el momento de pulsar la tecla "borrar" sobre el nombre de un amigo en el teléfono móvil. Inicio esta entrega con tamaña solemnidad para restar hierro a la tristura que sentirán todos aquellos que, como el menda lerenda (pulsa el vídeo si no entiendes nada), tengan que arrancar sus tomateras este verano, destruidas por la roña. Consuelo de tontos.
Comprendo tu desolación, pero piensa en aquellos mortales urbanos que vivimos sin huerta y a los que en las pescaderías nos cobran el perejil. Eso sí que es un drama. +
Me opongo a la nachovidalización de los tomates del súper. Todo tamaño, nada sustancia, fabricados sólo para mostrar, no para dar gusto. +
Os presentamos hoy un texto que menta la naturaleza humana. Es del mismo autor que escribió: "El mundo no puede ser muy antiguo, pues los hombres aún no pueden volar". Uno más de cuantos aforismos y dichos que publicó este autor genial. No damos más pistas, pues ya son demasiadas. Sólo, quizás, que el autor no es español. (El de la semana pasada era, en efecto, Leopoldo María Panero).
Hemos ido a por setas y tenemos unas cuantas en nuestra cocina. ¿Qué hacemos con ellas? En Recetania hay unas recetas que os aconsejamos, pero hoy tenemos un handicap: no contamos más que con una única mano para cocinar. ¿Cómo nos las arreglaremos?
De entre la cantidad de recetas diferentes que existen, hemos elegido la más sencilla, la que con más frecuencia elaboramos en nuestra casa y la que más veces nos hizo la abuela. No tiene dificultad alguna, salvo la mirada atenta del cocinero para decidir el punto exacto de cocción, pues todo dependerá del tipo de setas y de la humedad que aportan éstas. Nada más.
Esto de la técnica moderna y tanto vídeo, va a hacer que los Glotonios dejemos de escribir. La verdad es que, a veces, no hace falta.
Aquí van dos vídeos a modo de crónica, de un día con pocas setas, en el que uno de los Glotonios salió a por ellas. Estábamos avisados: «todavía no ha pegado el golpe», nos decían. Pero en esto de salir a por setas, no sólo se trata de llenar la cesta. Hay asuntos más sutiles e íntimos, espirituales casi. Se trata de un rito anual, que practicamos entre amigos. ¿Que no hay setas?, qué pena. La próxima vez será. Cuando las agendas lo permitan. La próxima semana, tal vez.
Van dos amigos por el monte buscando setas... se agacha uno y ALA!!!! un rolex, y le dice al otro "Andoni..un rolex macho!" y se vuelve Andoni y le dice..."oye Eneko a que vamos a Setas o a rolex!!!" +
Desde muy chico hice los recados de casa escritos en listas que mi vieja apuntaba con lápiz y que debía subir desde el barrio de la marina en un canasto.
Queso de Burgos, yogur, jamón de York, puerros, lechugas, acelgas, bolsas de leche Gurelesa, latas de paté picante de cerdo, cabeza de jabalí, queso del país, pan, aceite, vinagre, palillos planos, sardinas viejas, latas de anchoilla, pescadilla abierta y limpia en filetes con su cabeza, gallos sin piel y sapo para rebozar, galletas María, sal.
Echar flemas, aunque sea con guante blanco, abre el apetito. Nada reconforta más que el Bar Néstor, en Calle Pescadería 11 de la parte vieja donostiarra. Barra corta y local castizo con tres monstruos detrás haciéndotelo pasar teta -Piluca, Néstor y Tito-, atendiendo de lo lindo, amables, simpáticos, positivos, supervitaminados y mineralizados, como Super Ratón.
El local dispone de una única mesa bautizada con el número diecinueve, que está siempre a rebosar. Por tan fausto motivo, su nutrida clientela no tiene reparos en jamar de pie, como mandan los cánones de las milicias romanas.
Mientras algunos se preocupan de códigos deontológicos de comportamiento y demás reglas de juego que respetamos, pero nos dan risa, Glotonia lleva ya tiempo atareada en la escritura, la fotografía bien encuadrada y el audiovisual casero o virguero, reivindicando el disfrute de la gran fiesta de la vida, importándonos un coño lo que algunos piensen de estos dos verracos que se buscan la sopa como buenamente pueden. Pidiendo permiso, ni para ir al baño.
Somos bien nacidos y nuestras santas y respectivas madres nos enseñaron a respetar al prójimo y el trabajo bien hecho: apechugamos más de lo que nuestra salud permite y escuchamos con sordina, demasiadas veces, el sabio dictado de nuestro bazo, corazón y tripas. Amigos, el jugo gástrico es gran aliado y cuando se le revuelven las tripas a uno de mañanita y no desayunó con callos, se avecina chamusquina.
Hoy os traemos un asunto titulado BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANITOS, de un autor español. Esto es prosa, pero se distingue por su poesía. No hay más pistas. (El autor de la semana pasada era Enrique Anderson Imbert).
Sí, el vídeo muestra a una mejicana linda, a Cecilia la argentina, Borja el malagueño y Felipe, un valenciano. Los interrumpo y son tan amables que me dan sus nombres y procedencia -hombre, uno los saluda atento y por fin, tras muchos años, cree ser ¿amable?-. Cocinan en un restaurante de postín en Lasarte y a ellos cuatro, sí, va dedicada esta nueva entrega en nuestra Glotonia, la de los mil amores.
nunca me había sentido tan bien leyendo un texto de cocina, gracias y mis respetos +
Sin duda, el examen final será cuando se emitan este otoño por las diferentes cadenas de ETB y se distribuya por el mundo, pero, íntimamente, fue ayer cuando me examiné del primero de los cinco documentales que estamos haciendo con los cocineros más estrellados de estos pagos: Arzak, Subijana, Berasategui, Andoni Luis y Arbelaitz.
Es madrugada. vengo de cenar de casa del hermano glotonio. A media tarde me ha enviado un mensaje sms: tengo un besugo de 2 kilos, ¿lo preparamos en tu casa? Le he respondido que en mi casa hoy era imposible, que mañana tenemos un cunchún de órdago, y que mejor en la suya. (Cada vez nos asemejamos más a una pareja de hecho).
Así que otro colega, un anciano de la tribu llamado Etxarri y yo, nos hemos presentado a las 21h en punto en su casa. Llevábamos pan del bueno y una tarta increíble, para redondear lo que hubiera o hubiese en aquella casa para cenar.
El glotonio gemelo y su encantadora sirena escotada, nos han atendido como siempre, con esa confianza que sólo se da entre personas que uno se llevaría a la isla desierta del cuento. Total que, entre esto y lo otro, y unas diminutas aceitunas dispuestas en aceite y botellas de agua con gas y vinos estupendos, hemos esperado media horita hasta que se ha hecho el besugo de marras en el horno high tech.
Es difícil elegir entre besugos irrecuperables y besugos preparados con amor por un best friend. El gusto también tiene memoria afectiva. +
Os traemos hoy un cuentito entero. Maravilloso, a nuestro entender. Se titula ALAS. Ojalá os guste. (El autor de la semana pasada era Joseba Sarrionandia).
Un bonito cuento, aunque creo que la región es Humahuaca, no huamahuaca. Saludos glotonios. +
Sardina nostra, qui est in caelis
Estas semanas de ausencia se deben a un vuelo raso y de reconocimiento que mi cabeza viene dando desde las alturas, describiendo pequeños círculos. No sé a vosotras, pero mi testa, muy de vez en cuando, se separa del cuello e inicia una singladura que viene muy bien para levantar ánimos y despejar malos humores cerebrales.
Verte desde lo alto suele hacer bastante gracia y relativiza los problemas que no os podéis ni imaginar: viene bien para observar el color de las calvas de quienes acompañan tus aventuras personales y profesionales y convierte tus problemas en pequeños guisantes que dan risa allá en el horizonte.
Sí, estos días son duros de verdad, pero muy felices, a pesar del tiempo brumoso que no acompaña nada, verdín, lluvia y oscuridad plomiza que amenaza con pensar en el desapacible verano que nos resta. Casi todo, amigos, sigue igual: los tontos perseveran, los listos más listos que nunca, la inteligencia resguardada sin hacer ruido y un país entero embobado con las putas gestas olímpicas chinas que me tienen hasta los mismísimos cojoncios. Ya perdonaréis.
Es verdad suspiro cada vez que intento tomar algo en un merendero y allí lo único que hay es cemento ; En Asturias cada vez más vino y menos sidra, eso sí, siempre queda Casa el Cartero en Xixón que tien la mejor sidra y bonito del mundo. +
Además de presentaros los dedos de mis pies (no son morcillas de arroz burgalesas, son mis pinreles), tengo el honor de colar en este glotonia una receta prometida, que como lanzo en prosa y sin redacto, merece lugar más ilustre que en nuestra guapa recetania.
Diosanto... voy a salir del curro disparado a una tienda, TENGO MONO DE CAMEMBERT !!! +
Os traemos un poema de un poeta extraordinario. Si encontráis algún fallo, es debido a que lo hemos traducido nosotros mismos, de manera burda y apresurada. (El autor de la semana pasada era Alfonso Sastre).
"La poesía ha muerto, pero no la he matado yo.
Igual encontraréis mis huellas dactilares
sobre su cadáver
pues me he acercado por si acaso
creyendo que aún no estaba muerta.
Me habéis encontrado con las manos sobre su cuerpo
pero intentaba reanimarla.
Para cuando he llegado, había ya perdido el sentido,
estaba en las últimas.
El Trío Calavera
Querido Quim, sólo tú podías resumir tan contundentemente el asunto del amigo suizo con el uso de una palabra como CLUEDO, que, aunque me sonaba, he tenido que mirar en wikipedia para comprender su significado. (Comentario 12). Pero te equivocas: la verdad es que Pascal, harto de todo, se nos presentó inesperadamente en casa pidiendo unas sopas de ajo. Ni siquiera se tomó la molestia de avisarnos por teléfono para decir que venía. (Además, tuvimos que pagar nosotros su taxi en la puerta, pues había olvidado la cartera no sé dónde. Siempre se le olvida todo).
Se la hicimos, claro. A la sopa de ajo me refiero. Sobre todo porque repetía como un poseso: «debo limpiar mi sangre, debo limpiar mi sangre...». Entre lo mal que se explica y lo poco que le entendemos, preferimos no entrar en profundidades. También nos pidió ropa limpia, pues venía sin equipaje. Le di una muda, camisa vaquera y unos pantalones de algodón que uso cuando voy a por setas, ya raídos, pero confortables.
Os presentamos un texto delicioso llamado "Nagasaki". Una escritora, francesa y amiga, lleva tiempo queriendo escribir una novela con el mismo tema, y también a ella se lo hemos enviado. Pero no hay más pistas, salvo que el autor de hoy es muy teatral, o, mejor dicho, teatrero. (El de la semana pasada era Luis Mateo Díez. Enhorabuena a quienes habéis acertado. Sois la pera).
"Me llamo Yanatido. Trabajo en Nagasaki y había venido a ver a mis padres en Hirosima. Ahora, ellos han muerto. Yo sufro mucho por esta pérdida y también por mis horribles quemaduras. Ya sólo deseo volver a Nagasaki con mi mujer y con mis hijos.
...parece que está un poco cruda la cosa... +
Hoy he presentado a mis jefes la primera de las cinco pelis que estamos haciendo con cocineros vascos (Hilario Arbelaitz del Zuberoa, Juan Mari Arzak de Casa Arzak, Martín Berasategi del Restaurante Berasategui, Andoni Luis Aduriz del Mugaritz y Pedro Subijana del Akelarre). He ido acojonado, como a un examen final de bachillerato, con el disquito DVD en el macuto, pero, por lo que han dicho después de la proyección, les ha gustado. Y mucho.
Se trataba de la peli de Hilario Arbelaitz, del Zuberoa de Oiartzun, (un dos estrellas Michelín que merece media docena), de una hora de duración, tal y como serán todas las demás, cuando las acabemos, si es que llega el bendito día. Se verán en emisión el próximo otoño en ETB, aunque la intención es también ir vendiéndolas por ahí. En el extranjero, quiero decir.
Si organizáis un visionado, yo tambien me apunto desde Errenteria. Eso si, si antes o despues nos alegrais con unos bocaditos para la ocasión +
Andaba algo preocupada. La noche anterior no había pegado ojo y temía que el sueño decidiese arroparme en el momento más inoportuno. A ver si la voy a pifiar ahora, me dije, ahora que dan las once. Recé para que mis párpados no se empeñasen en materializarse en persianas automáticas, recurrente juego sucio al que me someten de vez en cuando.
Disculpad, pero hoy los Glotonios no estamos aquí: estamos en capilla. Esta noche se emite COCINA SIN BOBADAS, un programa de una hora de duración capitaneado por el más orondo de nosotros dos. Será a las 23, y, hasta media noche no recuperaremos la paz y tranquilidad necesarias para este nuestro querido blog: GLOTONIA.
La verdad es que está en juego algo más que una mera cifra de audiencia. Dependiendo de cómo se perciba este programa, podremos abordar, o no, grandes y diversos proyectos que perpretamos desde antaño.
Os presentamos un texto completo que se titula "El Pozo". Os recordamos que no vale mirar en gugeles ni similares. Tampoco hoy hay pistas, pues es muy fácil. Aunque os diremos, que es un autor español. (El de la semana pasada era Max Aub).
Yo sigo sin acertar, y casi que me alegro, porque me encanta conocer cada domingo una joya nueva! +
Me consta que algunos chefs amigos andan moscas, pensando que llega ya el monstruo a liarla parda con su programa de tele. Los que me conocen, bien saben que profeso respeto inmenso por aquellos cocineros que se dejan el pellejo y el hollejo cocinando como ángeles. Y uno, que también es pendejo, pero no así tonto, en ningún caso pretende con esta aventura tocar la picha al cocineta honrado y currado, sea tasquero o de altos vuelos. Al revés. Y es que a este oficio de guisandero le tiene uno mucho respeto, oíganme.
Me pongo, así, a cubierto de las «pajas mentales» que algunos chefs se harán traicionados por la mar de fondo, el cerumen o los comentarios malinches. Que para tonterías ya pasó hace poco el huracán baboso del affaire Alí-Baba-Santamaría y sus cuarenta maricones. ¿Recibido?
Ha llegado la hora de que nos conozcáis un poquito más: el orondo de los dos Glotonios, hará su estreno televisivo el próximo lunes, día 28 de julio, en Euskal Telebista 2, a las 23 horas. Se llama LA COCINA SIN BOBADAS (al igual que el subtítulo de nuestra amada Recetania). Pero por si no llegáis a la emisión, también podréis ver al verraco en otras coordenadas: el 2 de Agosto a las 22.00h., en ETB SAT (Digital+Canal 95+TDT) y el 1 de Agosto, a las 21.45h., en Canal Vasco (TDT).
Yo, que soy el otro verraco, os recomiendo que veáis la emisión bien papeados, porque, en caso contrario, arrasaréis la nevera, el bar de abajo, el restaurante de la esquina y todo lo que tengáis a mano. El exceso bien entendido ataca sin piedad. Y dejará huella, vaya que sí.
Para algo son dos verracos bien avenidos, ¿no? Digo, si no, maldita la gracia, como en los matrimonios: en lo bueno, en lo malo, en la salud, en la enfermedad...ja,ja +
Estoy enganchada a los verracos, pero en Imagenio os tienen a oscuras, es decir no os podré ver, lo siento y lo lamento ;( +
Existe un pez llamado Boops salpa que toma mil nombres según el lugar: Salpa, Salema, Salbia, Boba, Sopa... Cualquiera que haya practicado la caza submarina sabe que anda siempre en grupo, comiendo las hierbas y algas de las rocas. Vamos, que pasta como las vacas, pero bajo el agua.
En el Cantábrico la conocemos bien, pero, por lo visto, es más abundante en el Mediterráneo.
A este pez vegetariano le encanta la lechuga de mar, un alga verde fosforito que acostumbra a estar cerca de escolleras. La cuestión es que se trata de una especie que da problemas a la hora de la digestión.
Hay poquitas cosas que a los Glotonios no nos gusta comer. Seguramente una de las excepciones más llamativas es el puto canelé, un pastelito francés que no hay Dios que lo trague, a pesar de la fama que tiene en Galia y de lo caro que es en la pastelerías. Hemos hablado de ello en un par de entradas.
No, el canelé no nos gusta y nadie nos convencerá de que es una exquisitez. Sabemos que es muy laborioso hacerlo, que es un dulce cargado de historia, que hacen falta aparatos complicados y procesos largos para su elaboración… Pero no. Ni pa Dios. Además, este pastel de los demonios, nos persigue obsesivamente.
Tras los últimos posts de El Chirla y de una semana de verdadero tifón tropical, os traemos el anticiclón verraco de las mismísimas Azores, presentando de nuevo el acertijo de Domingo, un texto antológico, un cuentito entero de un autor que debéis acertar. No hay pistas, salvo que lo vemos todo un poco a la virulé. (El autor de la semana pasada es Frédéric Beigbeder).
"Cuando Juan salió al campo, aquella mañana tranquila, la montaña ya no estaba. La llanura se abría nueva, magnífica, enorme, bajo el sol naciente, dorada.
Me mojo, ¿Bioy Casares? La foto le va perfecta. Un saludo y gracias por el cuento. +
Una receta que os ofrece El Chirla para que la hagáis en un balde. La cuelgo acá en Glotonia pues los verracos no me dieron claves de acceso a Recetania. No se fían, no me extraña nada. Cuidan su casa.
Y hacen bien, ¡qué demonios!
Pero vosotros a lo vuestro, con boli y papel, o servilletas, o lo que caiga, apuntad que ahí va: el más auténtico de los ponches, el de Balde, claro.
Sí, me voy por la Barranquilla. Mañana llegará de nuevo a estas páginas el acertijo mohíno de domingo, que como ya habréis visto, es una carta de ajuste ilustrada que los Glotonios montaron para quedarse pegados a la piltra sin pegar golpe hasta bien entrado el vermú del lunes.
Juro que no volveré a pasar hambre y regresaré con mis crónicas de bandolera y pantalón pitillo matraquero, vista la euforia e intensidad en los comentarios de estos últimos días. Los que veis en Glotonia un hermoso paraje salpicado de delicados frutales y verdes praderas, habréis comprobado que un becario mangui –muy mal pagado, por cierto-, fue capaz de desperdigar latas vacías y esperpentos y sembrar el desconcierto para descubrir materia viva en lo cotidiano, en el plástico, las rabas, el sudor chungo, las bravas, la panceta rancia, el kalimotxo, la camiseta mojada y el tetrabrí de marca. Os pisé las flores. ¡Y que vivan Alí Baba y sus cuarenta maricones!
Este fin de semana se celebrará la festiva "Batalla de agua" del distrito madrileño de Vallecas, que en su vigésimo quinta edición reunirá estos días los mejores ejemplares de balde de toda la comunidad madrileña -el tío de la sandía en la cabeza de la siguiente foto es de anteriores ediciones, lo juro-.
¡El balde de plástico! Ese extraordinario objeto que todos tenemos a mano en casa, en el maletero o en la cochera y al que nadie dedicó jamás dos palabros de reconocimiento. Nunca lo verás en las paginas de los suplementos de tendencias pijo-dominicales: «Pon un balde chic en tu vida», «Baldes: te lo contamos todo sobre el accesorio de moda», «Especial baldes de verano: todo lo que debes hacer con tu balde para estar radiante» o «Tu pelazo, tu piel y tu belleza a salvo con tu balde». ¿Qué nos ha hecho el balde, nada más que apurarnos la vida, sacarnos de rotos y descosidos?
Visto vuestro gentil recibimiento, no os hago esperar mucho. Así que hoy martes, aprovechando que uno campa por este blog a sus anchas, seguimos con nuestro cambio de tono en las colaboraciones y rescatamos una magnífica y vieja crónica editada recientemente en la blogosfera por el menda lerenda, para regocijo de nuestra amable clientela.
Haciendo clara burla de las críticas gastronómicas a las que nos tienen acostumbrados los distintos horteras que pululan por la prensa, Chirla se atreve a pillar el toro por los cuernos partiéndose la caja de tanto cursi (ya ven que hablo de mí mismo en "tercera persona", emulando a ciertos cocineros que hacen lo propio imbuidos en una tontería infinita), librando una faena escrita que pone en solfa el patetismo que vive nuestra gastro-celtiberia show contemporánea (ya ven que no tengo abuela, y dicho sea de paso, con todo el respeto a L. Carandell, por sobar y tunear el nombre de uno de sus libros, leído que es uno).
Los glotonios presentan al Chirla, su sensacional becario, que se estrena con una interesante reflexión sobre los guisos que incluyen excrementos. ¿Es cierto que en Polonia adoban la carne de cierva en pises para que quede más moruna? Pero ¿quién es este Chirla?: "Hola buenas, seré el becario de este blog por unos días y pilotaré hasta que vuelvan los glotonios -están de vacatas en Salou-. Mi cuñada Marijo les insistió que soy buen mozo y aquí vengo a liarla parda.
Me llamo Toni P., pero mis colegas me dicen El Chirla, pues perseguí en mi mocedad a todas las ternascas del Colegio Público Urraca Reina de Artajona -continuamente las hacía proposiciones deshonestas-.
Mis viejos me dieron por perdido, tras una infancia chunga y hormonalmente incendiaria. Mucho canuto y voltio en Mobylette.
En cuanto pude, monté a un camión escapando de una adolescencia turbia, rumbo a la gran urbe: Pamplona.
El resto de mi vida hasta hoy no interesa a nadie, así que me limitaré a citar todo lo que me gusta, para que me pilléis el punto.
Y la ruleta sigue girando. Os presentamos hoy el texto de un escritor relativamente joven y efectivamente vivo, que no nos cae muy simpático, pues cada vez que habla, hace el gilipollas. Pero tiene también sus cosas buenas, qué demonios. A ver si acertáis quién es. (El del domingo pasado, no podía ser otro que John Fante).
"No soy ateo ni creyente: no estoy en ninguna parte y espero a que lluevan chicas. En medio del caos que es mi vida, la religión se me aparecía como un hermoso recuerdo de infancia, una regresión agradable, una boya de salvamento. Me he dado cuenta de que tener un Dios es un poco como tener una patria, una frontera, una casa, un padre. La religión es el buen escondrijo.
Pues eso
Sí, por las nubes planean las condenadas patatas y lo que es peor, no hay hijo de vecino que pueda vivir sin ellas (como la cancioncilla del «escochbrite»). ¿Cómo se sustituyen? Esta misma mañana la hermosa Sofía me planteó el reto y me quedé tieso, como un choto en el matadero. ¿Y que le digo yo a esta hembra de Dios?, pensé. Casi doce horas más tarde continúo con la misma cara de conejo, seco como un pellejo y sin respuesta.
¿Cómo se iguala un puré de patata sin patata? ¿Qué echo en una sartén de hierro para cuajar algo que mejore una tortilla de patata? ¿Cómo le cuento a un chorizo riojano que nadará sin ellas a su vera? ¿Y a un par de huevos fritos? ¿Qué les digo? ¿Y un pulpo «a feira»? ¿Dónde se acomoda? Las patatas a la importancia, sin patata, se quedan en «importancia», ná más. Las patatas rellenas de carne picada cambian de nacionalidad y se vuelven «Boloñesa» de campeonato, sí, pero huérfanas de madre y padre. ¿Y a un pescado con patatas en salsa verde? ¿Quién es el guapo que le dice algo a una cabeza de merluza o a unas puntas de mero? ¿Cómo le niego a un bonito descanso eterno en marmitako?
Hace un par de días se hacían sesudos y no tan sesudos comentarios sobre la sandía. Que si la sandía esto, que si la sandía lo otro. En fin, una sandía no deja de ser sandía ni aun queriendo. Para celebrarlo, rescatamos con deleite otro texto de Mark Twain sacado de su Autobiografía. Vaya tío. Qué alegria de vivir. Qué coherencia. Qué humor. Qué todo. También él fue uno de los que guardan gran parte de su patria en la infancia. Es increíblemente gozoso imaginarlo en aquella situación de niño pobre, pero feliz con todo lo que le rodeaba. Poco esfuerzo ha de hacer el lector para comprenderlo, de lo bien descrito que está todo.
os habéis sacado un artículo pagable como si hubieséis pasado un embarazo en orden. +
Ayer a los glotonios les tocaba rememorar. Volver al recuerdo de las fragancias sanfermineras. Un frasco teñido de rojo en el que por lo visto les cabía de todo: chilindrones que batallan con albóndigas picantes, albóndigas de mujer al destape tras un buen chapuzón, doble ración de picante, y toda una retahíla de efluvios menos gratificantes entre los que mezclaron alpargatas, morlacos, petardos, plástico requemado, purines, ese beburcio infecto que es el kalimotxo y no sé cuántas cosas más.
Aun así, toda realidad puede superar la ficción. La ficción y hasta la imaginación que le echaron al post para recrear tiempos pasados. Perpleja y hasta consternada me ha dejado la pifia que han montado unos franceses, que sin conocer las múltiples variantes que les ofrece recetania al respecto, se han lanzado desaforados al dedo de un pobre navarrico que custodiaba su bocata como si de una fortaleza medieval se tratara. Creo que fue Julio Camba en su imprescindible 'La Casa de Lúculo' el que sentenció que no merece la pena matar por un plato de langostinos, que por algo eran "el plato predilecto de cupletistas principiantes y de los condenados a muerte".
Los sanfermines han comenzado. Son las fiestas del olor. Del olor a café bien negro, a kalimotxo, a sudor... e incluso a una buena comida. En estos días de celebración, los glotonios —ya mayores— recuerdan las juergas corridas tiempo atrás en Pamplona.
San Fermín es un poco como Dios: lo ve todo. Por eso no conviene que te vea haciendo el gilipichi, comiendo cualquier cosa por las esquinas. En Recetania te hemos preparado algunos platos para que tus tumbos sean menos severos. Que te vaya bien y bonito.
Los Glotonios lo ponen más difícil todavía. El acertijo de hoy es de un gran autor, pero nunca ha sido publicado. ¿Serás capaz de adivinar quién escribió estas líneas?
Sus 1.080 recetas han sido, son y serán 1.080 instantes de felicidad total, buen rollo, risas, copas de vino llenas, buena digestión y excelente sobremesa. Ha muerto Simone Ortega, la mujer que nos enseñó a cocinar sin complejos. Vaya para ella una buena tarta de chocolate.
¿Os acordáis de Caca rica est? En aquella ocasión os preguntábamos por "íntimas perversiones gastronómicas" y el resultado fue sorprendente. Respondisteis como jabatos y jabalinas. Hoy venimos con otra cuestión, y necesitamos vuestra colaboración.
David de Jorge y Hasier Etxeberria, autores del libro "Porca Memoria" (Ed. RBA), publican y guardan aquí sus inspiraciones gastroliterarias. O algo así.
Mmmm, me pongo ahora mismo. Aunque a mi los berros me salen caretes, la verdad."
nº 40, estoy hasta la punta de jaizkibel, de los patanes que para molestar a la gente de mi tierra, nos trata de mimetizar con actitudes agresivas y demas, cuando realmente los unicos frustrados son ellos con sus actitudes franquistas, ya pasadas de moda. ... Animo glotonios, adejmas de aprender del buen comer, paso unos ratos de coña, se me parte el labio, y disfruto desde el extranjero, con los videos de mi tierra. Cene en agosto en "el poblet", y no estuvo mal, pero prefiero mil veces, un chuleton de Nicolas (Pedro) en Tolosa. Por muy artisticos que fueron los platos. "
Querido 39 y otros, aquí no se han criticado ni la cocina ni los libros de este cocinero. Sólo el último envío publicitario y excesivo de su editorial, y aquellos mails "inspirados" que nos hacía llegar en otros ... tiempos y que, lo siento, nos parecieron en su día horrorosos. Sucede igual con muchos cocineros, con la inmensa mayoría, que el discurso y la cocina no coinciden ni por el forro. Al igual que sucede entre artistas, son incapaces de explicar su obra. Ni falta que hace, pues la propuesta ha de ser capaz de explicarse por sí misma. Pero si se utiliza el discurso, éste ha de estar a la altura y ser riguroso, cosa que muy pocas veces sucede, pues de otro oficio se trata. Además, por conversación directa sabemos, que es el propio afectado el menos alterado por lo que hemos escrito. Es de agradecer su forma de encajar la crítica. Y así se lo agradecemos, sincera y públicamente. Glotonio "