En estas elecciones europeas, los ciudadanos van a votar de todo menos lo que realmente eligen, que son los miembros del Parlamento. Los europeos usarán su voto (o su abstención) para felicitar a sus políticos nacionales o para darles un tirón de orejas, para quejarse de lo poco que les gusta la UE, de la crisis, de los trajes de Camps o del Falcon de Zapatero. "Las elecciones europeas siempre se han considerado secundarias, una oportunidad para premiar o castigar las políticas nacionales porque los partidos rara vez hablan de lo que la gente realmente vota, sino de lo que pasa en sus países", explica Lourdes López Nieto, profesora de Sociología Electoral de la UNED. Desde España hasta Letonia, éstos son los verdaderos motivos que harán que los europeos se acerquen a las urnas o prefieran quedarse en casa, independientemente de los programas electorales.
Empecemos por casa. Tanto el PP como el PSOE han dedicado toda la campaña a atacar a su contrario con temas nacionales. De hecho, el lema de los populares es 'Ahora soluciones' pese a que su grupo tiene la mayoría en la Eurocámara. El caso Gürtel, los cuatro millones de parados o la reforma de la ley del aborto han sido algunos de los temas que los candidatos han utilizado en los mítines. Por eso, los comicios europeos en los que España elegirá 50 eurodiputados (54, si entra en vigor el Tratado de Lisboa) servirán para que muchos valoren la gestión de Zapatero.
A pesar de que la abstención ha ido creciendo con cada cita electoral, se espera que el porcentaje de españoles que no acuda a votar sea menor que la media europea, tal vez por la buena imagen que los partidos mayoritarios (sin excepción) siempre han proyectado sobre la UE. "No hay que olvidar que en España, todos los partidos, incluido el comunista, votaron a favor del tratado de adhesión", recuerda el politólogo José Ignacio Torreblanca. [subir]
La cita de los británicos con las urnas parece más unas elecciones nacionales que unas europeas y no sólo porque también eligieran a sus representantes locales. Reino Unido votó el viernes a sus eurodiputados en plena crisis del gobierno de Gordon Brown. Después del escándalo del gasto de los diputados, cinco ministros han presentado su dimisión. Brown ha asegurado en una rueda de prensa que no piensa irse y ha remodelado su gabinete, dispuesto a capear el temporal a pesar del batacazo en las municipales. Su partido ha sido el tercero más votado, como vaticinaban las encuestas.
Aunque aún no se conocen los resultados de las europeas en Reino Unido, todo apunta a que los laboristas tampoco serán la segunda opción de los británicos. El UKIP —euroscéptico y con un discurso contra la inmigración— será el más beneficiado aunque los más votados sean los conservadores de David Cameron. [subir]
El corazón de Europa ha vivido una campaña muy tranquila a pesar de que este año tengan elecciones a la cancillería. "No hay que perder de vista que los dos grandes partidos están gobernando en coalición, así que apenas ha habido enfrentamiento", explica Walter Haubrich, periodista del Frankfurter Allgemeine Sontangszeitung. Los alemanes son conscientes de su peso en la Unión y por eso el mensaje de muchos de los partidos, al igual que en España, ha sido animar a la participación y pedir un voto de confianza en Europa. Pero la crisis económica hace que los ciudadanos también saquen fallos a la UE. "Mientras que las exportaciones funcionaban en Alemania, no les importaba contribuir con más fondos para repartir entre los países más pobres. Pero ahora que las exportaciones han caído, son más reticentes", cuenta Haubrich. [subir]
Los escándalos de Berlusconi han marcado toda la campaña europea en Italia, desde el 'Noemigate' hasta las famosas fotos que ha publicado El País y que fueron censuradas en Italia. ¿Afectará la publicación de estas imágenes el día anterior de las elecciones (Italia vota sábado y domingo)? No es fácil calibrarlo aunque los anteriores escándalos no sirvieron para mellar al partido de 'Il Cavaliere', que sigue por delante en las encuestas, más de diez puntos sobre el segundo partido más votado. [subir]
El primer país que dijo 'No' al proyecto para una Constitución europea espera este domingo la abstención más alta de su historia (cerca del 64%), en buena parte por cómo se desarrolla la política interna. "Los socialistas están perdiendo fuerza y Sarkozy es cada vez más impopular entre la gente. De hecho, es el presidente menos popular de la Quinta República", cuenta Elodie Cuzin, periodista del medio digital Rue 89. La otra gran razón por la que la mayoría de los franceses se quedará en casa es su decepción con las instituciones europeas. "La gente votó en contra en el referéndum del proyecto de Constitución y ahora ven que, independientemente de su opinión, el Tratado de Lisboa va a salir adelante". Al igual que en Reino Unido, el desencanto con los dos grandes partidos beneficia a un tercero: las encuestas pronostican que después de haber quedado tercero en las presidenciales, François Bayrou (Movimiento Democrático) conseguirá el 11% de los votos el domingo. [subir]
Los irlandeses acuden hoy a los colegios electorales sabiendo que el futuro de Europa está, en cierto modo, en sus manos. Para que el Tratado de Lisboa entre en vigor, ellos tendrán que votar que sí en referéndum después de haber dicho que no ya una vez. Son la única esperanza de que el proyecto salga adelante y por eso los partidos han hecho una intensa campaña con una imagen favorable de la UE. Los sondeos apuntan a que la participación será una de las más altas de toda la Unión. [subir]
Los holandeses no paran de darle disgustos a la Unión Europea. Hace ya cuatro años que dijeron 'No' a la Constitución Europea de manera masiva. Y, el viernes, el 60% de los votantes decidió quedarse en casa. Por si fuera poco, los resultados se han hecho públicos a pesar de que no deberían conocerse oficialmente hasta el domingo, cuando todos los países hayan votado. Pero no es lo peor: sin duda alguna, lo que más duele a los europeístas es que el partido ultraderechista liderado por Geert Wilders, haya sido el segundo más votado. [subir]
Si hay un país en el que los partidos extremistas puedan obtener un gran apoyo electoral, ése es Austria. La gran subida que experimentó en las elecciones legislativas del pasado mes de septiembre la ultraderecha, hace pensar que ocurra lo mismo en las europeas. [subir]
Este es el año electoral por excelencia en el país vecino. Además de las europeas, en otoño habrá elecciones legislativas y a finales de año serán municipales. "Se puede decir que la cita del domingo es una primera vuelta de todo lo que vendrá después", explica Nuno Ribeiro, corresponsal en España del portugués diario Público. Conscientes de que este año se la juegan en muchos sentidos, "los políticos han aprovechado esta campaña para hablar de temas nacionales casi en exclusiva". [subir]
Tal vez Dinamarca sea de los pocos países en los que sí que se ha hablado de Europa durante la campaña. Este país, tradicionalmente euroescéptico (los daneses se niegan a renunciar a su corona y entrar en el euro) ha visto cómo sus candidatos hablaban sobre la posibilidad de dar un paso más en la integración europea, de la función del nuevo PE si entra en vigor el Tratado de Lisboa, de las políticas económicas... "Aún hablando de temas en los que de verdad tiene que ver el Parlamento, a los daneses les dan bastante igual estas elecciones porque el país tan sólo tiene 13 eurodiputados, así que su capacidad de influencia es muy limitada", explica el periodista danés Mikkel Larsen. Es el mismo argumento que sobrevuela las elecciones en otros países con pocos representantes. Ni siquiera el hecho de que el mismo domingo Dinamarca celebre un referéndum para decidir si las mujeres pueden acceder al trono, parece que animará al electorado danés a acercarse a votar lo que beneficiará al candidato de extrema derecha (son listas abiertas) Morten Messerschmidt, que aparece en las encuestas como el más votado. [subir]
Ser uno de los fundadores, estar en el corazón de Europa y la obligatoriedad de votar hace que las elecciones no tengan mucho misterio en Luxemburgo. El país no se juega mucho en estas elecciones ya que sólo elige a 6 representantes —tan sólo Malta, con cinco, tiene menos— así que los luxemburgueses tendrán un domingo tranquilo.[subir]
El Tratado de Lisboa da a Suecia más peso en el Parlamento europeo (el domingo elegirán a 18 representantes, pero pueden ser 20 cuando entre en vigor el texto), lo que puede ayudar a que la participación no caiga en picado en este país nórdico. La sorpresa en los resultados suecos podría darla el 'Partido Pirata', una formación que defiende la legalización del intercambio libre de archivos y que, según todas las encuestas, conseguirá un eurodiputado. Como en la mayoría de países, la cita es un examen para el gobierno conservador que previsiblemente quedará segundo, tras los socialdemócratas. [subir]
Este país nórdico es una de las esperanzas para los que defienden que las elecciones europeas no se conviertan en un voto de castigo para los gobiernos locales. De momento, el 17,3% de los votantes ya se ha pronunciado gracias al voto por correo, una cifra superior a la de hace cinco años. Los finlandeses pierden poder en estas elecciones y bajan de 14 a 13 eurodiputados.[subir]
Otro de los motores de la UE tiene muchas esperanzas puestas en la cita del domingo. En Bélgica, además de las europeas tienen lugar las elecciones regionales, lo que podría ayudar a que la abstención no fuera tan alta. El domingo también se plantea como un paso más en el proceso de estabilización política del país tras unos meses muy ajetreados, después de que en diciembre dimitiera el Primer Ministro Yves Leterme. El testigo del democristiano lo tomó su compañero Herman Van Rompuy y ésta es la primera vez que los belgas se encuentran con las urnas después del cambio de gobierno. Veremos si utilizan su voto para mostrar su apoyo al partido de un Primer Ministro que no han elegido directamente en las urnas. [subir]
Al igual que ocurre en España y Portugal, Grecia siempre ha tenido una imagen muy positiva de su adhesión a la UE. Para el país, la entrada supuso un aumento de su peso político pero, sobre todo, un enorme impulso económico puesto que Grecia ha sido durante años uno de los principales receptores de fondos comunitarios. Tal vez por ese pasado, las encuestas dicen que la participación en Grecia será la más alta, rozando el 66%. Pero ahora, con la ampliación hacia el Este, los fondos se reducirán y eso lo han aprovechado muy bien durante la campaña los partidos euroescépticos, que también pueden mejorar el eurodiputado que consiguieron hace cinco años. [subir]
Los gobiernos de estos tres países quebraron hace unos meses porque unas democracias muy frágiles no pudieron resistir el envite de la crisis económica. La Europa de los Veintisiete empezaba a resquebrajarse y a dejar de manifiesto las grandes diferencias entre la Vieja Europa y la de la ampliación. "Los ciudadanos se desengañaron y empezaron a darse cuenta de que la UE no era la solución a todos sus problemas, como se les había presentado", asegura Richard Young, experto en democratización de FRIDE.
Ahora es esa población la que, previsiblemente, castigará a las instituciones europeas con una alta abstención y una importante subida de los partidos radicales, especialmente de extrema derecha. El caso de la República Checa (que votó el viernes y el sábado) es especialmente llamativo puesto que la caída de su gobierno se produjo mientras ostentaba la presidencia europea lo que dejaba el mensaje claro: la UE no es la panacea. [subir]
El colapso de Hungría, Letonia y República Checa podría darse en casi todos los países que no pertenecen a la Europa de los Quince. La mala situación económica ha dejado de manifiesto que la ampliación hacia el Este se hizo de manera muy ‘alegre’, sin que muchos de los países cumplieran los requisitos necesarios.
"Ahora ven cómo, mientras que para ellos la crisis es mayor, sus vecinos del Oeste empiezan a promover políticas más proteccionistas y se sienten abandonados", explica Richard Young. Esta situación se refleja en las elecciones, principalmente, de dos maneras: una alta abstención y una radicalización de las posturas. Los partidos euroescépticos y antieuropeos proliferan especialmente en estos países. Polonia es el ejemplo más claro: durante la anterior legislatura del PE, los partidos más radicales como la Liga de las Familias Polacas ya obtuvieron representación y se espera que mejoren sus resultados en esta ocasión. Además, también han surgido partidos más cercanos a las posiciones rusas. [subir]
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