La sexualidad de cada cual tiene sus particularidades y variantes. Hay personas que se pueden abstraer por completo de su entorno y tener unas relaciones sexuales óptimas, incluso con alguien desconocido y en un lugar público, por ejemplo. Sin embargo, esto no es lo más habitual y cabe esperar que la inmensa mayoría de personas requieran de un mínimo en las condiciones que favorecen su rendimiento en las relaciones sexuales.
Las condiciones a las que nos referimos tienen que ver con cómo, cuándo, dónde... realizar las actividades sexuales en general, y en particular. También podemos hablar de condiciones que tienen que ver con el propio individuo, a las cuales podemos llamar 'intrínsecas', y las pertinentes al entorno, que pueden denominarse 'extrínsecas'.
Los clubes de sexo son sitios donde las personas pueden participar en actividades sexuales en zonas públicas. El término también puede usarse en general para referirse a locales públicos, donde la actividad sexual a menudo se efectúa en cabinas privadas. Los establecimientos de mayor tamaño pueden incluir también instalaciones más típicas de un club nocturno, de un bar o una discoteca. En algunas épocas y en ciertas ciudades han sido clandestinos o 'underground'.
En términos generales, los clubes de sexo se distinguen de los burdeles en el hecho de que en los primeros los clientes pagan por ser socios del club. Esto incluye el derecho a participar en las actividades organizadas por el mismo. Algunos clubes son exclusivamente para parejas heterosexuales, otros están dirigidos a clientes homosexuales o pueden tener alguna temática concreta. Podrían, por ejemplo, tener en común alguna práctica fetichista (cuero, atuendo deportivo, vaqueros...) o, incluso, parafílica.
Si se dice que la primavera es la temporada del amor, sin duda el verano es la época del año que evoca el sexo. En el verano muchas personas se sienten inspiradas para poner en prácticas sus deseos e inquietudes sexuales. Por lo menos en Occidente, con el verano llega el calor, los días más largos y, para muchas personas, las vacaciones también. La combinación de buen tiempo, poca ropa y asueto son suficientes para que el apetito sexual y la frecuencia de las actividades sexuales se disparen, como las ventas de crema bronceadora (y esperamos que las de preservativos, también).
Como ya comentábamos en '¿Cuáles son tus motivaciones para follar?', el sexo puede realizarse con la finalidad de cumplir distintos cometidos, y no siempre son éstos la procreación y el placer. De hecho, al igual que puede ocurrir con la comida o la televisión, por ejemplo, hay personas que utilizan el sexo para refugiarse de las miserias de su vida diaria o para evadirse de sus problemas.
Se ha comprobado que el ser humano tiene una inmensa capacidad para evadirse. Aunque esto puede cumplir una función positiva en situaciones amenazantes, también suele conducir a serias complicaciones, paradójicamente. La evasión cumple la función de actuar como mecanismo de defensa. Se presenta cuando una persona siente algún tipo de conflicto (agobio, temor, culpabilidad...) con respecto a una situación determinada y actúa como si ese conflicto no existiera. Es una paradoja que permite a la persona continuar con su vida sin tener que gestionar la situación conflictiva. Inconscientemente, cree que al ignorarla no tiene necesidad de enfrentarla.
Igual que el sexo compartido va superando los tiempos del coito con las luces apagadas, el autoerotismo también avanza desde los tocamientos culpables a la exploración erótica consciente y lujuriosa.
El buen sexo no sólo consiste en el desahogo de la descarga orgásmica. Se trata de pasar un buen rato. El mejor camino para disfrutarlo es aprender a exprimir nuestros sentidos. Esto que parece una obviedad no es tan común como podrían pensar las personas que saben deleitarse con los placeres de la vida. Algunos seres humanos viven sin pena ni gloria y tienen serías dificultades para paladear los placeres más simples.
Cuando se habla del pene, los comentarios suelen girar en torno a su longitud. En pocas ocasiones se aborda la cuestión de su forma. Curiosamente, la forma del pene puede ser más relevante que su longitud a la hora del coito.
La forma tiene una estrecha relación con el volumen. El pene de cada hombre es tan personal como su carácter. Si en su composición además incluimos la bolsa escrotal con los testículos, tenemos un conjunto muy característico. Cada hombre cuenta con unos genitales únicos. Por ejemplo, un pene grande, largo y voluminoso, puede estar acompañado de unos testículos muy pequeños. O al revés, un modesto miembro puede contar con un par de robustos testículos. También podrían coincidir un buen par de pelotas con un pene prominente, o los testículos pequeños al igual que el miembro... En cualquiera de los casos, el tamaño y la forma del pene dependen en gran medida de la herencia genética. De manera que cada hombre tiene lo que le ha tocado en el reparto genético y, sea lo que sea, ha de intentar aceptarlo positivamente y sacarle el mejor provecho posible. Cualquier situación tiene sus ventajas e inconvenientes.
El término 'sexo vainilla' se refiere en las diversas culturas y subculturas al sexo convencional. Los individuos cuentan con ideas variadas con respecto a lo que constituye el sexo convencional. Con frecuencia, se habla del sexo vainilla en contraste con otro tipo de actividades sexuales más imaginativas, atrevidas o exóticas.
La explicación de tan curiosa terminología procede del uso del extracto de vainilla como sabor básico de los helados. Esta idea cuenta con algunas vertientes. En primer lugar, la vainilla representa lo más básico. Aquello sin lo cual no se puede decir que haya habido sexo realmente. Por otro lado, se contrasta el sexo vainilla con otras opciones. Una imagen que evoca esta idea es la de alguien que al ir a comprarse un helado puede escogerlo de vainilla y quedarse con lo más básico... o puede optar por una alternativa más exótica en el inmenso universo de posibilidades. Por ello, a veces se emplea de forma peyorativa para señalar el tipo de sexo realizado por alguien que es tristemente convencional e incapaz de explorar otros contextos sexuales.
Desde el punto de vista clínico, hablamos de deseo —fase de deseo sexual— para referirnos a la experiencia subjetiva de atracción hacia el objeto sexual (normalmente, una potencial pareja sexual). Digamos que se trata del conjunto de la experiencia de atracción que se integra en nuestro encéfalo y para la que, todavía, no se conocen los registros fisiológicos específicos. En cuanto experimentamos evidencias físicas de nuestro creciente deseo (erección del pene, lubricación vaginal, aceleración del pulso, erección del vello corporal, sudoración, enrojecimiento de partes más o menos extensas de nuestra piel, hinchazón de los pechos...) pasamos a hablar de fase de excitación sexual —abreviadamente, excitación—. En buena parte de las ocasiones, permitiendo fluir la excitación se llega a la fase de orgasmo, con la eyaculación, su evidente signo externo en el caso de los varones. Si bien el deseo sexual se mantiene hasta el orgasmo, cuando hablamos de fase de deseo, nos referimos al inicio de la respuesta sexual de hombres (casi siempre) y mujeres (no siempre).
¿A quién puedo acudir? Cada vez se dirigen con más frecuencia a nuestra página web personas que desean acudir a consulta de sexología y que desean que les asesoremos sobre profesionales competentes en el tema. El fácil acceso a Internet ha incrementado este tipo de preguntas desde todos los países de habla hispana.
Hasta hace apenas 15 años, la incipiente sexología española la hemos constituido una red de profesionales que nos conocíamos personalmente a fuerza de coincidir reiteradamente en los distintos eventos nacionales de sexología (jornadas, congresos, talleres…) que unos y otros organizábamos. Incluso en el ámbito internacional —aún la red era abarcable a escala humana— manteniendo una estrecha relación personal con buena parte de los sexólogos de referencia de todo el mundo, alimentada sobre todo con nuestros mutuos encuentros en congresos internacionales de sexología. Así, era sencillo dar referencias de nuestros colegas cuando alguien nos consultaba al respecto.
Este mes de junio se puso en marcha la campaña de lanzamiento del nuevo fármaco para el tratamiento de la eyaculación precoz, la dapoxetina, que se comercializa a partir del lunes 6 de julio con el nombre de Priligy. De entrada, como es natural, se han comenzado a difundir datos sobre la prevalencia de la eyaculación precoz en España, aludiendo a que un 30% de los hombres la padecen.
El gran problema para la credibilidad de estos datos es cómo y quién los ha obtenido. Los especialistas en sexología somos conscientes de la dificultad que el diagnóstico de eyaculación precoz entraña. Los cuestionarios son de muy escasa fiabilidad, siendo clave la entrevista directa, que, únicamente si la realizan expertos en terapia sexual puede aproximarnos a la verdadera extensión del problema. Y es que, a la cantidad de tiempo que se tarda en eyacular tras la penetración (latencia eyaculatoria), le ocurre lo que al tamaño del pene: se tiene la fantasía de que debería ser mayor. De hecho, en terapia sexual con hombres preocupados por su eyaculación precoz, uno de los perfiles que encontramos es el del hombre con baja autoestima sexual que asocia ambas preocupaciones: complejo de pene pequeño e inquietud por conseguir retrasar su eyaculación.
"La forma como se vive y manifiesta la sexualidad es un factor determinante en los niveles de salud y de bienestar de las personas. Así la SEXUALIDAD POSITIVA, la sexualidad saludable favorece el bienestar y felicidad de las personas. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual está determinada por una compleja red de factores entre cuyos elementos podemos encontrar desde actitudes y conductas sexuales y otras variables psicosociales, hasta factores exclusivamente biológicos y genéticos. En el curso se ofrecen conocimientos, se trabajan las actitudes y se proponen ejercicios y actividades para la mejora de la salud sexual".
En la segunda parte del siglo XX la homosexualidad dejó de considerarse un crimen. Su retirada de la lista de enfermedades mentales dio lugar al surgimiento de un movimiento de liberación de gays y lesbianas que marcó un nuevo clima moral en Occidente. Pero nada permanece estático, y la actual Unión Europea debe enfrentarse a nuevos retos sociales, muchos de ellos relativos a su expansión hacia el Este y el conflicto con otras mentalidades.
Recientemente, se realizó un interesantísimo estudio por parte de dos científicos de la Universidad de Zagreb. Intentaron evaluar los macro-determinantes de actitudes negativas hacia las personas homosexuales en 31 países de la Unión Europea. Una de las consideraciones que motivó su estudio fue la diferencia percibida en cuanto a comportamientos y actitudes hacia las personas homosexuales en los países de la "nueva" Unión Europea, comparados con aquellos de la "vieja" UE. Hemos de decir que no es fácil encontrar estudios de estas dimensiones y características, por lo que lo consideramos de especial interés y aquí presentamos una versión muy simplificada de los resultados.
Los profesionales que trabajamos en terapia sexual, podemos comprobar cómo los humanos complicamos y reducimos innecesariamente nuestra vida. Vemos cómo muchas personas no se dan cuenta de que, para disfrutar de los placeres del sexo, debemos tener claro el papel que juega en nuestra vida, y no constreñirlo a la experiencia amorosa.
Una de las razones por las que más a menudo desaprovechamos nuestras potencialidades sexuales es por la vinculación exclusiva o excesiva del sexo al amor romántico. Está claro que amor romántico y sexo son complementarios, y que disfrutar de su simbiosis es la aspiración de cualquiera. Pero, si nuestra conducta sexual tiene que estar irremediablemente asociada al amor, vamos a ver reducida considerablemente nuestra vida sexual. Por eso es tan importante no confundir una cosa con la otra.
Cada vez resulta más evidente que la crisis económica generalizada está cambiando un gran número de costumbres alrededor del mundo. Esto incluye, asimismo, las costumbres sexuales. Por el momento no existen datos oficiales con respecto al efecto de la crisis económica y los hábitos sexuales de la población, pero quisiéramos detenernos en un interesante ejemplo: el porno.
Disfruta de las caricias.
La piel que recubre nuestro cuerpo no sólo es una magnífica barrera frente a cualquier infección. En las proximidades de los orificios corporales, ésta modifica su estructura, constituyendo lo que denominamos mucosas, y éstas, a cambio de su mejor adaptación funcional, sacrifican algunas de las propiedades defensivas. De alguna forma, compartir intimidad sexual equivale a poner en contacto nuestras respectivas mucosas. La ley del deseo, pasa por el deseo de fusión, y desde bien pronto, nos focaliza en sus orificios, su natural vía de acceso.
Una persona de tamaño medio dispone de una extensión de piel cercana a los dos metros cuadrados. Es una lástima que semejante extensión sensible, se vea reducida en demasiadas ocasiones a poco más que un escaparate o tarjeta de visita que no tiene más utilidad que servir de reclamo para esos escasos minutos de penetración. La historia que nos cuenta una chica, cuando se le pregunta sobre la situación más desagradable de su vida sexual, ilustra la poca atención que muchas personas le dan a las caricias, al disfrute de la piel, sin tener en cuenta que esa amplia extensión de nuestro cuerpo es una maravillosa antesala del clímax, un camino que precisa andarse despacio para disfrutarlo bien.
La asfixiofilia, también llamada asfixia sexual, asfixia erótica, conducta hipoxifílica, —por la hipoxia, la falta de oxigeno que produce—, es una parafilia, una práctica que busca privar al cerebro de oxigeno para incrementar el placer sexual.
En el campo de la sexología fue John Money uno de los primeros en documentar esta práctica, cuando publicó 'The Breathless Orgasm' ('El orgasmo sin aliento'). Según Money, en el mapa del amor del asfixiofílico, imágenes infantiles erotizaron el estrangulamiento, asociando el sufrimiento al placer. Estas imágenes eróticas quedaron fijadas y lo llevan a una conducta compulsiva, necesitando reducir el nivel de oxígeno cuando busca el placer sexual.
El sexo, en términos generales, puede cumplir dos fines: la procreación y el placer. Nos gustaría pensar que cada vez queda menos gente que limita sus actividades sexuales tan sólo para fines reproductivos —ya que se pierden una parte muy importante de la función sexual— y que cada vez hay más personas que ven el valor de practicar el sexo por placer. Sin embargo, existen otras motivaciones también por las que las personas deciden tener actividad sexual.
Los humanos reconocemos el placer, y la mayoría estaremos de acuerdo en que está asociado con emociones y estados de ánimo positivos. Desde una perspectiva científica, no obstante, el placer es un concepto difuso. Los estudios en distintas culturas sobre la habilidad para descodificar emociones han sugerido un conjunto de emociones universales básicas. Éstas incluyen enfado, rechazo, miedo, tristeza y gozo.
A pesar de que algunos sectores se empeñen en negarlo, tal como indicamos en Sexo y familia la realidad es que en la sociedad existen diversos modelos de familia desde hace tiempo. Entre éstas podemos encontrar las familias homoparentales, formadas por una pareja de homosexuales —hombres o mujeres— que deciden tener hijos. Este modelo familiar, aunque antiquísimo, no lo ha tenido fácil. Sus defensores se han visto obligados a luchar por el reconocimiento de todos sus derechos en la sociedad.
De entrada, el primer reto al que se enfrenta una pareja homosexual que desea formar una familia es conseguir tener un hijo o hija. En este sentido tienen que superar los mismos obstáculos que una pareja heterosexual con problemas para reproducirse. Cada vez son más quienes lo consiguen; y, en parte, la gran variedad de modelos de familia que existe está determinada por el método empleado a la hora de formarla.
En nuestra sociedad existe un importante déficit de educación sexual objetiva y adecuada. Cuando surgen debates sobre temas como el de la píldora postcoital, el embarazo, el aborto, la homosexualidad... resulta completamente evidente la enorme desinformación general que existe en España en torno a aspectos sexuales fundamentales. Ello sin mencionar todos los prejuicios que entorpecen un diálogo constructivo y maduro.
Aunque la polémica se suscita principalmente entre personas adultas, la carencia de una educación sexual adecuada es un fenómeno radicado en la infancia. En la adolescencia la necesidad se agudiza y en la edad adulta pueden vivirse muchas dificultades como resultado de la ignorancia, la desinformación y las ideas erróneas sobre el sexo adquiridas a lo largo del camino.
Participo en un foro sobre sexualidad y constantemente entran niñas de dieciocho años o menos preguntando las cosas más esenciale +
Los museos del sexo son conocidos desde hace años, los hay con cierta fama en algunas grandes ciudades, como el Museo de la Erótica, abierto en Barcelona en 1996. Un fenómeno más reciente es la construcción de parques temáticos sexuales, con la vocación de interactividad y disfrute lúdico que ofrece cualquier parque temático. En pocos años, varios proyectos de parques temáticos sobre sexo se han puesto en marcha. En la isla de Jeju (Corea del Sur), el Love Land o Jeju Loveland, que permanece abierto desde 2004. En realidad se trata de una suerte de exposición al aire libre de escultura mostrando genitales y parejas en diferentes posiciones del Kama Sutra, todo ello combinado con proyecciones de vídeos de educación sexual y dispositivos interactivos para los visitantes. El inicio del parque estuvo más bien relacionado con el hecho de ser una isla de tradición turística para las parejas de recién casados, como forma de incitar al sexo en un país en donde hasta muy recientemente han sido numerosos los matrimonios de conveniencia arreglados por las familias.
Éste es un tema del que se habla muy poco, pero lo cierto es que el pene puede fracturarse. Se trata de una situación infrecuente, pero muy dolorosa.
En el pene, los cuerpos cavernosos están cubiertos por una cápsula que soporta una gran tensión en los momentos de rigidez. La fractura de pene consiste en la rotura de uno o ambos cuerpos cavernosos, la cual, a su vez, puede unirse a una lesión en el cuerpo esponjoso. En los casos más severos puede además estar acompañada de una lesión uretral. Los datos indican que alrededor del 75% de los casos ocurren en un sólo cuerpo cavernoso, el 25% afecta a ambos lados y en el 10%, la lesión se extiende a la uretra.
En boca cerrada...
Ésta es la preocupación inmediata que nos relatan algunos hombres tras referir su problema sexual en consulta. Tal es su inseguridad que ni a su propia pareja se permiten confiarle sus más íntimas inquietudes. Una de las más habituales justificaciones es que si se rompe la pareja, fuera a contarlo a los amigos y conocidos... Y es que vivimos en una sociedad que ha convertido los asuntos de la entrepierna en lo más secreto, cuya revelación nos dejaría desnudos —como metáfora de desprotegidos— frente a un mundo hostil. No es casual que nuestra Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) sitúe a la vida sexual entre los datos especialmente protegidos, tal es la identificación de la sexualidad con el universo de lo íntimo. ¿Y quién teme a lo íntimo? Así como el desnudo preocupa en la medida en que se siente inseguridad con el propio cuerpo, la revelación de aspectos de nuestra sexualidad suscita miedo en tanto que la percibimos como poco presentable, por anormal o problemática. Algunos hombres con problemas de disfunción eréctil, eyaculación precoz o complejos con su anatomía genital —destaca sobre todos el complejo de pene pequeño— se sienten agradecidos a sus parejas porque les aceptan así como son y además asustados ante la posibilidad de que las parejas pudieran revelar su inconfesable secreto.
'La verdadera naturaleza del amor' o 'Restos humanos no identificados' es el título de una película canadiense de 1993. Originalmente fue escrita como obra de teatro por Brad Fraser. La historia del film gira en torno a la vida de un conjunto de amigos treintañeros, un grupo de chicos y chicas entre los que se pueden encontrar distintas orientaciones e inquietudes sexuales. Se hallan en una etapa de experimentación en su vida con respecto al amor y al sexo. El contexto lo proporciona Edmonton, la ciudad donde viven, en la que un asesino en serie está aterrorizando a la población.
Uno de los elementos más dañinos para la sexualidad humana es la hipocresía. Es especialmente perniciosa cuando genera la impresión de que el sexo no sólo es dispensable sino también desagradable, un placer permitido únicamente para personas débiles y viciosas... La hipocresía puede hacer creer que lo que alguien aparenta se convierte en realidad, aunque la verdad sea completamente distinta. Queda claro que en algunos contextos, como puede ser el de ciertos círculos religiosos, la hipocresía con respecto al sexo es alentada y ha ocasionado muchos problemas a la población en general.
Recientemente, leíamos las noticias de la investigación realizada en instituciones católicas de Irlanda sobre abusos sexuales, físicos y psicológicos perpetrados en las últimas seis décadas. Se obtuvieron más de 2.000 testimonios de personas que, estando internas en algún centro católico, fueron víctimas de abusos sexuales, físicos y psicológicos por parte de algún 'hermano' o 'hermana'. Aunque es importante que se realicen investigaciones de este tipo —no sólo en Irlanda, sino en todo el mundo—, los culpables no tendrán que pagar por sus delitos. En 2004 se llegó al acuerdo de que las pesquisas sólo se permitirían si no contenían los nombres reales de los agresores ni de las víctimas. La hipocresía en estos casos es mayúscula, no sólo por eludir el peso de la ley, sino porque se suponía que todos esos 'hermanos' y 'hermanas' estaban para proteger a los menores, no para abusar de seres indefensos e inocentes.
Un vibrador que cae rodando al suelo y va a parar a los pies del hijo adolescente: sorpresa y desconcierto en el hijo; turbación, nerviosismo y mucha, mucha vergüenza en la madre. Justo cuando ella estaba deshaciendo la maleta al regresar de un viaje de trabajo, se escurre el indiscreto cacharro en el momento más inoportuno: cuando estaba comentando con su hijo de 16 años las novedades durante su ausencia.
Esta historia nos la contaba una paciente. Su problema no es sexual, viene a consulta psicológica por ansiedad y estrés. Se trata de una profesional competente que, en un viaje de trabajo, había incluido en su equipaje un vibrador para aprovechar la intimidad del hotel y darse un homenaje autoerótico. Se trataba de un pequeño y sencillo vibrador de dos pilas doble AA, que compró por curiosidad, lejos de los Rampant Rabits y otros artilugios más sofisticados; pero a ella le hace un excelente servicio. Ahora que está divorciada y que tiene tanto trabajo, le resulta consolador, nunca mejor dicho, poner en marcha el aparatito y conseguir el dulce y relajante orgasmo, en el preciso momento que lo desea. Cuando se va de viaje, siempre lo lleva; las noches de hotel, le ponen, dice; será que estar lejos de los hijos, de las esclavitudes domésticas y de las responsabilidades de la maternidad, sacan a flote su sensualidad y erotismo.
Que levante la mano a quien no le parezca sexy.
De vez en cuando se moviliza el país con un gran evento deportivo. Y esta semana, te guste o no el fútbol, será difícil que no te veas sumergido, como nosotros en este post, en la corriente futbolera.
Lo nuestro tiene justificación, el sexo y el deporte están relacionados. Mirar cuerpos sudorosos ligeros de ropa tiene su aquel. Que los jugadores de fútbol son prototipo del atractivo erótico de sobra lo saben las agencias publicitarias, que los visten para que promocionen la mejor ropa, usen los mejores perfumes y se paseen con estupendos coches. Los distintos estilos ofrecen un variado abanico para todos los gustos: Raúl, Beckham, Casillas, Cristiano Ronaldo, entre otros, son especímenes que llaman la atención. A nosotros nos gusta el varonil Figo, sobrio, masculino, con su guapísima mujer, Helena Svedin, una pareja que representa los ideales del atractivo sexual: guapos, ricos y famosos.
El gol de Iniesta en stamford Bridge equivale a tener sexo diez veces en una noche! +
En el inmenso universo de la sexualidad podemos encontrar distintas personas, según la forma en que enfocan las actividades sexuales. Entre éstas se encuentran aquellas que pretenden ser altruistas del sexo. Lamentablemente, las recibimos y atendemos en consulta con una cierta frecuencia debido a que su actitud genera una serie de problemas sexuales.
Se trata de individuos, a menudo varones, que entienden las actividades sexuales unilateralmente. Es decir, para ellos la satisfacción del sexo depende del grado de disfrute que consiga su pareja merced a su buen hacer. Al parecer, no les importa su propio gozo, pero sí les parece trascendental que su pareja disfrute al máximo.
Uno de los atractivos de Internet es el potencial que ofrece para ampliar el círculo social de la persona que lo usa. Debido al crecimiento de este medio, existe un interés generalizado por parte de muchos profesionales por encontrar la forma de crear políticas y medidas de seguridad, especialmente para proteger adecuadamente a los menores. Dejar que un menor navegue libremente por Internet equivale a permitirle que ande libremente por la calle. Mientras que muchos padres no accederían a dejar a sus hijos solos por la calle, sí permiten que día a día naveguen por Internet sin la tutela necesaria.
Juan acude abatido a consulta, pues su pareja, Mónica, tras tres años de convivencia le ha dejado. Ha precipitado su decisión descubrir que Juan le ha pegado 'molusco contagioso', un tipo de infección de transmisión sexual (ITS). Parece chiste, pero no lo es.
Juan nos habla en consulta de que Estela, su compañera de trabajo, es una mujer de apariencia sana, que siempre va incluso exageradamente limpia y arreglada. De hecho, la propia Estela le comenta a Juan que había olvidado el molusco que ella padeció, pues llevaba casi un año sin presentar ninguna molestia o lesión apreciable, y creyendo eliminada la infección, no consideró necesario informarle de esta experiencia poco agradable. Como suele pasar en estos casos, tampoco la relación entre Juan y Estela ha resistido frente a la crisis personal en la que se ha visto envuelto Juan, emergiendo el conflicto entre ambos. La tentación de matar al mensajero y culpar a la mala suerte del contagio del molusco de la crisis en la que se han visto estas personas sería añadir un nuevo error a la situación. La infección no ha hecho sino facilitar el desenlace de un conflicto que ya estaba servido y ofrece a todos sus protagonistas la oportunidad de tomar opciones de vida, honestas y coherentes con sus necesidades.
Las precauciones contra el contagio de la gripe llegan al rodaje de las telenovelas mexicanas. El temor al virus ha llevado a suprimir los besos y las escenas íntimas que implican contacto físico; además, el personal que no está en escena lleva mascarillas y guantes y ya no se saludan ni con besos, ni dando la mano. Un colega que ha estado impartiendo unos cursos en México también comentaba cómo, en cuanto se dio la voz de alarma del contagio, los amables alumnos dejaron de repartir besos y de saludarse dándose la mano, apareciendo mascarillas y guantes por doquier.
Hace un año, nos hacíamos eco en esta sección de la preocupación de algunos profesionales que trabajan en planificación familiar por el posible uso abusivo que algunas mujeres pueden hacer de la píldora postcoital —mejor llamarla postcoital, ya que se puede utilizar hasta 72 horas después del coito; si la llamamos píldora del día siguiente o día después, podemos inducir a error—. Pero una cosa es manifestar nuestra preocupación por ese hecho y hacer hincapié en que esta píldora no es un método anticonceptivo, sino un recurso de emergencia, como también ha señalado la ministra, y otra estar en contra del fácil acceso a ella.
El punto G femenino es un tema bastante divulgado, y de hecho en un reciente post hablamos de ese tema. El concepto parece conocido por la gran mayoría de las mujeres, aunque todavía pueda haber alguien que no sepa de qué se esta hablando, como podemos ver en este divertido vídeo de un concurso televisivo La señora y el punto G.
Sin embargo, el punto G masculino no parece tan conocido, cuando en realidad, desde el punto vista anatómico, se trata de la próstata. Intuyendo el filón que podría tener hablar de un punto G masculino, algunos no dudaron en dar pábulo al tema y adornarlo con referencias a ignotas y extraordinarias cotas de placer que se alcanzarían con su estimulación. De ahí surgieron propuestas cada vez más elaboradas de prácticas tales como la estimulación del punto G —masaje de próstata— a la par que se realiza una felación. Esta práctica puede ser grata para algunas personas, y si no se ha probado es una posibilidad más, pero no es obligado encontrarle el gusto, ya que en el sexo no hay panaceas y algunos muestran su incomodidad ante tan íntimo masaje.
Se han realizado muy pocos estudios con respecto al fenómeno de la adicción sexual por parte de las féminas. Ya se sabe que en cuanto a objeto de investigación científica, las mujeres suelen llevar las de perder. Aún así, podemos decir que otra importante razón es la dificultad que pueden tener para hablar de este problema. Si hablaran, muy probablemente se darían cuenta de que no están solas en ese problema.
Existen mujeres que se masturban compulsivamente, usan pornografía, participan en actividades sexuales a través de Internet, tienen aventuras sexuales de ocasión con una variedad de parejas... e incluso pueden mostrar conductas parafílicas. Pueden ser heterosexuales, homosexuales. Pueden además utilizar una gran cantidad de objetos y juguetes eróticos. Algunas incluso cuentan con aficiones zoofílicas. Sin embargo, este tipo de conducta adictiva entre las mujeres es la más inusual.
Según algunas estadísticas, uno de cada cuatro varones tiene una primera experiencia sexual insatisfactoria. Explica que esto puede ocurrir debido a que él eyacula antes de empezar la penetración; porque pierde la erección antes del coito; a causa de que no puede ponerse el condón correctamente...
Aunque no sabemos si la estadística es fidedigna, resulta claro que la falta de información adecuada suele ser una de las causas principales en los problemas sexuales. En el caso de los varones, se complica cuando él, más que admitir la dificultad, intenta mantener ciertos mitos vigentes y prefiere mentir. Es probable que, con el afán de quedar como un 'campeón', cuente a sus amigos que la mujer con la que ha estado le dijo que él era el mejor, y que le dejó claro que deseaba repetir.
Muchas personas desean tener una vida sexual activa y satisfactoria. No obstante, no todas están dispuestas a invertir el tiempo y la energía necesaria con este propósito. De hecho, hay hombres y mujeres que sienten mucha pereza al pensar en la posibilidad de emprender alguna actividad sexual.
Este tipo de gente, llamémosles 'perezosos del sexo', pueden pasar desapercibidas por diversas razones. Lo lógico sería pensar que se trata de solteros, pero lo cierto es que a menudo están casados, o tienen pareja estable. En ocasiones, y debido a la frustración de su pareja, acuden a consulta sexológica aduciendo una falta de deseo sexual o un tipo de deseo sexual inhibido.
Un asunto que históricamente surgió asociado al del polémico punto G —del que hablábamos hace pocos días— es el de la eyaculación femenina. Tratándose de una estructura en el interior de la vagina, el punto G resulta polémico y esquivo a su detección. En cambio, la eyaculación femenina es un hecho claro para las mujeres que la experimentan. No obstante, los investigadores se han dividido entre los que consideran que se trata de un fluido eyectado como consecuencia de cierto grado de incontinencia urinaria (Kinsey, 1953; Masters and Johnson, 1988; Bohlen, 1982; Kaplan, 1983; Goldberg et al., 1983; Alzate, 1985; etc.) y los que aprecian que, durante la respuesta sexual de la mujer, se produce la emisión de un fluido distinto a la lubricación vaginal (Grafenberg, 1950; Sevely & Bennet, 1978; Belzer et al., 1981; Addiego et al.; 1981; Sensabaugh & Kahane, 1982; Belzer et al., 1984; Zaviavic et al., 1984; Stifer, 1987; etcétera.)
Qué pena que las parejas no tengan sincronizado el despertador del deseo. Esa idea nos viene a menudo al escuchar los problemas que las parejas plantean en consulta por sus discrepancias sobre la frecuencia de las relaciones sexuales. ¡Cuántas quejas solemos oír en consulta por este motivo! Entre los desganados, los perezosos y los que creen que el contacto sexual sólo esta motivado por altos niveles de deseo —como si solamente comiéramos cuando estamos muertos de hambre— hay un buen grupo de personas a las que les cuesta ponerse a la faena.
La escasa educación sexual, las ideas equivocadas, las falsas creencias que circulan con rapidez y se retroalimentan, han influido en la manera de relacionarse sexualmente, tan poco natural, que muchas parejas tienen. En el sexo, como en la vida, no todo es blanco o negro, podemos admitir muchos matices en la escala de grises. El deseo, el interés por mantener relaciones sexuales también tiene gradación, y del uno al diez, hay muchos grados. ¿Por qué vamos a negar el contacto sexual a la pareja por estar un poco cansados o por no tener el deseo a flor de piel? Es mejor conocernos bien y escucharnos, y darnos cuenta de cuál sería la respuesta matizada: quizá un día no estemos a tono de diez, pero podemos compartir un buen rato, aunque nuestra puntación en interés sexual y deseo sea cinco.
Cuando tenemos la oportunidad de vivir nuestra sexualidad con libertad, cuando tenemos acceso a información que nos permite disfrutar del sexo y cuando nuestros derechos humanos son respetados, corremos el riesgo de creer que esta situación es general para todos los ciudadanos del planeta. Desgraciadamente las cosas no son así. A nosotros, como miembros de la Comisión de Derechos Sexuales de la World Association for Sexual Health (Asociación Mundial para la Salud Sexual: WAS) demasiado a menudo nos llegan denuncias sobre crueles atentados a los Derechos Sexuales. La última y terrible denuncia la manda el Profesor Eli Coleman, de la Universidad de Minnesota, y parece sacada de las peores pesadillas y no deja de sorprendernos por su atrocidad.
el texto demuestra mucha honestidad por parte de los sexólogos y estoy de acuerdo en que es necesario manifestar una denuncia pública +
Dejando de lado los amores no correspondidos, esos enamoramientos impulsivos y caprichosos, que hacen que miremos con ojos dulces y deseosos a personas para las que no significamos nada (qué duro suena esto) los verdaderos males de amores son los correspondidos, aquellos que se quedan para encadenar y subyugar, que chupan la savia y aprovechan su influjo para convertir a la persona amada en un satélite, en alguien que resulta de utilidad porque cumple los deseos y mandatos.
Entre la tipología de los peores candidatos para enamorarse y vivir en pareja, destacan los hombres machistas y las mujeres aprovechadas. Estos especímenes encierran lo peor que la impuesta diferenciación de género ha generado en nuestra sociedad. Creednos: no hay nada peor que convivir con ellos, son capaces de transformar la dulce experiencia amorosa en un cáliz de hiel. El que haya vivido la experiencia sabe de lo que estamos hablando. Nosotros, que hemos visto muchos tipos de relación de pareja en tantos años de consulta, también hemos sido testigos del sufrimiento de muchas víctimas de estos depredadores emocionales.
Cuántas veces hemos hecho hincapié en que el sexo puede ser una forma privilegiada de comunicación. En ocasiones la cantidad de placer y disfrute puede verse afectada por una falta de sincronización en las iniciativas que asume cada miembro de la pareja en las relaciones sexuales. Entonces, esa comunicación es menos fluida.
Un recurso ampliamente utilizado en la terapia sexológica de pareja es el juego de roles 'activo y pasivo'. Se trata de un simple, pero efectivo, ejercicio de exploración realizado por la pareja. Durante un período de tiempo, ésta divide el ejercicio en dos partes. Por ejemplo, media hora para explorar un rol y otra media para explorar el otro —dependiendo del tiempo del que se disponga para realizarlo—.
A menudo se habla del vínculo que existe entre el estilo de vida y la frecuencia en las actividades sexuales. Casi siempre se da por sentado que los vertiginosos modos de vida, característicos de esta época, contribuyen irremediablemente a una disminución en el deseo sexual. Sin embargo, también es cierto que hay ciertas formas que van cobrando auge en la actualidad en las que se da máxima prioridad a la frecuencia sexual.
Muchos consideran vital mantener relaciones sexuales a menudo. Para asegurarse de que eso ocurra organizan su vida en torno a ese objetivo. Podría pensarse que se trata de solteros. Sin embargo, de acuerdo con los resultados de unos recientes estudios sobre la búsqueda de sexo en Internet, quienes se llevan el porcentaje más alto son las personas casadas. Quizás la red es el medio preferido por los casados para buscar relaciones sexuales extraconyugales esporádicas. Cabe esa posibilidad. También podría ocurrir que son ellos quienes más buscan relaciones sexuales ocasionales...
Se atribuye el nombre de punto G a la zona más desarrollada que algunas mujeres tienen en el interior de su vagina, concretamente en la cara anterior (a las 12 horas, si imaginamos el orificio vaginal como un reloj), una zona de un tamaño aproximado al de una habichuela y que al ser estimulada, bien por el pene durante el coito o con el dedo con un movimiento del tipo 'ven aquí', se hincha hasta alcanzar el tamaño de una moneda propiciando una sensación que facilita orgasmar sin estimularse directamente el clítoris. A dichas mujeres se les ha venido denominando mujeres G, y punto G a la mencionada zona. Algunas de estas mujeres suelen ser multiorgásmicas y además, experimentan, en ocasiones, la emisión de fluido orgásmico, lo que se denomina eyaculación femenina.
Estamos en crisis, ¿pero qué generación no ha pasado por tiempos difíciles? Crisis personales, crisis económicas, la vida del ser humano es como una montaña rusa con subidas y bajadas. En momentos así, más que nunca, lo que debemos tener claro es que este es el periodo que nos ha tocado vivir; y que el tiempo que pasa no vuelve. Como amantes y defensores de la psicología positiva, entendemos que hay que intentar sacar lo mejor de nosotros y afrontar los malos tiempos con todos nuestros recursos. Los problemas están ahí y no hay que negarlos, pero no ayuda entrar en crisis porque hay crisis, o sentirte desgraciado por los problemas que puedan sobrevenir: en lugar de buscar la solución, empleas tu energía en alimentar tú desgracia.
los condones cuestan una pasta +
Para un enorme número personas, el atractivo del sexo tiende a estar centrado en el orgasmo. Quizás sea fácil comprender este atractivo si profundizamos en sus características, tanto físicas como psicológicas. La intensidad, por un lado, y la brevedad, por el otro, son los rasgos más distintivos de este impacto vital.
Durante el orgasmo el corazón llega a latir 140 veces por minuto, y eso seguramente contribuye a la sensación de intensidad. La persona experimenta ciclos rápidos en los que se contrae la parte inferior de los músculos pélvicos que rodean el ano y los órganos sexuales primarios. Las contracciones se producen cada 0'8 segundos, aproximadamente.
Vivimos un período de la historia en que la comida puede ser un importante problema para la salud de las personas. Durante mucho tiempo ha habido una gran preocupación por el hambre en distintas regiones del planeta. A pesar de que este problema sigue existiendo, hoy día también parecen estar normalizados los atracones de comida. La tendencia general es a consumir comidas cada vez más copiosas y alimentos hipocalóricos que, raras veces, resultan nutritivos. A nivel familiar y social en general, a menudo existen excusas para celebrar algo y justificar de ese modo el excesivo consumo de alimentos y bebidas. Tales atracones parecen ser cada vez más extremos y las celebraciones más frecuentes.
En lenguaje de calle se entiende por coito la penetración vaginal. Y, sin ella, para muchos no hay sexo (recordemos el mítico caso de Bill Clinton y Monica Lewinsky), ni tampoco riesgos. Pero hay que tener cuidado, ya que si bien es cierto que podemos evitar embarazos, no lo es tanto con las infecciones y enfermedades.
¿Quién no oído decir que las mujeres que tienen la regla pueden provocar que se corte la mayonesa, que se marchiten las flores o que se agríe el vino? Son parte de algunos de los tabúes que aún persisten en torno a esta parte del ciclo femenino. Pero a no todos los amantes les disgusta.
Aunque las cosas han cambiado mucho, no hace demasiado tiempo se pretendía que el sexo empezara después del matrimonio. Y puede que Internet sea precisamente uno de los factores que más ha contribuido al cambio de guión o patrón de los últimos tiempos.
Echar un polvo en un baño público. De un aeropuerto, una estación de buses, ojalá un lugar concurrido... Es lo que se llama 'cottaging' (un término con origen británico) y suele ser habitual entre homosexuales, la mayoría casados. Lo único que buscan es eso: sexo ocasional y anónimo.
Según un estudio reciente, las mujeres valencianas son las que se declaran más satisfechas sexualmente, seguidas de las vascas, las catalanas y las gallegas. Las madrileñas no salen tan bien paradas. Eso sí: para todas es importante una buena actividad sexual para mantener la salud vaginal.
¿Cuántos científicos e investigadores del sexo no habrán visto frenadas sus investigaciones por considerarse 'inmorales'? Lo peor es que no hace tanto de eso, ni ocurría tan lejos, sino que nos lo encontrábamos aquí, a cada rato.
Uno de los fetiches más populares es el relacionado con la ropa interior: sostenes, bragas, tangas y todo tipo de lencería femenina, así como calzoncillos, bóxers, jockstraps... Así, los hay que coleccionan bragas de sus amantes, o quien directamente se las roba. El fetichismo puede ser una caja de sorpresas.
Muchas veces es ella, otras tantas es él, otras más son los dos, y así, poco a poco y sin que nadie se entere, hay un inmenso número de parejas cuya vida sexual es muy escasa, casi inexistente. ¿A qué se debe esto? ¿Hay solución?
Uno de los reclamos sexuales más potentes en la primavera es la aparición de los insinuantes pezones. Con el buen tiempo desaparecen las prendas de abrigo y aparecen pechos contorneados: no muchos pueden resistirse...
Mucho se habla de la sensualidad. Pero ¿sabemos exactamente qué significa? ¿Cuándo es sensual una persona? ¿Es lo mismo que ser sexy o tener glamour? Para nuestros sexólogos, alguien sensual es aquel que consigue proyectar su erotismo, que muestra 'actitud'.
Descúbrete a ti mismo, sin prejuicios, con naturalidad. Y disfruta del sexo con conocimiento de causa. María Pérez Conchillo, Juan José Borrás y Xud Zubieta, especialistas del Instituto Espill — Sexólogos Valencia — que con su experiencia y conocimiento, reparten juego. Participa en este instructivo striptease colectivo.
El Boston muestra en imágenes los incendios que están asolando España, Francia, Grecia e Italia Traducir »
En: boston.com
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'Hasta que la realidad nos separe', recopilatorio de tiras de Nani.
Me giusta y me exita ver un video sexual grabado por nosotros mismos."
mi pareja y yo tenemos sexo sábado y/o domingo, nos tomamos unas 3 horitas para hacer masajes con aceite de pies a cabeza, musiquita, velitas e incienso, al final terminamos con un exquisito orgasmo. A mi me gusta este ritmo, y este momento que dedicamos 100% a nuestros cuerpos."
YO SOY SUPER FAN DEL SEXO PERO TAMBIEN ALGO MANIATICA, ME HE VUELTO MUY SELECTA ME GUSTA ESTAR CON UN TIO LIMPITO NO HACE FALTA QUE ESTE HIPER PERFUMADO PERO QUE ESTÉ MUY LIMPITO CUERPO BOCA...., ASI LE ASEGURO QUE NO SOLO VOY A PASAR BIEN YO, EL VA A FLIPAR EN COLORES, LA FEROMONA ES ... UNA COSA ELCUERPO SUDADO CUANDO TU ESTAS LIMPIO ES FANTASTICO!!!!!!!!!!! "