La oposición iraní tenía razón. O al menos, parcialmente. Después de una semana de intensas movilizaciones y protestas denunciando fraude electoral, el Consejo de Guardianes —el órgano que debe validar el resultado de las pasadas elecciones presidenciales— ha adoptado una decisión sin precedentes en los treinta años de Revolución Islámica: admite que se cometieron irregularidades en los comicios.
Según el organismo, compuesto por seis clérigos y seis juristas (una institución fuertemente influida por el Jamenei) en cincuenta ciudades hubo más votos que electores inscritos en el censo, lo que implica más de tres millones de votantes.
Es la respuesta sin precedentes que el Consejo de Guardianas ha dado a la denuncia del candidato conservador Mohsen Rezaei, quien exigía aclarar las irregularidades en 170 ciudades.
Los resultados oficiales otorgan el 62,6% de los votos al actual presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, y al líder opositor reformista, Mir Husein Musaví, el 33,75% de los sufragios.
Además, la policía ha puesto en libertad esta madrugada a Faezah Hashemi, hija del ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyaní, detenida este domingo junto con otros cuatro miembros de su familia por participar en una manifestación de la oposición en la plaza de Azadi de Teherán, el pasado sábado, que el régimen iraní consideró ilegal.
También ha sido arrestado en las últimas horas el periodista y cineasta canadiense Maziar Bahari, que trabaja como reportero para la revista estadounidense Newsweek. "El domingo de mañana en Teherán, Bahari fue detenido sin cargos por las autoridades iraníes y desde entonces nada se ha sabido de él", señaló la publicación en un comunicado.
Aunque es difícil de contrastar la veracidad de las imágenes —los medios de comunicación tienen prohibido informar de las manifestaciones y los periodistas occidentales han sido 'invitados' a marcharse— las imágenes de la muerte de Neda Agha-Soltan circulan por internet. Esta joven de 27 años murió el pasado sábado en las manifestaciones de la oposición en las calles de Teherán. Al parecer, un francotirador acabó con su vida de un disparo en el corazón. Las imágenes de su agonía y muerte en brazos de su padre fueron grabadas por un transeúnte y colgadas en Youtube.
Neda, que en persa significa 'voz', se ha convertido desde entonces en símbolo de los opositores, como la "voz de Irán", y su causa ha tenido una enorme acogida en redes como Twitter, primer lugar desde donde se informó de su presunto asesinato.
Mientras el movimiento de revuelta evoluciona, las autoridades iraníes, como desde el primer día, siguen acusando a "agentes extranjeros", a países como Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, a la prensa occidental y a los "terroristas" de estar detrás de los disturbios y las manifestaciones. Previendo esta reacción del régimen de los ayatolás, la comunidad internacional parece haber preferido mostrarse extremadamente cautelosa.
Dentro de este discurso, las autoridades iraníes la han tomado con particular virulencia con los periodistas extranjeros, a los que han llegado a acusar de ser portavoces de los opositores. El corresponsal de la cadena británica BBC, Jonh Leyne, ha sido expulsado acusado de violar el código deontológico. La misma suerte ha corrido su compañero de la revista Newsweek, Maziar Bahari, de nacionalidad canadiense.
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