Teherán.- El líder de la oposición reformista Mir Husein Musaví y el ex presidente aperturista Mohamad Jatamí tienen previsto participar en la manifestación general que tendrá lugar el viernes con motivo del "Día de Jerusalén", informó hoy el diario "Etemad".
Según la publicación, ambos harán acto de presencia como en años anteriores porque esta movilización "es una herencia del fundador de la República Islámica, ayatolá Ruhola Jomeini, para protestar contra la ocupación de los territorios palestinos y los crímenes del régimen sionistas".
"El día de Jerusalén", o "día de Al Quds", fue institucionalizado por Jomeini con el objetivo declarado de defender los derechos del pueblo palestino y emprender una política antiisraelí.
Habitualmente, congrega a cientos de miles de iraníes que se manifiestan en las calles del país.
Este año, las autoridades han desplegado una dispositivo especial para tratar de evitar que la efeméride sea aprovechada por la oposición reformista para volver a protestar en la calle contra la reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que considera fraudulenta.
Además han evitado que el sermón lo pronuncie, como era habitual, el ex presidente Alí Akbar Hashemi Rafsanyaní, uno de los mayores críticos con la actuación del presidente.
En su lugar se subirá al púlpito el clérigo ultraconservador Ahmad Jatamí, miembro del Consejo de Guardianes y hombre cercano al líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jamenei, que ha respaldado la polémica reelección.
En un comunicado divulgado hoy en Teherán, la oficina encargada de regular el sermón Jutba en la capital anunció, asimismo, que el discurso previo estará a cargo del propio Ahmadineyad, que se subirá al púlpito por segunda vez en las últimas tres semanas
Además participará el secretario general del movimiento para la Yihad Islámica en Palestina, Ramadán Abdulah.
La última vez que se le permitió a Rafsanyaní liderar la oración del viernes fue el pasado 17 de julio, día en que pidió la liberación de todos los detenidos en las protestas postelectorales.
Alrededor de 4.000 personas fueron detenidos durante la violenta represión de la revuelta, que ha abierto una brecha en la sociedad iraní y en la cúpula del régimen.
La oposición reformista eleva a 72 la cifra de víctimas mortales y denuncia torturas y violaciones en las cárceles.
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