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¿Deflación o inflación?¿En qué quedamos? ¿Y dónde estamos?

  • La evolución futura de los precios divide a los economistas
  • Algunos expertos creen que nos vamos a enfrentar a un escenario de hiperinflación
  • El coste de las materias primas está subiendo en los últimos meses
  • Los salarios, por su parte, no paran de bajar
Por PAULA CARRIÓN (SOITU.ES)
Actualizado 09-06-2009 10:11 CET

Ahora que ya nos habíamos aprendido lo que era la deflación (esa enfermedad del diablo por la que bajan los precios y los salarios sin parar) nos dicen los economistas que volvamos a lo de siempre, a la inflación de toda la vida pero en su versión más dura: la hiperinflación. ¿Y eso?

En la prensa norteamericana se está empezando a usar este término por muchos expertos que quieren adelantarse a los hechos. Según los mismos, a medio plazo (no os asustéis eso ocurrirá más o menos en un año) en Estados Unidos se van a enfrentar a un proceso de aumento de precios de más del 5%.

En España parece que tampoco estaremos exentos de las subidas de precios. Eso sí, se tardará más. En opinión del economista Rafael Pampillón, el aumento del valor de petróleo (que ha duplicado su precio en apenas tres meses hasta llegar a los 70 dólares) y el de otras materias primas está haciendo que se aleje el fantasma de la deflación que durante muchos meses ha amenazado con quedarse con nosotros. Ojo, esto no quiere decir que el próximo dato del Índice de Precios al Consumo (que se dará este miércoles) vaya a ser en positivo. "La deflación es mucho más probable que la inflación en los próximos meses", sentencia Pampillón .

El encarecimiento de materias primas como el trigo, el maíz, el petróleo y los metales —que con el tiempo te pueden acabar repercutiendo vía gasolina, pan y coches más caros— no son los únicos factores que llevan a muchos economistas a pensar en un escenario no muy lejano de aumentos de precios. La mayoría de los gobiernos se han encargado de regar de billetes sus economías a través de la compra de bonos o deuda estatales o a través de unos tipos de interés históricamente bajos. Al haber más billetes circulando por el mundo, y la misma cantidad de productos susceptibles de ser comprados, el precio de los mismos aumentará. Pero eso, ya lo hemos dicho, no parece que vaya a suceder en el corto plazo.

¿Y si no es para tanto?

"Muchos han sobrerreaccionado con lo de la hiperinflación, se han puesto en un tono alarmista que no es real", explica una experta en la materia. La economista no es la única que cree que éste es un extremo que por ahora no se plantea. Nada más y nada menos que el premio Nobel Paul Krugman está con ella. Ahora, el norteamericano achaca a los republicanos de EEUU la propagación de lo que él considera un 'bulo'.

Este sector de economistas considera que la inflación puede estar motivada por dos razones: la recuperación económica y el incremento real de las materias primas. La recuperación de la economía, muy a pesar de los manoseados brotes verdes, parece ser algo lejano. Hoy mismo, el Banco de España ha dicho que, aunque a un ritmo menos intenso, seguiremos ahondando en la recesión. Y, según los expertos, para que se genere un escenario de inflación continuada, el crecimiento de un país tiene que ser del 1,5% o 2%, algo que no se contempla hasta, como mínimo, 2011.

El otro factor que puede estar alimentando esta idea es el alza de los precios de las materias primas que, a su vez, se están alimentando de esta idea de inflación. ¿Cómo se come eso? Con la especulación. Hace unas semanas, el secretario general de la OPEP explicaba que el barril de Brent rozaba los 70 dólares porque "la especulación está volviendo a todas las materias primas". Los inversores, sabedores de que está subiendo su precio, compran más cantidades (a pesar de que los depósitos estén llenos de crudo) para después volver a vender creando a su vez una burbuja como la que explotó el año pasado al llegar a su máximo histórico de 145 dólares por barril. El "rally de materias primas" puede, por tanto, estar alimentando estos cantos de sirena inflacionistas, que "con la misma rapidez que suben bajan", apuntan.

Razones para seguir pensando en deflación

Los que defienden que la inflación es una "tontería momentánea" de algunos economistas o de los republicanos tienen algún que otro motivo para pensar que seguiremos un rato largo en deflación. Los despidos masivos y las bajadas de salarios que se están empezando a aplicar contribuyen enormemente a esta caída general de precios ya que, si no cobras (o lo haces pero un 15% menos), consumes menos. Al consumir menos, el tendero hace rebajas para que su producto resulte atractivo a tu bolsillo y, de pronto, nos encontramos con la deflación. Pero no hace falta que te bajen el sueldo, el factor psicológico de la crisis que se ha adueñado de aquellos que siguen cobrando lo mismo también provoca deflación.

Un informe de Bank of América dedicado a la inflación confirma estas tesis al explicar que la bajada de precios es la posibilidad más realista a corto plazo y, sobre todo, si lo que hablamos es de Europa. Ahora que ya estamos en deflación lo que más miedo da a los economistas es otro escenario (poco probable según el oráculo Krugman): el de la estanflación. Esta palabreja tan complicada define una economía en recesión pero con subidas de precios. ¿Tendremos que acabar incluyéndola en nuestros diccionarios de crisis?

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