Hay un rumor que circula por la red en el que Andy (el del grupo musical Andy y Lucas) pregunta a una periodista acerca de cómo salir de la crisis. "Tú que tienes estudios, ¿qué pasa?, ¿no puede el país fabricar más dinero, o qué?". Andy no es el único español que se ha hecho esta pregunta, a pesar de que, según el blog que publicó la historia, a la redactora le resultase más que gracioso que alguien se hiciera tal planteamiento. Puede que a partir de ahora a Andy se le considere un gurú de la economía porque, tres meses después de que se hiciera esta pregunta, algunos bancos centrales han vuelto a poner en marcha la máquina de hacer dinero.
Con la bajada de tipos de interés de hoy —que sitúan el precio del dinero a un tipo oficial del 2%— la Unión Europea se acerca pasito a pasito a un lugar donde ya se encuentran Estados Unidos y Reino Unido, entre otros. La crisis global ha obligado a todos los gobiernos a bajar estrepitosamente el precio del dinero hasta situarlo, en el caso de Estados Unidos, en una horquilla entre el 0% y el 0,25%.
Se dijo entonces que la Fed iba a regar de dólares, desde un helicóptero, a todos aquellos sectores que lo necesitaran. Milton Friedman, uno de esos economistas de tiempos pasados que ahora todos recuperamos, propuso que si las bajadas de tipos de interés no funcionaban, para reactivar la economía habría que inundar al país de billetes verdes. ¿Cómo?
Y si esto se lleva haciendo un mes, ¿por qué el dinero sigue sin llegar a la gente? (he aquí la eterna pregunta). "Los bancos reciben esa liquidez de la Reserva Federal y, en vez de utilizarla para dar crédito, la dedican a aumentar sus reservas bancarias", explica el profesor de la IE Business School, Rafael Pampillón.
Aquí es cuando entra en escena John Maynard Keynes. El economista, padre dicen del intervencionismo estatal en materia económica y de muchas cosas más, habló hace tres cuartos de siglo de la trampa de la liquidez, engaño en el que ahora parece que estamos metidos de pleno. Si es verdad que la Fed y otros están dando dinero, estamos ante una situación en la que, por más dinero que se inyecte para que los bancos nos den créditos y por más que se bajen los tipos de interés para que la gente consuma y los empresarios inviertan, todos prefieren guardar esa liquidez (ha crecido la venta de cajas fuertes) antes que gastarla.
Vale, vemos que Estados Unidos ha "regado" su economía para que "florezca" el consumo y así crezca la economía. Vemos que posiblemente no funcione, porque como ratones han caído en la trampa de la liquidez. Vemos que se están quedando sin armas para reactivar la economía a través de la creación del dinero...
Pero, ¿qué hay de lo mío?, ¿se está haciendo lo que propone Andy en Europa, que es donde nos interesa? Al banquero jefe de Europa, Jean Claude Trichet, algunos le llaman 'el cauto'. La 'cauta' bajada de tipos de hoy es un reflejo de la política del BCE. Según David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales, Trichet está utilizando aún las armas convencionales para reactivar la economía (la bajada de tipos de interés) y aún tardará, si lo hace, en usar armas no convencionales, como la inyección de dinero directa. El Banco Central Europeo tiene como misión principal controlar la oferta monetaria (el dinero en circulación que viaja por Europa) y la evolución de los precios —que tienen que rondar, según sus previsiones, en unos aumentos del 2%—.
Pero, volvamos a las dudas de Andy. En Europa no se está aumentando la oferta monetaria porque al BCE, como es muy cauto, aún le quedan maniobras para seguir bajando los tipos de interés y no tiene que echar mano, todavía, de políticas económicas que se consideran menos usuales. Según los últimos datos que ofrece el Banco Central Europeo, no hay mucho más dinero en circulación del que había hace unos meses, de lo que se deduce que Trichet aún no ha decidido poner a funcionar la máquina de hacer billetes. Lo sentimos Andy, parece que los helicópteros que lanzan dinero aún no han pasado por Europa. Aún así, dinero hay.
La cantidad de dinero que había en Europa en noviembre de 2008 (se conoce técnicamente como M3) era de 9,4 billones de euros. De este total, que incluye papel, depósitos, fondos monetarios, etc. ¿cuánto dinero en circulación?, ¿cuántos billetes y monedas se pasean por la calle Serrano, los Campos Elíseos o la Vía Condotti? Según los últimos datos que ofrece el BCE (de noviembre) los europeos tenemos en los bolsillos 704.100 millones de euros, un 13,5% más que el mes anterior. El miedo se ha apoderado del ciudadano de calle que ha hecho caso a lo que algunos decían: el dinero donde mejor está es debajo del colchón. Pues a ello, habrán pensado muchos.
En España, por su parte, hay casi los mismos billetes y monedas que hace un año circulando por la calle. Hay 83.423 millones de euros (79.996 millones en billetes y 3.427 millones en monedas), un 0,6% más. Aún así, este dinero aún es un 2,7% inferior al de hace un año (85.814 millones).
El BCE cuida mucho que no suban desmesuradamente los precios, y si hubiera más dinero en la calle de golpe los precios subirían. Uno de los expertos consultados lo explica así: Como todos tendríamos el doble de dinero, todos querríamos comprar y utilizar los servicios el doble. El problema es que hay un número limitado de cosas que comprar y servicios de los que disfrutar. Entonces, listo él, el dueño de los bienes (el tendero, el empresario, el dentista, etc.) subiría los precios porque no podemos vender más cantidad, pero sí a mayor precio. Si el Estado siguiera emitiendo billetes, los precios subirían más y así hasta llegar a la hiperinflación, una palabra tan fea y detestada como la de la deflación, ahora tan de moda.
Cano diverge con su colega. Según el socio de AFI, cuando la riqueza de un país o de una zona (PIB) es muy bajo, tal y como sucede ahora, no existe riesgo alguno de inflación. "Si comes mucho engordas, pero si estás muy delgado y comes, te quedas normal, como deberías estar", explica Cano. El analista considera que sería muy acertada esta medida, aunque opina que "en Europa los bancos no están tan tocados y se está esperando que pronto empiecen a prestar sin que tenga que intervenir el BCE". A su juicio, en Alemania y en España ya se están tomando medidas de dar dinero directamente a los ciudadanos a través de las medidas del ICO y del alemán KFW.
Cuando a algún economista le haces la pregunta de Andy, te contesta que en estos momentos hay que enchufar la máquina del dinero (ya sea emitiendo algún billete de más, ya sea comprando activos a los bancos para que estos repartan el dinero). Cuando le preguntas que cuánto tiempo puede estar enchufado, responden que hasta que la lógica lo permita. ¿Y si nos olvidamos y pasamos el tiempo de la lógica? Se escandalizan. Se produce la hiperinflación. Dicen los expertos que esto se da cuando la tasa de inflación mensual supera el 50% y se les viene a la cabeza dos ejemplos de países que tomaron medidas erróneas y acabaron así.
Paul Krugman, el economista de moda por su Nobel de este año y por seguir las teorías de Keynes, no está muy de acuerdo con la política que está tomando su colega, el también economista y presidente de la Fed, Ben Bernanke. (Recordemos, ha inundado de dólares la economía). ¿Por qué?
En un artículo de este fin de semana en El País, el economista advierte: "Dirigida por Bernanke, la Reserva Federal está proporcionando liquidez igual que si fuera un equipo de bomberos tratando de apagar un fuego de gran magnitud, y la oferta monetaria ha crecido con rapidez. Pero el crédito sigue escaseando, y la economía continúa en caída libre."
En otra de sus 'clases' anteriores recordaba:
"Antes de Keynes, los economistas consideraban la oferta monetaria una herramienta primordial de la gestión económica. Pero él sostenía que en condiciones de depresión, cuando los tipos de interés son muy bajos, los cambios en la oferta monetaria tienen pocas consecuencias sobre la economía. La lógica era la siguiente: cuando los tipos de interés son del 4% o del 5%, nadie quiere que su dinero quede ocioso. Pero en una situación como la de 1935, cuando el tipo de interés de las letras del Tesoro a tres meses era sólo del 0,14%, hay muy poco incentivo para asumir el riesgo de poner el dinero a trabajar. El banco central podría tratar de estimular la economía acuñando grandes cantidades de moneda adicional; pero si el tipo de interés es ya muy bajo, es probable que el efectivo adicional languidezca en las cámaras acorazadas de los bancos o debajo de los colchones. En consecuencia, Keynes sostenía que la política monetaria, un cambio en la oferta de dinero circulante para gestionar la economía, sería ineficaz. Y por eso, él y sus seguidores creían que hacía falta una política presupuestaria -en especial un aumento del gasto público- para sacar a los países de la Gran Depresión.
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