El optimismo es la última moda a la que se han apuntado los líderes mundiales. No se sabe si poniéndose de acuerdo o no, ayer cuatro organismos nacionales e internacionales empezaron a ver "brotes verdes" y "flores" (como la ministra Salgado y el comisario Almunia) en las economías mundiales. Además, políticos de todo tipo dicen sonrientes ante el micrófono que esto está remontando. ¿Nos lo creemos?
A juzgar por las palabras con las que empieza hoy el editorial de Financial Times, uno de los periódicos 'salmón' influyentes en el mundo económico, nos lo tenemos que creer. Y a pies juntillas. Así ha abierto su editorial de hoy:
El fin del mundo se ha cancelado por ahora, si hacemos caso a los recientes movimientos de mercado. La confianza está volviendo lentamente a los inversores, quienes han descubierto que siguen vivos después de un otoño en el que han estado muy cerca de la muerte. Las políticas gubernamentales han calmado los peores presagios.
Sin embargo en las páginas del mismo rotativo inglés se puede leer que la recuperación en China, uno de los cuatro países en los que la OCDE ha detectado signos de recuperación, no será de tal calado ya que depende mucho del comercio exterior. Y qué decir si nos fijamos en España. Según este periódico nuestro país "encara la perspectiva de algo peor que una recesión, una depresión".
Ante tanta confusión, desgajamos los "brotes verdes" que ven los organismos internacionales y mostramos también los indicadores pesimistas que parecen haber olvidado.
¿Y cuáles son esas cositas que tan felices les hacen sentirse a los gobernadores y banqueros Trichet, Fernández Ordoñez, Bernake y compañía? Pues básica y principalmente, según resalta la OCDE, que los indicadores adelantados de países como Francia, Italia, Reino Unido y China presentan los primeros "signos provisionales" de recuperación y "una pausa en la ralentización". Otras gotas de optimismo son estas:
Pero no todos los indicadores son como los citados en el anterior apartado. La mayoría de los nombrados por los organismos internacionales se refieren a moderaciones de las fuertes caídas vistas hasta el momento. Por ejemplo, "en el caso de la producción industrial, estamos hablando de la mayor caída, en tasa anual, de los últimos cuarenta años. Difícil sentirse optimista ante un dato como este", explica el Estratega de Citi, José Luis Martínez Campuzano en la web Serenity Markets. A ojos del analista en España el "optimismo es contagioso, de tal forma que la cautela podría llegar en no mucho tiempo a confundirse con mero pesimismo".
Otras veces, incluso, las cifras no dejan de ser descorazonadoras. La revista The Economist advierte en uno de sus últimos números que un excesivo optimismo puede hacer que cometamos dos tipos de errores: confundir una posible recuperación con una moderación del ritmo de caída de los indicadores y que los políticos caigan en el error de conformarse con esas mejoras incipientes de la confianza y olviden tomar más medidas económicas. No olvidemos, pues, algunos indicadores que nos hacen bajar los pies al suelo:
Y tú, ¿para cuándo imaginas la recuperación?
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