Después de mucho tiempo rumiando su tráiler nos llega lo último de Amenábar, 'Ágora', un drama reposado y filosófico enmarcado en la Alejandría del siglo IV. En un segundo plano se estrenan también 'G-Force', 'París' e 'Imagine'.
La Weisz dice que Amenábar es uno de sus directores de referencia, que se pirra por 'Mar adentro'; Max Minghella, que en su casa (la del difunto y oscarizado director Anthony Minghella) se le idolatra desde siempre; Oscar Isaac, otro de los actores, que 'Abre los ojos' es una de sus 10 películas favoritas. Cabe la duda de que toda esta gente busque nuevos contratos o que realmente sean fans de toda la vida. Desde luego el director español merece loa y homenaje y casi cuesta decir algo altisonante contra él. Tiene aura de infalible, de intentar lo que le da la gana, y salir airoso de la empresa. Pero esta vez algo rechina.
Asistir a la proyección de 'Ágora' sirve para constatar que es un director con letras mayúsculas. Su concepción del arte y su manejo del medio hace que pensemos en él como en una computadora. Todo es pura academia en su planteamiento. Tanto que se echa en falta algo de humanidad. Su pulcritud cuadriculada (extrañamente desafiada en un plano gratuito de cámara lenta), su dosificación del discurso, como si de una obra de teatro clásica se tratara, y la profunda implicación de cada uno de los miembros del reparto en algo más grande que ellos —se advierte en la constante afectación de Weisz—, contrasta con la frialdad que desprende el resultado.
Todo demasiado adecuado. La temática, elevada. La filosofía, la astronomía, la esclavitud y el fanatismo religioso. Pero también el feminismo, la triangulación amorosa y el arribismo. Son demasiados "-ismos" para una historia que quería ser aún más ambiciosa (la de Hipatia era sólo una de las cinco vidas de astrónomos que pensaba incluir). El español ha querido en su quinta película el más difícil todavía: superar el Óscar y el puñado de Goyas que cosechó con el biopic de Ramón Sampedro. Por ello se ha lanzado a filmar una historia más grande que la vida, un espectáculo colosal. Y le ha salido. Lo que pasa es que, de tan perfecto, no transpira. No deja que lo quieras.
Valoración: 6/10
'G-Force' hizo número uno en la taquilla USA, cuenta con algunas de las estrellas más reconocidas del star system hollywoodiense y tiene unos efectos especiales asombrosos. Sin embargo, no atesora nada que pueda interesar al público adulto. Fue Pixar quien, en la década pasada, se propuso introducir el hipertexto en el gran cine comercial de animación para que los padres no quisieran rajarse las venas una vez metidos en una sala de cine colonizada por muchachitos de pequeño tamaño y gran potencia gritona.
La innovación técnica está hoy en día al alcance de muchos (hace poco asistíamos al estreno de la belga 'Vamos a la luna' y aún tenemos pendiente la española 'Plantet 51'), no así el talento de guión o la versatilidad para incluir chistes sofisticados.
No digo que toda la animación o el cine destinado a la joven audiencia haya de ser audaz (los Disney naif estaban muy bien). Es sólo que cuando se hacen equilibrismos en el fino alambre que separa la autoparodia de la seriedad el resultado suele ser más bien ramplón.
PD. En versión original destacan, sobre todos los demás, Penélope Cruz y Tracy Morgan ('30 Rock') poniendo voz a dos de los protagonistas, unas ratillas marisabidillas y muy flexibles entrenadas por el Estado para realizar misiones especiales.
Valoración: 3/10
Un hombre con un problema serio de salud. Su hermana, con un problema de relación que igual no es tal. Un profesor universitario madurito que dispara versos de Baudelaire. La estudiante blanco del profesor. Un inmigrante al que se ve pasar y otro al que se ve partir (aunque, como con emigrantes de verdad, la historia apenas sí se ocupa de ellos). Un grupo de vendedora y vendedores del mercado. Unas modelos. Unas panaderas. Una fiesta (doble). Termina la película y es como: "¿No te acuerdas?. El que venía siempre en bici, con un jersey oscuro". Y no, que no te acuerdas.
Grupo de personajes cuyas historias no llaman la atención, pero las cuentan.
(Ver, para resarcirse, del mismo Klapisch —guión Klapisch, Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri—, 'Como en las mejores familias').
Valoración: 6,5/10
No se puede medir con la misma vara a todas las películas. Debería existir un coeficiente corrector que nos ayudara a maquillar la nota de una cinta según lo que pretende y lo que acaba consiguiendo. Tenemos muy claro lo que pretende ser gran cine con el ejemplo de 'Ágora' de esta semana. 'Ágora' se puede tutear con todo lo grande, fruto de lo cual se habrá de contentar en este subjetivo rincón con un 6 de valoración. Su 6 es sobre 10. 'Imagine', el último desmán de Eddie Murphy, por ambición y resultados debe, en toda lógica, tener menos nota. Es una película sensiblemente peor, pero no es un 0 porque jamás aspiraría desde su primera concepción a un 10.
Un asesor financiero muy atareado ve a la hija resultante de su fallido matrimonio como una carga hasta que se da cuenta de que los amigos imaginarios de ella le chivan claves encriptadas con consejos acerca de dónde poner el dinero de sus clientes y dónde no. Lo que al principio es un acercamiento interesado hacia la pequeña va tornando en amor verdadero derivado de su humanización. Esto lo puede hacer cualquiera. Y además no es cine. No del tipo que plantea 'Ágora' al menos. Es una historia ñoña que cuenta con una superestrella de la comedia venida a menos, una nenita adorable, una galeria de secundarios nutrida y notable (Thomas Haden Church, Martin Sheen) y nada de nada sobre lo que reflexionar. Es fast cinema.
Sin embargo, pese a sus pocas pretensiones, necesitamos este cine (que no es cine en el sentido pedante del planteamiento) porque es el que nos ayuda a valorar el otro. Siempre he sido de la creencia de que "Hay amigos porque hay no amigos". En la diferencia reside la cualidad. Y este cine, que no aspira a serlo sino a entretener de manera digna, cumple su función a la perfección dentro de la liga en la que juega. Y por eso, aunque no es un 6 sobre 10 y está más de mil peldaños por debajo de 'Ágora', le daremos un 5 y dormiremos a pierna suelta.
Valoración: 5/10
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