Notre Dame acogió ayer un acto religioso con el que despidió a las 228 víctimas del Airbus de Air France desaparecido en el océano Atlántico. Presidido por Sarkozy, se ofició en francés, portugués y latín. Pero la diversidad no se dejó ver únicamente en los idiomas empleados: el homenaje —ecuménico— fue oficiado conjuntamente por el cardenal de París, André Vingt-Trois; el Gran Rabino, Ham Korsia; el presidente del Consejo francés de culto musulmán, Mohamed Moussaoui, el pastor protestante Claude Baty y Monseñor Emmanuel, presidente de la Asamblea de obispos ortodoxos de Francia.
¿Se trataba únicamente de reflejar en un acto solemne la variada composición y procedencia de las víctimas del siniestro? ¿O es una muestra de las cabezas de ventaja que nos saca Francia a la hora de gestionar asuntos de Estado que se relacionan con la religión? ¿Podríamos ver aquí una ceremonia multiconfesional como la que tuvo lugar en la catedral parisina?
La pregunta parece obligada si echamos la vista sobre el ejemplo más reciente en nuestro país de un suceso similar: el del funeral de Estado por las víctimas en el accidente aéreo en Barajas de un avión de Spanair. En aquella ocasión, se organizó un acto católico que tuvo lugar en la madrileña catedral de la Almudena. Allí estuvieron presentes representantes de la Casa Real, el Gobierno y la oposición, así como otros personajes públicos. Los que no acudieron fueron los amigos y familiares de Rubén Santana, un copastor de la Iglesia Evangelista de Tres Cantos. Sus allegados solicitaron entonces que no se mencionara su nombre durante la liturgia y que se tuviera en cuenta que la ceremonia era únicamente católica, un culto que no se podía hacer extensible a la totalidad de las víctimas.
A las quejas de las asociaciones evangélicas, se unieron enseguida las de las agrupaciones islámicas, que ya mostraron su disconformidad con esta forma de proceder en el 11-M. Más allá de la controversia, el episodio hizo resurgir el viejo debate sobre si los actos oficiales deben ser o no de signo religioso. De aquel capítulo se acuerda muy bien Pedro Tarquis, portavoz de Alianza Evangélica Española (AEE), que entonces se mostró muy beligerante y llegó a plantearse llevar el tema al Parlamento Europeo. Para él, el acto que acaba de tener lugar en París es "una lección para España". "Francia demuestra cómo una sociedad laica puede integrar a todas las confesiones sin que ninguna de ellas tenga carácter estatal y sin herir ninguna sensibilidad", señala.
La publicación 'online' de la AEE, elprotestantedigital.com, se ha hecho eco de la noticia, alabando que no se haya oficiado un funeral religioso, sino una celebración multiconfesional. Para Tarquis, la introducción de elementos laicos en la liturgia, como la referencia que el cardenal parisino hizo al piloto y escritor Antoine de Saint-Exupéry, la actuación del coro de Air France o la lectura del poema 'Pasos en la arena', del brasileño Ademar de Barros, demuestran que la expresión religiosa puede convivir "en perfecta armonía" y "con naturalidad" con la aconfesional.
En Francia, este tipo de ceremonias siempre han sido multiconfesionales. Así fue la que tuvo lugar en 2000, cuando en la Iglesia de la Madeleine se despidió a los muertos en la catástrofe del Concorde. Mientras, en España los funerales de Estado siguen siendo católicos. Para los miembros de otras confesiones religiosas, esta opción es contraria al artículo 16 de la Constitución, que establece que "ninguna confesión tendrá carácter estatal". Y, sin embargo, la opción de la multiconfesionalidad por la que apuesta Francia tampoco es una buena solución para los partidarios de la laicidad, que defienden que el Estado debe mantenerse neutral y no tomar partido por ninguna religión.
El acto celebrado en París ha coincidido con un momento en que Francisco Caamaño y el departamento de Justicia está ultimando la reforma de la Ley de Libertad Religiosa. Según informó ayer el ministro, el Gobierno estudia eliminar los símbolos religiosos de espacios comunes —cuarteles, escuelas, hospitales, etc.—, así como de actos oficiales, como los funerales de Estado o las polémicas tomas de posesión de cargos públicos. Pero habrá que esperar al texto, porque no sería la primera vez que se anuncia este propósito sin que se materialice en una medida concreta.
Y tú, ¿crees que los funerales de Estado deberían ser multiconfesionales o laicos?
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