El Estatut 'salva' al Govern de la tercera hora de castellano

Hay temas que despiertan más susceptibilidades que otros. La educación y la política lingüística son de los que pegan fuerte, como ya hemos visto con las polémicas sobre Educación para la Ciudadanía, la enseñanza diferenciada o la rotulación en catalán. Por eso, la suma de estos dos factores no podía ser menos que una bomba. El acuerdo al que se llegó ayer en la Comisión de Educación del Parlamento de Cataluña para sacar adelante la Ley de Educación de Cataluña (LEC) promete traer tanta cola como el texto en el que se basa —el Estatut— sobre todo por un viejo problema: la tercera hora de catalán.

Finalmente, los colegios catalanes no estarán obligados a dar una hora más de clase a la semana de Lengua y Literatura Española. Eso a pesar de que exista un decreto del Ministerio de Educación de 2006 que establece que los alumnos de primaria (de 6 a 11 años) tiene que recibir tres horas semanales de castellano y no las dos que se están impartiendo en la actualidad. Pero ¿es posible que una ley autonómica evite un decreto nacional? Sí. De hecho, la LEC ha acabado siendo la única manera de eludir la tercera hora después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ordenara en julio de 2008 al Departamento de Educación de la Generalitat que en el curso 2008/2009 (el actual) se cumpliera lo establecido en el decreto.

La ley que se consensuó ayer en la Comisión de Educación, y que será votada en el Parlament en junio, supone para los grupos que la han apoyado —PSC, ERC, CiU e ICV, parcialmente— la aplicación de los principios del polémico Estatut, por lo que prevalecería sobre el decreto ministerial. Además, las Comunidades Autónomas con lengua propia tienen potestad para establecer el 45% de los contenidos y horarios mínimos en materia de educación mientras que el otro 55% es competencia del Ministerio de Educación. Esos son los puntos en los que se basan para poder esquivar tanto la decisión del TSJC como el decreto.

El acuerdo no ha gustado nada a aquellos que defienden una mayor presencia del castellano en las aulas ni tampoco a los dos partidos del Parlament que no han apoyado el texto: PP y Ciutadans. Los primeros están valorando si presentarán un recurso de inconstitucionalidad cuando la Ley se apruebe; los segundos ya han denunciado la "jugada" del gobierno catalán. "Han tenido que desempolvar la ley de educación porque era el único modo de poder burlar la tercera hora", ha dicho el diputado de Ciutadans Antonio Robles.

Entonces ¿será éste el fin de la larga polémica sobre la tercera hora? Todo parece indicar que sí puesto que el texto que se consensuó ayer tendrá el apoyo mayoritario en la votación. El único modo de pararlo sería que saliera adelante un supuesto recurso de inconstitucionalidad.

Mucho ruido y no tantos cambios

Aunque el aspecto más jugoso de la LEC sea el punto a favor del gobierno catalán por la tercera hora, hay otras ideas que también cambian con el nuevo texto. En general, se refuerza el modelo de inmersión lingüística puesto que se fortalece la idea de que el catalán es la lengua vehicular. Sí que hay un cambio sustancial en lo que se refiere a la escolarización en la primera educación. Hasta el momento, los padres podían decidir que, durante la primera enseñanza (hasta los seis años), sus hijos recibieran atención lingüística en castellano si ésta es su lengua materna. Con la nueva ley, esta posibilidad se reduce a tan sólo un año.

Y, a pesar del debate que se despertó después de que Cantabria decidiera retirar el concierto a los centros que separan a sus alumnos por sexo, los colegios catalanes sí que seguirán recibiendo ayudas. ICV se ha mostrado en contra de este punto desde el principio, sin embargo, el peso de CiU ha podido a la hora de decidir el texto final.