La página web de la revista mexicana Proceso lleva hoy en su portada una encuesta en la que los lectores pueden opinar cuál es la causa de la muerte de Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación mexicano (equivalente al ministro del Interior). Una aplastante mayoría apuesta porque se trata de un atentado mientras que poco más de un 10% cree que fue un accidente, a pesar de que las primeras posturas oficiales han asegurado que se debe a un fallo técnico. La encuesta, como los principales diarios mexicanos, refleja lo que piensa buena parte de la población: que la muerte de Mouriño y otras 13 personas es algo premeditado.
Las circunstancias que rodean la muerte de Mouriño son, al menos, sospechosas. La avioneta en la que viajaba el martes por la noche se estrelló en Ciudad de México y entre los ocupantes del aparato también se encontraba José Luis Santiago Vasconcelos, uno de los principales responsables de la lucha contra el narcotráfico en el país. De hecho, los 'narcos' habían puesto precio a la cabeza de Vasconcelos: llegaron a ofrecer hasta cinco millones de dólares a quien asesinara al asesor de Presidencia de seguridad y justicia penal.
Que Mouriño y Vasconcelos viajaran en ese avión son razones más que suficientes para los medios de comunicación para no creer a pies juntillas las primeras explicaciones oficiales. El primero (de origen español e hijo del propietario del Celta de Vigo), era uno de los hombres fuertes del Gobierno de Calderón, íntimo amigo del presidente y declarado enemigo del narcotráfico y la corrupción. El segundo fue uno de los máximos responsables de la lucha contra el crimen organizado durante el gobierno de Vicente Fox. Pero, según aseguraba ayer el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, "hasta el momento no hay indicios que permitan formular otras hipótesis diferentes a las de un accidente aéreo".
"La naturaleza misma del personaje (Mouriño), muy polémico y cuestionado, lleva a desconfiar, al igual que también viajara Vasconcelos. Las circunstancias del percance son escandalosas porque el avión no ha caído en el campo sino en la misma ciudad. Es importante señalar que en estos momentos se está viviendo un clima de mucha violencia en México relacionada con el narcotráfico", señala Luis Hernández, coordinador de Opinión de La Jornada.
La violencia en México no es algo nuevo (este año ha habido más de 4.000 víctimas mortales) pero la población cada vez empieza a sentirla más de cerca. "Hasta el momento, la mayoría de los ataques han sido a personajes políticos, pero la sociedad civil empieza a ser consciente de ella", explica Hernández. Como nos cuenta 'Uno de los nuestros', el miedo a que los problemas derivados del narcotráfico acaben afectando de manera general a la sociedad civil es una de las preoucupaciones de los mexicanos. "Durante mucho tiempo, sólo aquellos que tenían buen acceso a la información o habían recibido una educación se planteaban el problema, pero ahora está empezando a llegar a otros muchos sectores de la población", explica Gloria Leticia Díaz, periodista de la revista Proceso.
"El problema es que el Gobierno no merece ninguna credibilidad", asegura tajante Gloria Leticia Díaz. Su medio, como otros, duda mucho que el accidente se debiera a fallos técnicos y explica por qué no hay que fiarse de la versión oficial. "Hay muchas cosas que hacen desconfiar, como que el piloto no informara de ningún problema a la torre de control". El Gobierno mexicano ha hecho pública la última conversación entre el piloto del avión y la torre pero no ha servido para esclarecer nada sobre el siniestro. Además, como indica Díaz, hay otras piezas que no acaban de encajar en este puzzle, como que la tarde del siniestro, el aeropuerto de San Luis de Potosí (de donde salíó el aparato) fue acordonado y cerrado por el Ejército. "¿Cuál es el motivo, si se trata de un accidente mecánico?", insiste la periodista. Por el momento, las pesquisas sobre el siniestro ni siquiera han aclarado si el aparato explotó en el aire, como aseguran algunos testigos.
Aunque la conexión con el narcotráfico es la primera a que aluden los medios de comunicación, las causas de un posible atentado pueden ser también otras. "Tanto Vasconcelos como Mouriño eran personajes que sobraban, que ya no tenían tanto peso político. No hay que olvidar que el primero había estado envuelto en un escándalo de policías que colaboraban con los 'narcos'", indica la periodista.
Por el momento, la única vía de investigación de las autoridades mexicanas es la del accidente aéreo, lo que lleva a muchos a temer que se repita lo que pasó con el secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, hace tres años. El político murió en un accidente de helicóptero que se atribuyó a fallos técnicos, aunque el sumario de la investigación nunca se hizo público en su totalidad. Hace tan sólo cuatro meses, el ministro del Interior de Guatemala, Vinicio Gómez, también perdió la vida en circunstancias similares.
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