El nuevo México víctima del terrorismo

Tras el atentado en Morelia en septiembre pasado, la muerte del Ministro del Interior en un "accidente" aéreo aterra a los mexicanos, víctimas habituales del narcotráfico pero "novatos" en el terrorismo

Juan Camilo Mouriño ha muerto hoy al caer su avión y si nos creemos lo que dicen las fuentes oficiales, ha sido un accidente. Sin embargo, los mexicanos no se fían, y es que la paranoia por el terrorismo aflora en el ambiente, tal como ocurrió en EEUU con el 11-S.

Hace menos de dos meses México sufrió lo que se denominó como el primer atentado terrorista del país, cuando en las fiestas por el "grito" de la Independencia el pasado 15 de septiembre en Morelia, la capital del Estado de Michoacán, el crimen organizado lanzó granadas y se saldó con ocho muertos y un centenar de heridos.

El atentado fue una respuesta del narcotráfico al combate que el actual presidente mexicano, el panista Felipe Calderón,  está emprendiendo contra ellos tras varios años de destacada impunidad. La escalada de violencia en los últimos años por parte de los cárteles ha ido en aumento, cobrándose 8.000 vidas en tres años.

Mouriño venía de firmar un acuerdo en San Luis de Potosí por la Legalidad, la Seguridad y la Justicia. Y es que desde su ministerio Mouriño se encargó de coordinar las acciones de seguridad del gobierno de Calderón.

Además no hay que olvidar que junto a él ha muerto también el asesor presidencial en materia de seguridad, José Luis Vasconcelos ,quien era ex vicefiscal contra el crimen organizado y fue responsable de la extradición en casi dos años de más de un centenar de delincuentes e iba a ser el encargado de llevar cabo la reforma penal en México. También fue durante años objetivo de varios atentados del narcotráfico que resultaron fallidos.

Así, que cuando dicen que todo parece indicar que sólo fue un accidente, cuesta creerlo, y más cuando el presidente dice en sus primeras declaraciones que su muerte le causa "un enorme pesar pero al mismo tiempo un motivo poderoso para pelear sin descanso y ahora más que nunca por los ideales que compartimos". Y en ningún momento usó la palabra "accidente":

A mí me huele a chamusquina, demasiadas casualidades... sobre todo cuando tengo miedo... miedo al crimen organizado, y miedo a que éste siga demostrando todo su poder. Miedo al terrorismo, que ya es una nueva sombra ondeando sobre las cabezas de unos ciudadanos acostumbrados a vivir con demasiada amenazas violentas.