El punto más polémico de la reforma de la Ley del Aborto es el que afecta a Claudia, Lucía, Carlota y Raquel. Tienen 16 y 17 años y son de Madrid. De aprobarse el texto, al que el sábado 26 de septiembre dio luz verde el Consejo de Ministros y que ahora debe empezar su andadura parlamentaria, las cuatro podrían abortar en 2010 sin necesidad del consentimiento de sus padres. Ni siquiera tendrían que decírselo. Después de más de un año oyendo hablar de este tema en noticias y debates, ahora son ellas las que dan su opinión.
Raquel, por ejemplo, cree que si eres suficientemente madura para mantener relaciones sexuales, también tienes que serlo para atenerte a sus consecuencias: "Si lo haces, tienes que apechugar y contárselo a tus padres". Defiende el aborto "en la mayoría de los casos", pero eso de los 16 le parece "excesivo". Además, cuenta que conoce alguna chica que "ha abortado hasta tres veces", y eso no se puede consentir, opina.
Carlota ve la ley desde otro punto de vista. "He conocido a una chica de mi edad que se quedó embarazada hace dos o tres años y su madre no le dejó abortar. Y ahora no estudia, está en casa todo el día con el niño, vive en un pueblo...", explica. El caso de su amiga le hace pensar que en situaciones así, en las que los padres no apoyan a la menor por su cultura, su religión o por otros motivos, la ley es conveniente. "Yo tengo la suficiente confianza con mis padres como para, si se diese el caso, decírselo, pero hay chicas que no tienen la misma facilidad", insiste.
Al otro lado de la mesa, Lucía asegura que no defiende la nueva norma por ella, sino porque "hay casos en que una chica se queda embarazada y se lo quiere contar a sus padres pero por creencias o porque no quieren no le dejan abortar y en ese caso es la chica la que lo pasa mal". Viene a decir lo mismo Claudia, para la que "si tus padres no te dejan abortar, el niño te puede llegar a amargar".
Santiago Barambio, presidente de ACAI (Asociación de clínicas acreditadas para la interrupción voluntaria del embarazo), asegura que si él defiende el aborto libre a los 16 es porque se encuentra "con esta situación muchas veces: son jóvenes a las que sus padres no les dan permiso por ideas contrarias a las de ellos". Además, "hay una contradicción porque la ley permite mantener relaciones sexuales con un adulto sin permiso a partir de los 13, pero luego las mujeres no pueden tomar medidas en relación a ese acto", continúa.
El cambio de ley (de una de supuestos, como la actual de 1985, a otra mixta, de plazos e indicaciones) no sólo genera controversia con el Partido Popular, que está dispuesto a hacer lo posible para que el texto no salga adelante, o los grupos antiabortistas, que el día 17 de octubre se manifestarán en contra del aborto en Madrid. Más allá del debate aborto sí, aborto no, dentro del propio grupo socialista hay voces contrarias, como la de José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que no apoyan el aborto libre a partir de los 16 años.
El temor de éstos y de otros muchos es la banalización que puede generar esta medida, igual que la venta de la píldora del día después que entró en vigor el lunes pasado. Sin embargo, Barambio asegura que "esto no va a generar un incremento de los abortos entre adolescentes", porque "la demanda ya existe". Además, "sólo hay que ver la experiencia de otros países, como Francia y Holanda, para comprobarlo. Al fin y al cabo, prohibir el aborto no lo impide, lo complica", sentencia.
A Antonio Causabón, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Sexología (A.E.E.S.), la nueva ley es algo que le preocupa muchísimo: "Como padre me molestaría mucho que mi hija abortase sin que yo lo supiese, y como profesional he visto a chicas de 26 años yendo a abortar solas a Londres y creo que es un drama íntimo en el que debes estar acompañado. Estamos creando la soledad en la puerta de al lado". Más allá de esto, Causabón cree que esta ley es "algo que nace cojo, es empezar la casa por el tejado". Él defiende que para que esto no se convierta en costumbre "hay que pensar mucho más en global" y apostar por "la educación sexual de los adolescentes". "Mientras no haya un plan especial de salud sexual y reproductiva, no se va a acabar con los embarazos no deseados", asegura.
Según un reciente informe del Instituto de Política Familiar, España está a la vanguardia europea en cuanto a tasa de aborto adolescente se refiere. En 2007 se produjeron en nuestro país 29.096 embarazos adolescentes, de los que más de la mitad (53%) acabaron en interrupción voluntaria. Ese año, el 7,2% de las chicas embarazadas en toda Europa fueron españolas, mientras que diez años antes (en 1996) la tasa fue de un 4%.
En nuestra mesa, Claudia le saca un pero al texto: "Lo que a mí me parece mal es que la gente la mal utilice. Que se extienda la idea de si por lo que sea no me ha dado tiempo a tomarte la píldora, como no se lo tengo que decir a mis padres, pues aborto. Abortar no es ningún juego". No teme lo mismo Carlota. "Hay gente que dice que las chicas de nuestra edad se despreocupan, pero cuando te entra el calentón tampoco piensas vale voy a abortar y no pasa nada, porque es algo bastante serio y la mayoría estamos concienciadas de eso", asegura.
Aunque nuestras cuatro contertulias estudian, a su edad podrían estar trabajando. Hay cosas que podrían hacer sin que sus padres firmasen ningún papel. Entre ellas, someterse a una operación de cirugía estética. Están dentro del rango de edad conocido como "el menor maduro". "A esta edad se les permite tomar muchas decisiones —trabajar, mantener relaciones sexuales consentidas, casarse...— e incluso algunas relacionadas con su salud", asegura. La Ley de Autonomía del Paciente (de 2002) establece que a partir de los 16 años los menores pueden decidir libremente en lo que a su salud se refiere, aunque existen tres excepciones: hasta los 18 no pueden interrumpir voluntariamente un embarazo, ni someterse a un ensayo clínico o a una fecundación in vitro. "Lo que se sale de lo normal es el aborto", dice Santiago Barambio.
Lo curioso es que pueden colocarse pechos de silicona (e incluso, de aprobarse la reforma legal, podrán interrumpir un embarazo libremente), pero no pueden hacerse un tatuaje o un piercing. ¿No son maduras para ello? "Lo que no tiene mucho sentido es que nos dejen abortar con 16 y no te dejen hacer otras cosas", dice Lucía a lo que Raquel le replica: "Es que si aprueban esta ley no van a dejarnos hacer de todo". Ella lo llama prevención. Lo que sí coinciden todas es que deben esperar a los 18 para votar. "Es que es totalmente diferente porque tú estás decidiendo sobre lo que vas a hacer con tu vida o con la del niño, si lo tienes o no. Si votas decides sobre el futuro de un país", añade Carlota.
Para la psicóloga Mara Cuadrado, especialista en infancia, salud y familia, por mucho que dos chicas compartan edad "pueden estar años luz en cuanto a madurez personal para la toma de decisiones". Aunque si hablamos de generalidades "a partir de los 16 años y medio comienzan a tomar conciencia de las consecuencias de sus decisiones". Según ella, es entonces "cuando empiezan a tomarlas basadas en una mínima reflexión, aunque sigue siendo pronto para que la razón domine a la emoción del momento". Explica que hay jóvenes que a esa edad son independientes y por tanto la decisión de interrupción del embarazo podrían hacerla solas, mientras en otras ocasiones impera la inmadurez y la dependencia familiar. "En términos generales, la mayoría de las chicas de 16 son aún inmaduras", concluye.
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