Los expertos de allí lo llaman 'Retomada', que sintácticamente parece algo cool, como nuestra 'Movida', pero que en realidad atiende más a una declaración de que el cine iba a ir hacia arriba de nuevo que a una determinada inclinación estilística. Brasil está inmerso en ella, y hemos pedido a Manoel Rangel, director del principal órgano impulsor del sector del cine en el país (la Agencia Nacional Do Cinema de Brasil, ANCINE), que nos ayude a entender la historia cinematográfica brasileña y su actual situación.
En realidad, poco a poco las cosas van mejorando en el cine carioca, que hace 20 años estaba prácticamente desmantelado. Hay grandes esperanzas depositadas en la ANCINE, que ha puesto en marcha el Fondo del Sector Audiovisual con la intención de " inducir la competitividad y la sostenibilidad de la industria en el largo plazo", según Rangel.
Las películas que de este país consumíamos hasta ahora no eran ni más ni menos que las que podíamos. Aproximadamente dos o tres anuales, proyectadas por norma general en cines del circuito de versión original —destacan esta temporada 'Estómago' y 'El año que mis padres se fueron de vacaciones'—. Se supone que irán a mejor, pero vienen de estar mucho peor...
Pasando de la prehistoria muda —tan o tan poco interesante como la de cualquier otro país— llegaron los 40, en busca de una personalidad por definir; y los 50, bastante pingües para la taquilla, merced a la chanchada —cine popular musical y distendido destinado al consumo masivo—. A continuación, casi paralelamente a la Nouvelle Vague francesa, y estimuladas ambas por el Neorrealismo italiano, se demostró que en Brasil también era posible otro cine. El Cinema Novo, impulsado sobre todo por el director Glauber Rocha ('Terra em Transe', 'Dios y el Diablo en la tierra del sol'), tuvo tintes bastante reposados, con grandes dosis de poesía y cierta carga de crítica política. Sin embargo, el golpe de estado que depuso al presidente Goulart en el 64 hizo que dicha crítica se atenuara y que en los 70 empezaran a tener cabida también géneros muy menores como la pornochanchada —lo mismo que la chanchada, más destape—. Alegría, que el público necesitaba circo en tiempos de guerra fría. La dictadura militar, que se prolongó hasta 1985, provocó picos de espectadores y salas insuperados hasta la fecha (3.275 salas en 1975). Luego, el apagón. Sirva este párrafo cantado a ritmo de micromachines para situarnos en los ya más recientes 90. El jovencísimo presidente Fernando Collor de Mello cerró a comienzos de la década el Embrafilme, instituto encargado de la subvención cinematográfica, y la cosa se hundió.
Y aquí es cuando retomamos la 'Retomada', el levantamiento, la muestra de que, del mismo modo que el país brasileño es un monstruoso motor de la economía mundial con algunas piezas aún por engrasar, su cine es grande y tiene aún mucho margen de mejora. "Después del período de crisis de los 90, el cine brasileño se muestra como una industria cada vez más saludable, tanto estética como económicamente. Nuestro cine es plural. Trata de reflejar la diversidad de la sociedad y de la cultura brasileña, pero siempre atento a las cuestiones sociales, como demuestran las películas 'Ciudad de Dios', 'Línea de pase' y 'Tropa de élite'", nos explica Rangel desde el otro lado del charco.
Pero no debemos equivocarnos. No todo el cine de allí destila el mismo grado de intensidad y academicismo de las tres muestras que cita Rangel. Es cierto que se trata de la facción que les ha dado a conocer de puertas afuera —con cuatro presencias destacadas en los Óscar a lo largo de los ocho años en que se empezó a gestar el renacer: 'O Quatrilho' (F. Barreto, 1995), 'Cuatro días en septiembre' (B. Barreto, 1997), 'Estación Central de Brasil' (W. Salles, 1998) y 'Ciudad de Dios' (F. Meirelles, 2002)—, pero del mismo modo que no todo lo que nosotros hacemos es Rosales y Guerín, que también tenemos nuestros Torrentes y nuestros [rec], ellos se lo pasan la mar de bien con sus comedias costumbristas.
'Se Eu Fosse Voçe 2' ha sido un bombazo este año. Nosotros, que no la hemos visto, pedimos sinopsis a Rangel: "Es una comedia protagonizada por un elenco eminentemente televisivo. Su lenguaje es accesible pero su humor es inteligente, de ahí su extraordinario éxito de público" (la más taquillera de la historia de Brasil con 6 millones de espectadores. 'Doña Flor y sus dos maridos' (1976) sigue siendo la más vista con más de 10 millones de personas, pero el menor precio de las entradas de aquella época le rindió menos beneficios).
Clave de la recuperación ha sido la institución que dirige Rangel, creada en 2001. Después de la desmantelación de los sistemas estatales de ayudas que tuvo lugar en el 90, la producción se estancó dramáticamente. La 'Retomada', a base de talento (el de los hermanos Barreto, Fernando Meirelles o Walter Salles) hizo que la cuota subiera, pero no fue hasta comienzos de la presente década, cuando se permitió a las empresas privadas comenzar a actuar como inversoras en los filmes, con la compensación de deducirse fiscalmente tales gastos, que la cosa cogió velocidad de crucero.
Aletéia Selonk, productora fundadora de Okna Producciones, con sede en Porto Alegre, cree que "el momento actual es muy interesante y que, pese a que siguen existiendo algunos problemas históricos y estructurales de la cadena de suministro (el número de salas de cine debe ser mayor), el diálogo entre la producción audiovisual independiente y la televisión es intenso en la actualidad".
"La industria brasileña es fuerte en comparación con otros países de Sudamérica", abunda Selonk. Prueba de ello es que el 11% de lo que se recauda en las salas procede de producciones autóctonas (70 millones de dólares en 2008 frente a los 730 millones totales), cifra sólo alcanzada por otros 20 países (ninguno hispano) y que seguro se verá incrementada este año con el bombazo de 'Se Eu Fosse Voçe 2', que en el primer timestre había elevado la cuota hasta el 24% gracias a sus siete semanas como número 1 del Box Office.
Líderes, aunque no individualistas, pues, según explica Rangel optimista: "Se están poniendo en marcha canales eficaces de distribución y circulación de nuestra cinematografía. La fragilidad de los mercados audiovisuales del continente, derivada de la presencia masiva de productos estadounidenses en sus pantallas, está por cambiar, ya que existe un fuerte movimiento de integración que puede tener decisivas consecuencias económicas y culturales para el fortalecimiento de nuestra industria. La cooperación bilateral con la producción de Argentina y la de otros países de América Latina y los mecanismos de cooperación internacional, como el Fondo Ibermedia, el Mercado del Film del Mercosur y la RECAM (Reunión Especializada de Movimiento Autoridades y Audiovisuales del Mercosur) van a contribuir a ello".
Dicen que Brasil está cerca del tú a tú económico con EE.UU, pero eso no nos compete en este rincón. Lo que sí sabemos es que en el 2009 sí que hace frente taquilleramente a su apisonador vecino del norte con una comedia sin pretensiones, tan sólo superada por 'Ice Age 3'. Los brasileños poco a poco sacan la cabeza con dramas de favelas, pero también con estrictos productos de consumo. Y ello ha sido posible gracias a la 'Retomada', que nació a base de talento, continuó a base de pasta y ahora combina ambas la mar de bien.
Y ahora, id a alquilar 'Tropa de élite' los que no la hayáis visto todavía.
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