Adobe lanzaba hace pocos días la versión 8 de Photoshop Elements a un precio de 96 euros. Su hermano mayor, Phosotoshop CS4, cuesta 10 veces más —984 euros—, y Photoshop Lightroom 2 vale casi el tripe —288 euros—. Ante semejante disparidad de precios —y ya que estamos en época de vacas flacas— hemos querido comprobar hasta qué punto esta versión reducida del programa cubre las necesidades de algunos fotógrafos. Sobre todo teniendo en cuenta que las ediciones profesionales han engordado tanto que casi nadie las exprime al cien por cien.
La prueba la hemos realizado desde el punto de vista de las necesidades de un fotógrafo que no realice manipulaciones dramáticas en sus fotos, como es el caso de maquillajes digitales de modelos o fotomontajes con fines artísticos o publicitarios. Por tanto, este análisis tiene sentido para los que únicamente buscan catalogar sus fotos y realizar ediciones estándar para mejorarlas. El ordenador con el que hacemos la prueba es un iMac Intel Core 2 Duo de un Giga de ram y Windows 7 Ultimate 32 bits como sistema operativo (el programa también estará disponible en breve para Mac).
Adobe Photoshop Elements se divide en dos partes diferenciadas, pero plenamente integradas. Por una parte el catalogador de imágenes y por otra, el editor en sí. Una característica clave a la hora de decidirnos a realizar este test es que PE8 puede trabajar con archivos RAW gracias a que cuenta con una versión reducida de Adobe Camera Raw 5.5. Esta característica le distancia de muchos programas de edición y catalogación básica de fotos, como Picasa e iPhoto. De hecho, Photoshop Elements 8 va muy por delante de estas dos populares aplicaciones.
Lo primero que nos ha llamado la atención es que el entorno de trabajo está muy logrado y es bastante elegante. Trabajar tanto con el editor como con el catalogador de fotos se nos antoja una tarea bastante sencilla. Sin embargo, el programa no ha sido traducido al castellano. Una gran pega, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los que recurran a usarlo buscarán ante todo sencillez en el manejo.
A la hora de organizar nuestras fotos PE8 trabaja con gran eficacia y reconoce etiquetas creadas con otros programas. Admite el reconocimiento de rostros y es capaz de ubicar geográficamente las imágenes con los mapas de Yahoo. También podemos agregar anotaciones escritas y sonoras. Por otra parte el sistema de etiquetado es visual, por lo que es bastante sencillo ir creando y administrando las distintas etiquetas.
El organizador permite también realizar ediciones rápidas de imágenes, como quitar ojos rojos o ajustes automáticos del color sin necesidad de abrir el editor principal. Esto es especialmente útil cuando simplemente queremos trabajar con lotes de fotos. En ese caso conviene recurrir a la vista en pantalla completa o partida en dos —esta última para poder comparar dos imágenes—. Evidentemente en cualquier momento podemos abrir el editor principal para realizar una edición básica de las fotos, una guiada mediante pasos que nos propone el programa (y que puede ser muy útil para novatos), o una edición estándar con todas las herramientas. También es posible desde el catalogador solicitar al editor principal la creación de fotografías panorámicas y fusionar imágenes en función de su contenido o de distintos niveles de exposición —esto último para crear imágenes de rango dinámico extendido (HDR)—.
Una vez que tenemos nuestras fotos preparadas podemos hacer pases de diapositivas, almacenarlas en un PDF como proyección, grabarlas en DVD, hacer copias de seguridad de los álbumes, crear libros de fotos, imprimirlas de múltiples formas, o enviarlas a internet. Si disponemos de Adobe Premiere Elements 8 también podemos crear películas a partir de las imágenes y publicarlas en internet o grabarlas en cualquier formato.
¿Qué podemos echar en falta frente a catalogadores más potentes como Lightroom o Aperture? Todo y nada. Es decir, si por ejemplo eres de los que necesita que tu catalogador sea capaz de clasificar tus imágenes en función del tipo de objetivo que has usado al hacerlas el programa se queda corto. Pero si lo que buscas es sólo eficacia y rapidez a la hora de ordenar imágenes ésta es una gran herramienta. Además, cuenta con alguna sorpresa como la función de publicar nuestras imágenes en Flickr.
Tal y como ya hemos dicho el programa es capaz de editar archivos RAW gracias a una edición reducida de Adobe Camera RAW 5.5. Ésta se diferencia de la versión superior en que no es capaz de realizar ediciones de curvas, no puede trabajar con las nuevas funciones de máscaras, ni incluye opciones para afinar los valores de conversión a blanco y negro o mantener a raya el viñetado de un objetivo. Sí podemos trabajar con las opciones de balance de blancos, recuperación, agregar luces de relleno, editar los negros de la imagen, el brillo, el contraste, la claridad, y la intensidad del color. También podemos tocar los valores de enfoque, ruido, o nitidez y seleccionar los distintos perfiles de imagen que proporcione nuestra cámara. Vamos, que lo fundamental se mantiene intacto.
El entorno de trabajo es relativamente similar al de Photoshop CS4, aunque los iconos son más coloridos. En general puede decirse que las opciones de manipulación de las imágenes son menores, pero no sucede lo mismo en cuanto a las opciones para editar la foto sin alterar drásticamente el contenido —aunque algunas funciones como la de alterar las proporciones de las fotos sin que ello afecte al contenido están presentes—. Es cierto que sólo podemos elegir entre dos perfiles de color (sRGB y Adobe RG 1998), que no podemos convertir una imagen a 16 bits, y que no podemos trabajar en modo CMYK. Pero por lo demás es posible editar como siempre niveles y curvas, así como crear máscaras con facilidad.
A la hora de imprimir es cierto que no podemos realizar ajustes finales para el sistema de impresión más extraño que se nos ocurra, pero el 99% de los fotógrafos aficionados y muchos profesionales tendrán más que suficiente con las opciones disponibles para llevar al papel sus fotos.
A pesar de que hemos usado en la prueba un equipo con la memoria mínima que el programa requiere, hemos podido trabajar sin problemas. Sólo hemos encontrado ciertas pegas cuando hemos activado opciones como las de fusión de múltiples imágenes. También hemos notado que en ocasiones al llamar al editor desde el programa de catalogación éste no ha respondido.
Por lo demás hemos comprobado que Photoshop Elements se lleva mucho mejor con ordenadores modestos que las dos versiones profesionales. Por lo que puede ser una gran alternativa para trabajar con fotos en ordenadores ultraportátiles con una configuración media o avanzada.
Es sabido que en el mundo de la fotografía muchos siempre quieren lo mejor de lo mejor, aunque eso en ocasiones es contraproducente. Photoshop CS4 o Lightroom son dos grandes programas que sólo necesitan los que viven de la fotografía y para la fotografía, y ni siquiera todos. No vas a ser más profesional por trabajar con un superprograma del que quizá sólo exprimes el 20 o el 30 por ciento de su potencial, que es caro, y que precisa de un hardware muy potente para funcionar.
Photoshop Elements 8 permite concentrarse en lo que de verdad importa y no perder el tiempo explorando opciones que nunca usarás. Además de ser perfecto para la inmensa mayoría de fotógrafos aficionados también es ideal para ciertos profesionales, como periodistas, cuyo trabajo principal no es trabajar con fotos, pero que de vez en cuando necesitan una herramienta avanzada de tratamiento de imágenes.
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