Zara te parece caro y Primark ya no es tan cutre ¿Te reconoces?

Hace ahora justo un año que la crisis comenzó ‘oficialmente’; la quiebra de Lehman Brothers confirmó que eso de lo que tanto se hablaba en el telediario era verdad y era el momento de empezar a tomar medidas. Resultan obvias las repercusiones de esta catástrofe financiera internacional -aumento muy significativo del paro, caídas estrepitosas de las bolsas...- pero si nos damos cuenta, ésta también ha llegado a influir en el mundo de la moda. Y no sólo porque algunos diseñadores ya no puedan permitirse ni desfilar en una pasarela y otros estén al borde de la suspensión de pagos. Echa la vista atrás justo un año y poco más: ¿notas diferencias en tu manera de consumir ropa y accesorios? Salvo que seas Carmen Lomana, cuenta con cuántos puntos de esta lista te identificas...

1. Zara, de repente, es muy caro. Nuestra primera cadena nacional de ropa accesible y de tendencias ya no nos resulta tan barata como antes. Y es que 59,90 euros por una americana o 39,90 por una camisa ya no te parecen tan buen negocio. En Zara ya prácticamente sólo te acercas a esas ofertas especiales que hay en algunas perchas o destacadas sobre una mesa con un cartel gris, y que no llegan a los 20 euros. Últimamente, de la cadena Inditex ya sólo frecuentas estos precios especiales y Bershka o Pull & Bear, Massimo Dutti ni siquiera existe. Ni qué decir tiene que TopShop es ya puro lujo.

2. Primark ya no te parece tan cutre. Ni que esté tan lejos, a pesar de que en España sólo se puede encontrar en centros comerciales de las afueras. Además, sus colecciones son cada vez más de tendencia, y la de hombre ha mejorado notablemente así que por 15 euros o menos la pieza, esta cadena irlandesa low cost es la mejor opción con la que está cayendo. Incluso Stradivarius no es tan mala elección ahora que no es tan macarra como antes, y Lefties resulta excelente para los básicos. Nuestro umbral del bajo coste ha bajado radicalmente, y también el de tolerancia al chonismo.

3. Te has comprado un aparato de quitar pelotillas a la ropa. Si hay algo que caracteriza a la ropa de Zara o H&M es la facilidad con la que se llenan de pelotillas al poco de comprarlas. Ya sabes, en los jerséis donde se juntan el brazo con tu torso o en las chaquetas donde roza el bolso, esas zonas que a los dos días de estrenar la prenda han adquirido un extraño relieve. En otros momentos a lo mejor las hubieras tirado pero ahora has descubierto la utilidad de esos aparatitos que cortan las bolitas, mucho más saludables que afeitar la ropa. Un objeto mítico de la Venca de toda la vida, también presente en casi todos los Todo a 0,60 y hasta en el catálogo de marcas respetables.

4. Has descubierto que existen las segundas rebajas. Y haces uso de ellas. Esta temporada las ofertas de última hora están sobreviviendo de manera sorprendente, y ya metidos de lleno en el otoño aún abundan en muchas tiendas rebajas del verano. Como no hay mal que por bien no venga, siempre hay prendas que pueden servirte durante los siguientes meses y te aprovechas de ello. Al fin y al cabo, ahora que ya no hay estaciones ni nada nos podemos poner más o menos lo mismo casi todo el año.

5. Tu estilo se ha vuelto mucho más clásico. La frase ‘los clásicos nunca mueren’ no había tenido jamás tanto sentido como ahora. Quizás has notado que últimamente en tus compras no abundan tanto las prendas de ultimísima tendencia a favor de esas piezas ‘imperecederas’ mucho más sencillas... Pues no es que hayas envejecido sino que eres consciente de que no puedes andar desechando la ropa después de 6 meses. Un estilo menos marcado es sinónimo de durabilidad.

6. Te piensas mucho más si deshacerte o no de esa prenda. Por suerte para todos, las tendencias se repiten año tras año así que no es difícil aprovechar la ropa de un año para otro. Y si no, también guardas todo como una urraca por si acaso se vuelve a llevar en otro momento. No estamos para desechar ropa así como así.

7. Has vuelto a frecuentar al zapatero. Las tapas y los filis han vuelto a tu vida. Si hace unas temporadas prescindías de unos zapatos en cuanto sus suelas daban muestras de flaqueza, ahora te esfuerzas un poco más en repararlos. Total, por menos de 10 euros te dejan tu viejo par de zapatos con la suela nuevecita, abrillantados y hasta con apresto. Bien mirado, acudiendo a la reparación de calzado estás favoreciendo la permanencia de una profesión que tendía a desaparecer... Todo ventajas.

8. Los accesorios empiezan a cobrar importancia en tu look diario. Ya no está la cosa para comprar toneladas de ropa, así que te esfuerzas mucho más que antes en cambiar tus looks mediante accesorios. Ya se sabe que en tiempos de crisis se venden más barras de labios que nunca: es una pequeña alegría para la compradora por mucho menos dinero que un vestido. Pues lo mismo sucede con los pequeños complementos como collares, pendientes, pulseras o diademas: ahora adquieres más que nunca a falta de textil.

9. Acabas de reparar en la proliferación de tiendas de moda de chinos en cualquier parte de la ciudad. No hablamos de esas de menaje del hogar gigantescas sino de moda made-in-China muuuuy asequible y no tan fea como podrías pensar. Los comerciantes chinos adquieren locales en los barrios más insospechados, y no necesariamente en los más humildes, para vender ropa low cost con nada de mal aspecto. Sabemos de buena tinta los esfuerzos de los propietarios por atraer a cada vez más público ya que incluso empiezan a contratar a escaparatistas españoles para modernizar sus tiendas. Y se comenta que además pagan bastante bien y no reparan en gastos. El futuro de la moda low cost está en China.

10. El do it yourself ya no te parece algo tan peregrino. Sin dinero par a grandes dispendios en tu tiempo libre, ¿qué mejor que aprovecharlo para renovar tu vestuario por dos duros? No hace falta ser especialmente manitas, sólo hay que tener un poco de voluntad, paciencia y saber dónde inspirarte. Últimamente esto del DIY ya es considerado algo muy cool atendiendo al aspecto de algunas webs dedicadas a esto y a que lo recomiendan hasta las revistas más respetables.

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