Madrid.- El incremento de la cosecha de verano y otoño entre un 12 y un 15 por ciento y los bajos precios marcarán la campaña de patata de este año, un ejercicio que el sector productor y comercializador augura "crítico", lo que hace necesarias medidas estructurales para mantener vivo el cultivo.
Así lo ha considerado la Asociación Nacional de Producción y Comercio de Frutos y Patatas (Asonal), según ha explicado hoy a Efeagro su presidente, Roberto Ruiz, quien ha advertido de que la situación del sector es "crítica y la peor parte se la llevan los productores".
Castilla y León es una de las principales comunidades productoras de patata, con unos 5.200 cultivadores, que desde hace semanas llevan a cabo protestas en demanda de mejores precios.
Ha detallado que, además del actual contexto económico general negativo, el cultivo sufre una crisis cíclica clásica derivada de la "congestión" del mercado, la concentración de la oferta y los bajos precios, que se une a un "déficit estructural" en el caso de la patata española derivado de sus problemas de competitividad.
En este tipo de crisis de la patata, según ha detallado Ruiz, "afloran con más crudeza nuestros déficit estructurales respecto al nivel de competitividad que tienen los países del norte de Europa".
El incremento de la producción en España en unas 250.000 toneladas esta temporada, respecto a la anterior campaña, se unirá previsiblemente al ascenso de aforo en Europa, lo que agravará esta situación, ya que las importaciones nacionales de este tubérculo mantienen su ritmo de crecimiento en tasas del 6 por ciento.
Además, el negativo resultado de la campaña de la patata temprana y extratemprana en Andalucía, la principal zona productora de esta variedad y cuya recolección se produce entre abril y junio aproximadamente, avala las negativas previsiones para el resto de las variedades.
Por el momento, los últimos datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de julio confirman que los artículos de la categoría "Patatas y sus preparados" registraron un descenso interanual del 15,1 por ciento y una bajada del 3,6 por ciento respecto a junio, cifra que los convierte en los alimentos con un mayor descenso mensual.
Por otra parte, las importaciones de patatas de Francia, según han explicado otras fuentes del sector, han arrastrado a la baja los precios que percibe el productor -muy por debajo del umbral de rentabilidad- y los que paga el consumidor.
En concreto, según datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la entrada masiva de patatas de fuera de España presiona a la baja los precios en origen, que se sitúan en 0,10 euros/kilogramo, mientras que los costes de producción llegan a 0,18 euros/kilogramo.
Esta organización ha lamentado que las cadenas de distribución han priorizado la compra de patata vieja francesa a precio reducido y, por tanto, de una menor calidad que la española.
La patata es la principal hortaliza importada por España y, de enero a abril de 2009, se compraron al exterior 383.633 toneladas, según los últimos datos publicados por la Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex).
En los últimos diez años, las importaciones han pasado de las 550.000 toneladas registradas en el año 2000 a más de 750.000 toneladas en la pasada campaña, ha indicado COAG.
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