Naciones Unidas.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, encabezó hoy la conmemoración en la sede de Naciones Unidas del primer Día Humanitario Mundial, dedicado a las miles de personas que arriesgan a diario sus vidas en todo el mundo para asistir a las víctimas de conflictos y catástrofes.
La jornada empezó con una ceremonia en recuerdo de los 22 empleados del organismo que hoy hace seis años murieron en el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad, que marcó el inicio de la etapa más sangrienta del conflicto en Irak.
Ban colocó una corona de flores y guardó un minuto de silencio en el rincón del vestíbulo de visitantes de la ONU en el que se guarda la bandera azul que ondeaba en el edificio el 19 de agosto de 2003.
A continuación, el secretario general aseguró en la inauguración de una exposición fotográfica sobre la labor humanitaria de la ONU que "este es un día solemne" para recordar "el sacrificio" de todos aquellos implicados en la tarea de proporcionar ayuda humanitaria.
"El año pasado más trabajadores humanitarios que nunca perdieron la vida, resultaron heridos de gravedad o fueron secuestrados. Es algo inaceptable", afirmó Ban, quien recordó que el martes dos empleados afganos del organismo internacional murieron en un atentado en Kabul.
Según los datos de la ONU, el año pasado 260 trabajadores humanitarios fueron víctimas de incidentes de seguridad que les causaron la muerte o heridas, o por los que fueron secuestrados, entre ellos personal de ONG, de Naciones Unidas o de la Cruz Roja.
Un total de 122 trabajadores humanitarios murieron el año pasado debido a estos incidentes de seguridad, frente a 36 que fallecieron diez años antes.
Ban señaló que hasta que el mundo encuentre soluciones que erradiquen el hambre, los conflictos y la carencia de atención médica, los trabajadores humanitarios seguirán "entrando en escena, corriendo con valentía hacia el peligro y determinados a ayudar a quienes lo necesitan".
Añadió que el 19 de agosto servirá, a partir de ahora, para "honrar la memoria de los trabajadores humanitarios caídos, rendir tributo a los hombres y mujeres que proporcionan esperanza y ayuda a los vulnerables, y reclamar la atención sobre el sufrimiento que se padece en nuestro mundo".
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, que asistió a la ceremonia, señaló en un comunicado la preocupación de la comunidad internacional por el creciente riesgo que afrontan las organizaciones humanitarias en las zonas de conflicto.
"Muchos pagan el precio más alto, entregando sus vidas mientras llevan a cabo un trabajo desinteresado. Instamos a todos los Estados y grupos a prestar la máxima atención a la seguridad del personal humanitario", agregó.
La Asamblea General de la ONU declaró el pasado diciembre la fecha del 19 de agosto como Día Humanitario Mundial por ser el aniversario del atentado contra el Hotel Canal de Bagdad, la sede del organismo en Irak, en el que falleció el entonces alto comisario de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Sergio Vieira de Mello.
La adopción de esta fecha ilustra la preocupación de los responsables humanitarios de Naciones Unidas, que han visto en la última década, cómo en ocasiones la bandera azul del organismo o la insignia de la Cruz Roja han pasado de ser salvoconductos a blanco de ataques deliberados.
Cerca de setecientos trabajadores humanitarios han muerto en los últimos diez años, y en los últimos tres años la media de ataques se ha triplicado respecto a los nueve años precedentes, según cifras de la ONU.
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