España vuelve a estar de moda en la Fórmula 1. Desde esta carrera, contamos con un nuevo representante en la parrilla, Jaime Alguersuari, sustituto de Sébastien Bourdais en Toro Rosso. El barcelonés afrontará la carrera más complicada de su carrera sin apenas kilómetros de entrenamiento, aunque libre de la presión por obtener un resultado. Fernando Alonso, por su parte, confirmó en Nürburgring que el podio ya no es una quimera.
Los tiempos de la F-1 siguen acortándose a ritmo vertiginoso. En la pretemporada del año 2000, buena parte de la prensa y el entorno de la categoría reina se llevaba las manos a la cabeza ante el debut de Jenson Button en Grandes Premios. Tenía 20 años. Este fin de semana, Jaime Alguersuari se convertirá, con 19 años y 4 meses, en el más joven piloto de la historia en competir en un GP. Y ni siquiera ha hecho unos entrenamientos preparatorios en condiciones. Pero ya nadie se atreve a discutir la decisión de Toro Rosso. Franz Tost, jefe del equipo italiano, la argumentaba de la siguiente manera: "Hemos optado por Jaime porque es el miembro más maduro de nuestro programa de Jóvenes Talentos. En el fondo, estamos cumpliendo la misión del equipo, dar la primera oportunidad a uno de nuestros propios pilotos". Y si (esto lo añadimos nosotros) el corredor es bueno y llega acompañado de una inyección publicitaria de dos millones de euros, pues mejor.
La misión de Jaime en Hungaroring es mayúscula. Llegará a un circuito que conoce (las World Series by Renault, categoría donde compite en la actualidad, corrieron aquí hace un mes), pero sin un solo kilómetro al volante de su Toro Rosso. Bueno, esto último no es del todo cierto, pero una cosa es probar aerodinámica en una pista de pruebas y otra bien distinta rodar a la décima contra 19 rivales del más alto nivel. En otras palabras, que más vale no presionar al español en su primera gran cita, una misión delicada, aunque también es cierto que su futuro dependerá, y mucho, de su concurso en las próximas carreras. Ya se sabe, en este oficio tu valor es equivalente a tu resultado en la última carrera...
El debut de Alguersuari llega en una fase de la temporada henchida de buenas noticias por el bien del espectáculo. Bien porque Fernando Alonso vive su primer momento dulce desde el GP de Japón de 2008, y el podio ya no es un imposible; bien porque Red Bull ha dinamitado a tiempo un mundial monocolor; bien porque los escándalos políticos van quedando poco a poco, arrinconados. En definitiva, se nota el espíritu optimista y prevacacional del 'paddock'.
El resultado del GP magiar determinará, en gran medida, el devenir de este loco campeonato. A priori, los Brawn GP lo tienen todo a favor para alzarse con el doblete, si el fin de semana se ajusta al clima habitual en la región, a saber, sol como techo y asfalto abrasador. En estas condiciones, su coche debería ser superior.
Ahora bien, la nómina de posibles rivales ya no es tan pequeña como hace dos carreras, lo que puede ser un arma de doble filo para Jenson Button. Red Bull es, ahora mismo, la primera fuerza del certamen. Sus aplastantes triunfos en Silverstone y Nürburgring confirman que Sebastian Vettel y Mark Webber merecen figurar en todas las quinielas por el triunfo. A partir de aquí, que nadie pierda de vista a los Ferrari e, incluso a McLaren y Fernando Alonso, que podrían incordiar a más de uno en la pelea por el podio. El rendimiento del español ha recibido un fuerte espaldarazo tras el GP alemán, donde el R29 pasó de ser mediocre a pelear con los Brawn marcando la vuelta rápida por el camino. ¿Realidad o ficción? Estudiando a conciencia las palabras y los silencios de Alonso, todo invita al optimismo. Igual que en 2008, parece ser que el equipo técnico que dirige Pat Symonds ha descubierto algo que ha cambiado el coche por completo. Los primeros indicios apuntan a alguna variación en el eje delantero, aunque habrá que esperar para conocer más detalles.
Fuera de la actualidad pura de carrera, Hungría suele dar el pistoletazo de salida a la rumorología más interesante de la temporada, etapa que la prensa inglesa suele denominar 'Silly Season'. 2010 sale de la despensa cuando a duras penas sabemos cómo acabará este año de locos... Al comentado fichaje de Fernando Alonso por Ferrari hay que sumar ahora otro apunte de origen nacional, que coloca a Pedro Martínez de la Rosa como principal candidato al primer asiento de la nueva escudería Campos. La credibilidad de esta noticia quedará confirmada en breve, pues el patrón del equipo, Adrián Campos, presentará a uno de sus pilotos en el próximo GP de Europa, que se disputará en Valencia el mes que viene.
En Toyota, mientras Jarno Trulli afirma haberse asegurado la renovación, otras fuentes apuntan a una hipotética retirada del equipo. McLaren y BMW, por su parte, también acumulan ciertos rumores, pero en este caso relativos a posibles bajas en su futura alineación. Heikki Kovalainen tiene muchos números de caer del segundo asiento inglés (se dice que, entre tanto, negocia con Williams), y Nick Heidfeld apura sus últimos días en su equipo y puede que en la F-1. Ocurra todo esto o no, lo que está claro es que el movimiento de Fernando Alonso despertará una cascada de transferencias y cambios de asiento que, hoy por hoy, sólo dejan a una formación indemne, Red Bull.
El segundo gran foco de interés es la batalla por la presidencia de la FIA entre el favorito, Jean Todt, y Ari Vatanen. El francés llega avalado por su temple y capacidad organizativa, como bien atesoró en su etapa como director de Ferrari, pero con un apoyo envenenado, el de Max Mosley. Su programa apunta a una línea continuista, basada en la preeminencia de la F-1 sobre todo lo demás, concepto que crea cierto recelo en aquellos que veían en la salida de Mosley el final a una era más bien oscura. Vatanen, por su parte, entra en escena con ganas de cambio. El mundo de los 'rallies' se volcará con él, aunque sus posibilidades de triunfo pasan por el 'paddock' de los GGPP. Y mientras Mosley hace las maletas, los equipos tienen bastante avanzado el texto del nuevo Pacto de la Concordia, que nace con la idea de reducir los presupuestos de los equipos a niveles de final de los años noventa.
El Gran Premio de Hungría arrancará el viernes con la disputa de los entrenamientos libres. El sábado a las 14 horas, turno para los oficiales, idéntico horario escogido para la carrera. Durante el fin de semana, el 'paddock' recordará la pérdida el pasado fin de semana de Henry Surtees, hijo del campeón mundial de F-1 de 1964, John, que falleció en un accidente durante una carrera de Fórmula 2 en Brands Hatch.
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