Ambas por separado son peligrosas. A la vez, sin embargo, pandemia y crisis económica pueden ser un arma letal y así se están demostrando en países como México y Argentina. El virus de la gripe A (H1N1), que estalló en el continente americano hace más de tres meses, se ha llevado por delante las esperanzas de recuperación económica de los dos países donde por ahora ha actuado con más virulencia. En México ya han avisado de que la riqueza del país (Producto Interior Bruto) caerá cerca de un 10% en este año frente al 2,5% que tenían previsto, mientras que en Argentina la caída ya va por el 1,4% extra y el dinero perdido puede ascender a los 16.000 millones de dólares. ¿Qué pasará en Europa cuando previsiblemente llegue con toda su fuerza el próximo otoño?
"México pagó el pato porque fue el primer país que sufrió la crisis y Argentina ha gestionado la crisis muy mal, pero en Europa estamos mucho más preparados para afrontarlo" explica el economista del IE Business School Juan Carlos Martínez Lázaro. El experto no se refiere sólo a la gestión sanitaria de la gripe A, que también, sino a la forma de afrontarlo para que afecte en lo mínimo posible a los 'brotes verdes' que se están avistando en algunas economía del Viejo Continente.
A su entender, los costes económicos que puede acarrear un rebrote de gripe este otoño dependerán mucho de cuan intenso sea el contagio. De primeras cree que los Gobiernos tendrán que hacer frente a unas facturas sanitarias abultadas (vacunas, hospitalización y aislamiento) y las empresas se deberán enfrentar a un absentismo moderado de sus trabajadores lo que implicará que se produzca menos de lo normal.
Hasta aquí todo más o menos normal. Lo realmente preocupante, en su opinión, es el papel que puede jugar el factor miedo. Tanto en Francia como en Reino Unido se están planteando retrasar el inicio del curso escolar por temor a que los colegios se puedan convertir en un foco infeccioso. "Esto afecta a actividades que rodean a las escuelas como los comedores o el transporte público", explica Martínez Lázaro. Un estudio de la revista The Lancet Infectious Diseases ha calculado que cada doce semanas de cierre de las escuelas conlleva un gasto del 1% del PIB de Inglaterra y un 6% del estadounidense. Además, según concreta el economista, clausurar los colegios sólo es un aviso de lo que viene: evitar más concentraciones de gente como en el transporte público, conciertos, restaurantes, etc.
Eso es justamente lo que pasó en México nada más estallar la alarma mundial por gripe A. El país se instaló en una inactividad total que le ha costado 4.000 millones de dólares según reconoció el propio Gobierno. Además, la mala imagen con la que se quedó el país latinoamericano hizo que el turismo, la tercera fuente de ingresos mexicana, se desplomara de golpe.
"En el pasado, las epidemias acarrearon graves disminuciones en el comercio, los viajes y el turismo, y un repliegue temporal de la actividad en los mercados", explica el gerente del sector Salud del Banco Mundial en América Latina, Keith Hansen, en una charla online en la web del Banco Mundial. Hansen considera que el impacto actual será menor porque estamos más preparados que antaño. Aún así, las previsiones de la organización donde trabaja no son nada alentadoras: El H1N1 puede llegar a costar tres billones de dólares, algo que en la coyuntura económica actual es mucho.
El peor escenario posible lo ha dibujado hace apenas unos días el 'think tank' británico Oxford Economics. En un estudio suyo plantean la posibilidad de que la propagación del virus este invierno alargue la recesión a tres o cuatro años y que afecte severamente a todos los sectores económicos.
"Un brote de gripe anómala en otoño, justo en el momento en que la economía empieza a recuperarse de la crisis, amenazaría a los ya de por sí frágiles negocios e incrementaría la presión sobre los mercados financieros y balances fiscales. Eso podría generar un círculo vicioso que pospondría la recuperación por otros dos años", explica el estudio. El 'think tank' coincide con el economista Martínez Lázaro en que el virus afectará a la producción porque los trabajadores se quedarán una media de tres semanas sin salir de casa. También coinciden en que la caída del comercio y de los servicios será contundente en el caso de que se decrete algún estado de alarma.
Suponiendo, como supone el estudio, que la tasa de contagio será del 30% de la población las cifras no son nada halagüeñas: la riqueza del Reino Unido —el país europeo más afectado por la gripe A— caerá en torno a un 5%, mientras que la Europa continental lo tiene peor ya que depende más del turismo. Además, el precio de las acciones volverá a caer estrepitosamente por la aversión de los inversores al riesgo en épocas movidas. Por si esto fuera poco, planea la sombra de una deflación (caída de precios) continuada si nadie se atreve a salir de casa para consumir... ¿Alguien da más?
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