SEÚL.- La salud de Kim Jong Il, las pruebas nucleares, el lanzamiento de misiles... Corea del Norte parece estar en las noticias continuamente. Hoy mismo el régimen de Pyongyang mostraba imágenes del dictador visitando una fábrica para desmentir las informaciones lanzadas por la televisión surcoreana en las que se aseguraba que Kim padece cáncer de páncreas. Estas noticias llegan en un momento en el que muchos opinan que el país se está mostrando demasiado conflictivo, poniendo en peligro su propia existencia, la paz de la región y también la global. Así, no es de extrañar que el problema de su sucesión haya traspasado fronteras. Las posibilidades que se abren son tan enigmáticas y opacas como el propio líder norcoreano.
Todos sabemos que el régimen totalitario norcoreano sobrevive en una situación precaria: la economía es un fracaso, la gente pasa hambre, los derechos humanos básicos son casi inexistentes... Por ello, las autoridades están perdiendo en parte el control interno y han reaccionado poniendo en práctica algunas acciones.
"Corea del Norte mantiene el poder haciendo que su gente pase hambre y no tenga energía para poder rebelarse", explica Kim Tae Jin, desertor norcoreano y director de Democracy Network against North Korean gulag (nkgulag), una ONG que intenta parar los abusos de derechos humanos en el país asiático. "Esta rebelión significa que hay más gente que intenta huir. Los ciudadanos saben más sobre lo que ocurre en el exterior y el régimen está perdiendo el control".
Según esta organización, el 'reino ermitaño' está cada vez menos aislado. Esto hace que el régimen parezca débil e incapaz de controlar los retos a los que se enfrenta el país. Mientras que otros regímenes similares se han ido abriendo y comprometiéndose con sus vecinos, en Corea del Norte esto no es posible. Kim Jong Il no puede ceder ante las presiones externas, porque la sociedad que deifica al 'querido líder' no entendería. Por ello, "Kim necesita actuar de forma agresiva, para que el pueblo norcoreano piense que mantiene el férreo control", añade Kim de nkgulag.
Pero el viejo dictador no pasa por su mejor momento. Su salud se ha convertido en un tema muy importante en el país, ya que marca el futuro de la dirección de un régimen en el que sus instituciones y medios de comunicación se dedican constantemente a glorificarle como líder perfecto. La noticia de que Kim Jong Il, de 66 años, tuvo un ataque al corazón el año pasado que le dejó casi dos meses incapacitado no ayudaron. A esto hay que añadirle el supuesto diagnostico de un cáncer [el de páncreas] del que tan solo un pequeño porcentaje de la gente que lo padece sobrevive más de cinco años.
Del otro lado de las fronteras, el estado del líder también está produciendo mucha expectación. De hecho, la comunidad internacional no se olvida de que la muerte de Kim podría significar el fin del régimen, pero también podría dar lugar a un periodo de mayor inestabilidad en un país regido durante décadas por el miedo y la opresión.
Uno de los grandes problemas es que Kim aún no ha elegido quien será su sucesor, como hizo el Gran Líder Kim Il Sung antes de morir en 1994. Algunos analistas piensan que el mandatario está intentando mantener el poder bajo la dinastía familiar apostando por su tercer hijo, aunque hay pocas evidencias al respecto. La mayoría de expertos opina que la influencia del poder militar, muy conservador, es decisiva. Pero la realidad es que hay mucha especulación y nadie sabe realmente qué pasará. Lo único que se conoce a ciencia cierta es que hay tres centros de poder en las élites norcoreanas: la familia Kim, el poder militar y el partido.
Si hubiera una transferencia hereditaria del poder, los posibles contendientes serían los hijos de Kim Jong Il: Kim Jong Nam (37 años), Kim Jong Chol (se cree que tiene 27), y Kim Jong Un (25). Pero la elección no es fácil, ya que sus hijos son de dos mujeres diferentes y ninguna de ellas estuvo oficialmente casada con Kim.
La opción lógica sería que Kim Jong Nam fuera el sucesor, pero se cree que dejó de ser el preferido en 2001, cuando intentó fallidamente entrar con un pasaporte falso en Japón para poder ir a Disneyland. Se sabe que Kim Jong Chol ha acompañado a su padre en viajes oficiales, pero su nombre no ha salido en las recientes quinielas sobre la sucesión en los medios. Muchos se han centrado en Kim Jong Un, considerado el favorito de su padre, aunque su juventud es problemática por la importancia de la edad en la tradición coreana.
Pero ninguno de los tres ha sido cuidadosamente educado para ejercer como líder en la manera en que él lo es. Por eso, muchos analistas piensan que si uno de sus hijos es elegido se convertirá más en una cara pública que en un líder real.
Desde mediados de los 90, la importancia del Ejército ha ido creciendo. Algunos de los posibles candidatos como futuros líderes son Hyo Chol Hae (74), vicedirector del departamento de Política General de la Armada y uno de los más frecuentes acompañantes de Kim; Ri Myung Su (71), director del departamento administrativo de la Comisión de Defensa Nacional, un reducido y exclusivo cuerpo de diez hombres en el pináculo de la élite norcoreana y con contacto directo con Kim desde los setenta; y O Kuk Ryol, conocido como los ojos y los oídos de Kim en las Fuerzas Armadas.
Kim Yong Nam (80) es el jefe del consejo del parlamento de Corea del Norte y un miembro del politburó. Él es nominalmente el Jefe de Estado y, según algunos académicos, es la segunda persona más poderosa después de Kim Jong Il . Sin embargo, otros opinan que su perfil es bajo en la mitología revolucionaria, lo que lo excluye como posible sucesor (además de su avanzada edad).
Chang Song-taek (62) es el marido de la hermana de Kim Jong Il y, hasta principios de 2003, uno de los confidentes del 'querido líder'. Ese año Chang tenía demasiada influencia pero fue "purgado" y recluido para ser reeducado. Pero ahora está de vuelta en la administración del Partido. Un reciente informe sugiere que podría convertirse en el verdadero líder en la sombra, detrás de un liderazgo supuestamente dirigido por uno de los hijos de Kim Jong Il.
"Parece haber muchas opciones y muchas posibles variaciones, pero da igual quién asuma el poder. Al final todos tienen el mismo tipo de ideología", dice Yoo Dong Ryul, miembro de la inteligencia surcoreana. "Simplemente habrá una pequeña esperanza de posible apertura si muere Kim Jong Il", subraya.
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