Logroño.- El alcalde de Logroño, Tomás Santos, ha dedicado hoy los "banderazos" del día de San Bernabé al esfuerzo común para superar la crisis, al Casco Antiguo y a la memoria de los logroñeses fallecidos en el último año.
La procesión de las fiestas de San Bernabé, que conmemoran la victoria de los ciudadanos de Logroño contra los franceses en 1521, ha partido a mediodía de la concatedral de La Redonda, con una comitiva encabezada por el alcalde, con la bandera de la ciudad, arropado por el resto de la Corporación.
Escoltados por los gigantes y cabezudos, las imágenes de San Bernabé y de la virgen de la Esperanza, patrona de Logroño, han recorrido las calles del Casco Antiguo, donde se han congregado cientos de ciudadanos bajo un fuerte sol.
El primer "banderazo", con el que el primer edil enarbola la enseña de la ciudad como símbolo de dominio, ha sido bajo el arco de San Bernabé, en el principio de la calle Portales.
Santos ha dedicado este acto "a la superación de la crisis económica con el trabajo, el esfuerzo y la ayuda de todos", sin olvidar ofrecer "solidaridad a los más desfavorecidos", a quienes no se puede "olvidar".
Tras pasar por la calle Rodríguez Paterna y avenida de Viana, la comitiva ha enfilado Marqués de San Nicolás, hasta su confluencia con Mercaderes, en la esquina conocida como "Cuatro cantones".
Allí, "en el cogollo de la ciudad", ha mostrado su "respeto, cariño y consideración a quienes han habitado y habitan en el Casco Antiguo" y ha recordado que, pieza clave de su recuperación, será la próxima construcción del Centro de la Cultura del Rioja, justo en esa esquina.
Animado por su paisanos con gritos de "Venga Tomás" y "Olé", la procesión municipal ha continuado por la calle Mayor hasta la plaza del Parlamento, donde se han incorporado los presidentes del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, y de la Cámara regional, José Ignacio Ceniceros, entre otras autoridades autonómicas.
Tras presenciar la actuación del grupo de danzas regionales "Aires de La Rioja", el obispo de la Diócesis riojana, Juan José Omella, ha bendecido el pan, el pez y el vino.
En la puerta del Revellín, el alcalde ha dedicado el tercer de los "banderazos" a la "memoria de aquellos que murieron defendiendo la ciudad en 1521 y por aquellos que faltan desde el último San Berbabé".
Así, Santos ha tenido un especial recuerdo al miembro de la Cofradía del Pez José Luis Dulín y al concejal Carmelo Cabezón, y con el deseo de "va por ellos, va por Logroño", ha cruzado la bandera por última vez, aunque con peor fortuna, porque se le ha quedado enrollada al mástil.
Toda la comitiva ha disfrutado del pan, el pez y el vino, de los que la Cofradía del Pez ha repartido este año unas 24.000 raciones, según ha explicado a Efe su cofrade Eugenio de la Riva.
Además de 900 kilos de alevines de trucha de piscifactoría, se han distribuido 24.000 bollos de pan y mil litros de vino, en jarritos de barro con la fecha de hoy.
"A las 9:15 de la mañana había ya muchas personas haciendo fila y se ha tenido que parar el reparto durante una media hora, porque no se llegaba a todos", ha dicho de la Riva.
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