Que las elecciones europeas se han planteado en clave nacional en los 27 países de la UE era algo que ya sabíamos. En España, la crisis ha marcado la agenda de unos candidatos que han abordado el enfrentamiento electoral como una pugna entre Gobierno y oposición. Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo han proclamado al PP como claro vencedor. Con más de seis millones y medio de votantes y 23 eurodiputados, ha sacado una ventaja de casi 600.000 votos —3,6 puntos— y dos representantes a un PSOE que empieza a acusar el desgaste de la crisis económica. En consonancia con sus homólogos socialdemócratas en el resto del continente, Zapatero se ha dado un batacazo (aunque no tan grande como en Francia o Reino Unido). Aparte de ellos, ¿quién ha perdido y quién ha ganado en estos comicios?
Se la ha jugado todo por el todo al hacer de la crisis y de los cuatro millones de parados un arma arrojadiza contra el Gobierno. Y todo ello en un momento en que su gestión se pone en mayor entredicho. Tal y como pronosticaban la mayor parte de los sondeos, el PP se ha impuesto al PSOE, aunque con menor claridad de las previsiones más optimistas. No sabremos nunca si las polémicas ideas sobre el aborto de Mayor Oreja han conseguido movilizar a los votantes socialistas. Su campaña, centrada hasta la extenuación en la situación económica y el paro, ha planteado la cita electoral como una lucha entre dos formas distintas de entender la economía y de hacer frente a la crisis.
Es el gran vencedor de la noche. La victoria le da un balón de oxígeno al presidente 'popular' que ha ganado sus terceras primarias consecutivas tras el Congreso de Valencia y las elecciones gallegas y vascas. El 1 de marzo supuso ya un refrendo importante: además de arrebatar Galicia al bipartito de la mano de Alberto Núñez Feijóo, conseguía que el PP se convirtiera en la llave del cambio político en el País Vasco, el gran tanto que se apuntó Zapatero en aquella ocasión. Sin embargo, el resultado final de esta noche está lejos de suponer el despegue que algunos esperaban. El sector más crítico ha reprochado a la dirección que no sea capaz de sacar un mayor provecho de la situación de debilidad de Zapatero y los suyos. Las cifras no son ni mucho menos lo suficientemente aplastantes como para atisbar en ellas el inicio de un cambio de ciclo político. Pero, ¿bastarán para que aguante hasta las próximas elecciones generales?
Si alguien tenía alguna duda de si la implicación de Camps en el 'caso Gürtel' iba a pasar factura electoral en la Comunidad Valenciana, fiel bastión 'popular', las cifras dan hoy una respuesta contundente: el PP ha conseguido doblar la distancia obtenida con el PSOE en los comicios europeos de 2004, recabando 279.000 votos más que los socialistas, a los que saca casi 15 puntos de ventaja. Otro tanto que se marca Rajoy, que ha convertido la campaña en toda una cruzada en defensa del presidente valenciano, cuyo honor se ha propuesto salvar. ¿Y la trama de espionaje en la Comunidad de Madrid? Tampoco parece haber sido motivo de castigo electoral: el PP ha confirmado su dominio, imponiéndose con el 48,61 por ciento de los votos.
¿Quién habría podido decirle hace un año a Rosa Díez que, además de abrirse paso en el Congreso, lograría hacerse con un diputado en la Eurocámara? Los sondeos, que oscilaban entre uno o ningún representante, se han inclinado finalmente de forma favorable al partido de la ex dirigente socialista, que enviará a Estrasburgo a Francisco Sosa Wagner. UPyD revalida de esta forma su nicho electoral y acomoda su presencia en el abanico de formaciones en España, algo que una más que satisfecha Díez ha recalcado: "hay una fuerza política emergente llamada a ser alternativa al PP y al PSOE". Su formación, además, se convierte en la tercera más votada en 32 capitales de provincia.
"Moderada satisfacción" Con estas palabras ha definido el partido encabezado por Cayo Lara su resultado en las europeas. Satisfacción porque conserva los dos eurodiputados con que contaba, pero moderada porque pierde un total de 62.746 sufragios y desciende al 3,75 por ciento de los votos, frente al 4,15 que obtuvo en 2004.
La Coalición por Europa mantiene unos resultados muy similares a los cosechados en 2004 (repite el 5,1 por ciento de los votos). CiU recupera la segunda plaza en las elecciones europeas en Cataluña —después de ser desplazado por el PP— y recorta doce puntos al PSC. Los dirigentes convergentes consideran estos resultados como un balón de oxígeno para las próximas elecciones autonómicas.
La otra cara de la moneda es el PNV, quien, aunque sigue siendo el partido más votado de Euskadi, pierde casi 45.000 votos (6,74% menos), y ve como los socialistas le pisan los talones, quedándose a 6.800 votos.
Ya se sabe que en toda elección que se precie, todos los partidos resultan ganadores. Según ellos, claro. El PSOE se ha cubierto las espaldas en las últimas semanas y ha llegado a ver con buenos ojos una derrota por la mínima o no demasiado abultada. Ha pasado un año y tres meses desde que el PSOE revalidó su triunfo en las generales y ésta es la primera cita electoral nacional desde entonces: ahora el PP pasa a ser el partido más votado. La dirección federal del PSOE, a pesar de haber perdido 700.000 votos respecto a 2004, cree que ha conseguido "salvar los muebles" en unos comicios de los que podrían haber salido mucho peor parados. Leire Pajín, por su parte, ha calificado el resultado de "digno". Sin embargo, los números dejan claro que el PSOE empieza a sufrir el desgaste de la crisis, aunque todavía está muy lejos de encontrarse hundido.
La otra cara de la moneda de UPyD es Iniciativa Internacionalista (II) La formación encabezada por Alfonso Sastre, sobre la que ha pesado durante toda la campaña la amenaza de la ilegalización, ha obtenido 175.880 votos (un 1,23 por ciento) y ha sido la primera fuerza de la lista en quedarse sin representante. Arnaldo Otegi, que pidió al voto 'abertzale' que apoyara a II, se ha mostrado esta noche satisfecho por los resultados electorales, destacando que "los únicos" que suben en el País Vasco es "la gente de la izquierda abertzale". Los 115.281 votos que ha cosechado en el País Vasco, los 22.985 en Navarra y los 16.575 en Cataluña han sido sus principales apoyos, pero la formación no ha logrado aglutinar bajo su paraguas a todo el voto radical. Además, al no conseguir meter a ningún representante al Europarlamento fracasa la estrategia de tratar de convertir las instituciones europeas en un foro del conflicto vasco.
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