LONDRES.- Las elecciones europeas en Reino Unido no han servido para estrechar los lazos con Bruselas, sino para lanzar un ultimátum al primer ministro británico, Gordon Brown. El 'premier' lleva meses en la cuerda floja. La falta de liderazgo en su partido queda ratificada cada día y la prensa ha dado a conocer un complot que pretende sacarle de Downing Street antes de las vacaciones de verano. Desde que llegó al poder hace ahora dos años, Brown atraviesa su semana más crítica. Varios ministros de su gabinete han presentado su dimisión, ha cosechado los peores resultados electorales de su historia y muchos creen que los "rebeldes" del partido podrían conseguir fácilmente las firmas suficientes para echarle del número 10 en julio. Con el anuncio de la remodelación de gabinete ha conseguido algo de oxígeno, pero el domingo, los resultados de las europeas podrían terminar de enterrarle. A continuación se ofrecen las claves de una semana que ha cambiado el rumbo de Reino Unido.
El 'premier' lleva meses en la cuerda floja, pero la crisis económica y la publicación de los excesos que los diputados disfrutaban a costa del contribuyente han servido para enterrar aún más su figura. El laborismo ha pasado por diferentes escándalos que demuestra que ha llegado el fin de una era y cada vez parece más probable que los conservadores retomen el poder de nuevo después de 13 años. Cuando Gordon Brown llegó a Downing Street hace ahora dos años, durante meses gozó de una auténtica luna de miel con el electorado. Sin embargo, desde el momento en el que no se atrevió a convocar elecciones generales comenzó su declive. En determinados momentos, como el mes de abril con la gestión del G-20, su popularidad arañó algunos puntos, pero la crisis de Gobierno actual podría significar su final definitivo.
No. En muchas ocasiones la prensa ha publicado su "muerte política". En mayo de 2008, los pésimos resultados que cosechó en las elecciones locales (los peores en 40 años) estuvieron muy cerca de costarle el puesto y en octubre hubo un intento por parte de los "rebeldes" del partido para animar a David Miliband, ministro de Exteriores, a plantarle cara aprovechando su baja popularidad. Brown siempre ha conseguido, contra todo pronóstico, sobrevivir. Sin embargo, en esta ocasión se dan circunstancias excepcionales. Westminster atraviesa el peor escándalo de su historia con los gastos de los parlamentarios y el laborismo ha cosechado en las elecciones locales de Inglaterra unos resultados jamás vistos.
Muchos de ellos han presentado su dimisión en vista de los pésimos resultados que espera cosechar el Gobierno en las próximas elecciones generales. Otros lo han hecho tras la presión recibida por la publicación de los gastos que pasaban a costa del bolsillo del contribuyente. Bastantes eran conscientes de que Brown no les incluía en la remodelación del gabinete y alguno que otro ha aprovechado su mala relación con el 'premier' para dejarle colgado en el peor momento.
No todas las dimisiones han afectado igual a Gordon Brown. Éstas son las que se han llevado a cabo:
Durante los últimos meses han tenido lugar varias intentonas por parte de los rebeldes del laborismo para deshacerse de su líder. Sin embargo, en esta ocasión parece que tienen un complot preparado al milímetro. The Guardian explicó que han hecho circular un correo por el partido y han recaudado ya 50 firmas que piden la cabeza de Brown. Si consiguen 71, podrían empezar el proceso para promover la transición. Además, han organizado un calendario muy conciso que detalla como el 'premier' podría abandonar Downing Street antes de que el Parlamento cierre sesiones por vacaciones. Las primeras dimisiones les dieron bastante poder, pero el apoyo que han demostrado los últimos ministros tras abandonar su cargo les ha frenado los planes. Además, Brown ha logrado sacarles ventaja con una remodelación de Gobierno que deja intactos a los pesos pesados del laborismo para asegurarse su apoyo.
Brown ha sabido muy bien a quién podía mover a y quien no. Peter Mandelson, David Miliband y Alistair Darling siguen en sus puestos. El hecho de que Darling se mantenga al frente del Tesoro ha sido toda una sorpresa porque el propio Brown dio a entender estos días que pretendía cambiarlo. Su intención era promocionar a su amigo Ed Balls, pero al no contar con el apoyo de los 'blairistas' ha decidido dejarle al frente de Educación. Alan Johnson, visto por todos como la persona idónea para sustituir al primer ministro, se ha convertido en el ministro de Interior dejando claro en el partido que apoya sin tapujos al premier.
El actual ministro de Interior goza del apoyo de los 'blairistas' y 'brownistas', pero ha dejado claro que Brown es la persona idónea para liderar el partido. Los rebeldes son conscientes de que si al final le ponen al frente del laborismo sería el segundo primer ministro que imponen al electorado en esta legislatura sin pasar el examen de las urnas.
El mismo día en el que se celebraron las elecciones europeas en Reino Unido, tuvieron lugar los comicios en 34 autoridades locales. El recuento de éstos últimos han dado al laborismo los peores resultados de su historia. Si los resultados se extrapolaran a unas elecciones generales, los 'tories' obtendrían un 38 por ciento de los votos, frente al 23 por ciento de los laboristas y el 28 por ciento de los liberales. Los laboristas no sólo han quedado como tercera fuerza política, sino que han perdido los cuatros feudos de Stafford, Lancaster, Nottingham y Derby, donde llevaban gobernando 30 años. Tras estas elecciones locales, los laboristas han perdido todos los condados de Inglaterra.
Los resultados están previstos para el domingo por la noche o el lunes por la mañana. Se prevé otro fuerce batacazo para el laborismo, ya que algunos sondeos le sitúan incluso como cuarta fuerza política por detrás de conservadores, Liberal Demócratas y Ukip, el partido antieuropeo que quiere desligarse de Bruselas.
Pese a las presiones dentro y fuera de su formación para que deje el cargo, Brown descartó esa alternativa y subrayó que su deber es "acabar la tarea". "No vacilaré. No abandonaré. Seguiré haciendo mi trabajo", aseguró. El primer ministro atribuyó el descontento de los ciudadanos al reciente escándalo por los abusos de las dietas parlamentarias y la crisis económica, y, aunque aceptó también su responsabilidad, no dio muestras de plantearse abandonar el Gobierno. "Tengo fe en cumplir con mi deber... Creo en que no hay que abandonar en tiempos difíciles. No soy complaciente, nunca he sido arrogante. No dudo que hemos sufrido una gran derrota. Pero la tarea a la que se enfrenta este país es tan grande que debemos continuar el trabajo".
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