Quito.- Miles de personas se congregaron hoy en un parque de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil (suroeste) para apoyar una reforma educativa que lleva adelante el Gobierno, pero que es criticada por el mayor sindicato del magisterio.
La masiva concentración fue encabezada por el propio presidente del país, Rafael Correa, quien promueve una evaluación masiva obligatoria de los profesores para mejorar el nivel educativo nacional.
La Unión Nacional de Educadores (UNE), que congrega a la mayor parte de los profesores públicos de Ecuador, se opone a esa evaluación, porque teme que ponga en riesgo la estabilidad de los docentes.
El ministro de Educación de Ecuador, Raúl Vallejo, aseguró que la concentración de hoy es parte de la "revolución educativa" que lleva adelante el Gobierno, que busca crear un "sistema educativo de excelencia".
De su lado, Correa afirmó que su Administración no descansará hasta ver liberada a la educación pública de "esas mafias que se han creído propietarias" del sistema de enseñanza.
Si no hay una transformación educativa, no habrá "revolución ciudadana", remarcó Correa, tras señalar que no dará marcha atrás en los procesos de evaluación a los maestros.
"Sin educación de calidad y calidez, que a nadie le quede duda, no habrá futuro para el país", afirmó el mandatario, quien aseguró que la mayoría de los profesores ha acudido a las evaluaciones.
Según el mandatario, "hay pocos maestros que se han quedado en la mediocridad" porque, por ejemplo, en Guayaquil han acudido a rendir sus pruebas el 68 por ciento de los profesores, pese a que la UNE pidió a sus afiliados que no se presentaran.
Los que han dirigido el magisterio en Ecuador, durante décadas, han estado "impulsando la mediocridad, pisoteando la excelencia", aseguró el jefe del Estado, tras exigir a los maestros que "no le hagan ese daño a los jóvenes".
Explicó que las evaluaciones pretenden determinar los conocimientos de cada uno de los profesores y dijo que los que han obtenido bajas calificaciones se someterán a un proceso de capacitación.
Después de un año, los profesores que no hayan tenido buenas calificaciones rendirán una segunda evaluación y si no obtienen la nota mínima requerida serán retirados del magisterio, explicó el mandatario.
Correa sostuvo que hay que "huir de la mediocridad como de la peste" e insistió en su propósito de crear en el país un sistema educativo público de excelencia, mejor que el que ofrecen los centros privados.
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