Quito.- El Gobierno de Ecuador, encabezado por el presidente Rafael Correa, ha logrado disuadir en dos días duras protestas de indígenas y del magisterio, antiguos aliados suyos a los que el Ejecutivo busca atraer de nuevo a su entorno, tras abrirse sendos procesos de diálogo.
Correa, que se define como un humanista, cristiano y de izquierda, vio en el diálogo una forma para solucionar los problemas que se habían generado con los indígenas y con el gremio de docentes, que se oponían a ciertas reformas del Ejecutivo.
La Unión Nacional de Educadores (UNE), el mayor sindicato del magisterio, convocó a su protesta hace casi un mes, mientras que la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) lo hizo hace una semana.
El magisterio protestó contra unas evaluaciones a docentes impulsada por el Ejecutivo, los expedientes administrativos que se abrieron a maestros que no acudieron a rendir esas pruebas y contra una reforma educativa, que exigía sea consensuada.
La Conaie, de su lado, se oponía a un proyecto de Ley de Recursos Hídricos, de la cual temía que permitiera la privatización del agua, y pedía enmendar una Ley de Minería ya aprobada, a la que consideraba perjudicial para el país, extremos negados siempre por el Gobierno.
Ambas protestas coincidieron la semana pasada en un hecho que cambió la posición rígida del Gobierno, que llamaba al diálogo con la condición de que se pusiera fin a las protestas.
El miércoles pasado, en la provincia amazónica de Morona Santiago, en el sureste del país, durante un choque entre indígenas de la etnia Shuar y policías, que intentaban despejar una vía bloqueada, falleció el profesor Bosco Wizuma, a causa del impacto de un perdigón en la cabeza.
La muerte de Wizuma, profesor Shuar, levantó una pelea entre indígenas y el Gobierno, que se acusaban mutuamente del hecho, asunto que, además, fue aprovechado por la oposición de derechas para criticar al Ejecutivo.
Entonces, el Gobierno hizo un clamoroso llamamiento al diálogo a la Conaie, que se concretó el pasado lunes, cuando ambas partes se reunieron en el Palacio presidencial de Carondelet, en el centro de Quito, y lograron llegar a varios acuerdos.
Los indígenas consiguieron que se revise el denominado proyecto de Ley de Aguas, la Ley de Minería y asuntos relacionados con el sistema de Educación Bilingüe, así como conformar una comisión bipartita que investigue la muerte de Wizuma.
Al finalizar esa cita los dirigentes de la Conaie también pidieron al Gobierno que dialogue con la UNE, lo que se concretó hoy, en el mismo Palacio de Gobierno tras una masiva manifestación del magisterio por las calles de la capital.
Tras la reunión de diálogo de hoy, encabezada por el vicepresidente del país, Lenin Moreno, la UNE suspendió las protestas y destacó varios acuerdos alcanzados con el Gobierno.
Los dirigentes del sindicato de profesores aceptaron someterse al proceso de evaluación docente, al que se oponían, y el Gobierno admitió que la futura Ley de Educación sea consensuada entre todos los involucrados, incluida la UNE.
Sin embargo, los indígenas y profesores han señalado que se mantendrán vigilantes del cumplimiento de los acuerdos, mientras el Gobierno les ha pedido que si surgieran eventuales discrepancias, estas se resuelvan a través del diálogo y sin protestas.
Con esas prerrogativas, el Gobierno, la Conaie y la UNE apuntan a fortalecer el diálogo, impulsar objetivos comunes y dejar atrás las protestas que, por su parte, la oposición política intentó aprovechar como caballo de batalla contra el Ejecutivo.
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