Zapatero ha anunciado, durante una reunión plenaria que celebró ayer el grupo socialista en el Congreso, una "drástica reducción" de la publicidad en TVE. Las palmas de las manos de los parlamentarios del PSOE echaban humo. Las de los accionistas de las cadenas privadas, sangraban (las heridas que se hicieron aplaudiendo las TDT de pago estaban aún sin cerrar). Es lo que tiene la tarta publicitaria: el dinero que deje de entrar en la televisión pública, va directamente a la caja de las privadas. Un dato. Nada más conocerse esta noticia los títulos de Telecinco y de Antena 3 se disparaban en la Bolsa española: las acciones de Telecinco subían un 7% y las de Antena 3, un 10%. Pero no nos precipitemos, y analicemos con detalle una propuesta del presidente que, en principio, no parece ni buena ni mala, sino todo lo contrario.
Habrá que esperar a conocer detalles, plazos, formas... Pero ya hay cuestiones innegables. Como que con esta noticia el presidente lanza una cortina de humo sobre el polémico tema de la asignación sin concurso de las TDT de pago, proceso que sigue su curso pero ya desde un segundo plano informativo. O que antes de hablar de suprimir la publicidad, o por lo menos al mismo tiempo, debería haber explicado los nuevos planes de financiación. ¿Qué tal un proyecto como el de Sarkozy, en el que las privadas se quedan con toda la publicidad pero sufragan la pública? A Vasile y compañía se les hielan las sonrisas y las acciones.
En cualquier caso, hay que reconocer que disminuir la publicidad en TVE suena bien, puesto que debería suponer un acercamiento a las televisiones públicas europeas, con más calidad y menos anuncios. ¿Que las privadas van a forrarse un poco más? Pues mejor para ellas. ¿Que televisión española va a ser mejor sin publicidad? Eso tendremos que verlo.
Lo verdaderamente preocupante de la noticia de Zapatero es que supone una enorme contradicción con la política que ha seguido la televisión pública los últimos tiempos. Ayer mismo, mientras leía el comunicado del presidente en elpais.es, el telediario del mediodía de La 1 vendía como información la excelente audiencia conseguida el día anterior por el motociclismo. Y después anunciaba el regreso del nuevo programa de Josema y Flo para la noche de los viernes.
La actual dirección de TVE ha conseguido que la televisión pública sea una televisión comercial más. Que compita por los contenidos con las privadas. Que tenga como objetivo ser líder de audiencia. Que frivolice los informativos manteniendo un pulso con Telecinco y Antena 3. Y una televisión pública sin publicidad, como la que ahora nos venden, no debería haber seguido esos patrones, los actuales, sino exactamente los contrarios.
La pregunta es la misma desde hace años: ¿cuál es el verdadero proyecto de televisión pública de este Gobierno?¿Existe? Mientras Zapatero no responda de manera solvente a esta cuestión, no ofrezca todas las claves de su estrategia (si es que alguna vez la ha tenido), estas informaciones sorpresa seguirán pareciendo simples parches o lamentables palos de ciego. Cuando no la puntilla para una televisión pública que, por lo que parece, ya ni necesita ni puede pagarse la flamante nueva sede propuesta por Luis Fernández.
Me temo que el proceso para desmantelar TVE aún no ha terminado.
Como cada miércoles publicamos un podcast en el que Albéniz pincha su música favorita. Country, blues y, por supuesto, rock and roll. Dale al play y a disfrutar.
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