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El encuentro del Resucitado con la Virgen del Buen Suceso pone fin a la Semana Santa de Ávila

EFE
Actualizado 12-04-2009 15:13 CET

Ávila.-  El encuentro entre Jesús Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso ha marcado hoy en Ávila el final de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional, y el inicio de las fiestas de los barrios de la capital abulense.

Cientos de abulenses se han congregado esta mañana en las calles de la ciudad para presenciar el paso del Resucitado y la Virgen del Buen Suceso, después de asistir a la celebración eucarística que ha tenido lugar en la parroquia de la Sagrada Familia, situada en la zona norte de la capital.

La imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso ha aparecido frente a la iglesia cubierta completamente por un velo negro, retirado en el momento del encuentro con la talla de Jesús Resucitado, mientras el grupo de dulzaina y tamboril 'La Paloma' tocaba el himno nacional.

Tras este encuentro del Resucitado con la Madre ha tenido lugar la celebración eucarística en la iglesia de la Sagrada Familia, que ha dado paso a la procesión por las calles de la ciudad, en la que por primera vez varios de los miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso han unido a la habitual medalla una túnica blanca con capa roja.

Los estandartes de todas las iglesias de Ávila abrían la comitiva, seguida por las imágenes del Santísimo Cristo Resucitado (siglo XX) y de Nuestra Señora del Buen Suceso (siglo XVII), y cerraban la misma las autoridades y la banda de música de Las Navas del Marqués.

La procesión ha culminado en la ermita del Resucitado, donde los devotos han pujado por introducir la imagen del Cristo Resucitado, portado a hombros, mientras las campanas repicaban para anunciar el regreso de la imagen.

Una vez concluida la procesión ha dado comienzo la fiesta popular que se celebra en la explanada de la ermita del Resucitado, edificio del siglo XVII, en la que no han faltado el tradicional hornazo y la sangría del Domingo de Resurrección.

La explanada de El Pradillo se ha llenado de grupos familiares y de amigos a la hora del almuerzo para degustar el hornazo, realizado con una masa especial, jamón, chorizo, huevo duro y panceta, acompañado de sangría, las obleas y las almendras garrapiñadas.

Varios puestos ofrecían a los paseantes avellanas tostadas, obleas, almendras garrapiñadas de Riofrío, hornazos de pueblo y sangría, mientras de fondo sonaba la música de las dulzainas para el disfrute de todos los allí presentes.

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