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Galimatías para gobernar el País Vasco

  • Socialistas y 'peneuvistas' concurren a unas elecciones autonómicas muy ajustadas
  • La gran incógnita es qué va a hacer un electorado 'abertzale' sin listas que votar
  • Difícil es vaticinar quién ganará y los analistas ven casi imposible el 'día después'
Por EDU SÁNCHEZ (SOITU.ES)
Actualizado 17-02-2009 09:56 CET

MADRID.-  Si ya de por sí existe un consenso generalizado de que la política en el País Vasco es compleja —los 'noviazgos' políticos en esta comunidad serían impensables en otras latitudes de España—, las elecciones autonómicas que se celebrarán el próximo 1 de marzo son la máxima expresión del galimatías, sudoku, tetris o rompecabezas vasco.

Después de treinta años de múltiples elecciones municipales, autonómicas, generales y europeas, la experiencia ha demostrado que las encuestas están para equivocarse. Son, sin embargo, una herramienta para pulsar por dónde se mueve el electorado. Y en esta ocasión, todas, desde el Euskobarómetro hasta el último CIS, pasando por el Pulsómetro o el Publiscopio, vaticinan unas elecciones muy ajustadas entre 'peneuvistas' y socialistas.

"En todos los sondeos que se realizan en el País Vasco hay que tener en cuenta el factor corrector del miedo, que distorsiona la opinión sobre todo entre los no nacionalistas", apunta José María Calleja, analista, ex director del Teleberri de ETB y actual responsable de 'El debate' en CNN+.

No comparte esta idea el sociólogo Jon Urresti, director de investigaciones de Gizaker Encuestas, empresa que lleva 18 años haciendo estudios para partidos y empresas. "En nuestros estudios no hemos detectado grandes diferencias entre el País Vasco y el resto del Estado en lo que se refiere al índice de rechazo o abandono de la encuesta de opinión", apunta este experto, que reconoce que, "lógicamente, el miedo existe".

La incógnita 'abertzale'

En lo que sí coinciden ambos analistas es en la 'incógnita abertzale'. "En estas elecciones habrá unos 150.000 votantes que no sabemos qué van a hacer —la justicia ha anulado sus candidaturas—. ¿Van a acudir a los colegios electorales? Si es así, ¿apostarán por el voto nulo o por el voto útil? ¿Y ese voto a otras listas será para impedir que el PSE gane o como castigo a ETA-Batasuna por no aprovechar el último proceso de paz?", se pregunta Calleja. "Lo único claro es que la justicia ha provocado un importante cambio sociológico en estos comicios, pues al 50% nacionalista se le ha privado de una opción y está demostrado que en el electorado vasco no hay corrimiento de voto entre formaciones, por lo que será difícil que vuelvan a equilibrarse", opina Urresti.

"Ésta es mi gran duda de estas elecciones, qué va a hacer el voto de ETA", insiste Edurne Uriarte, catedrática de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. "Habrá un alto porcentaje de seguidores del voto nulo —opción que ha pedido la organización terrorista—, pero dudo que exista una movilización del voto útil nacionalista como ocurrió en 2001, donde se percibió nítidamente como una amenaza un gobierno constitucionalista", en referencia a la coalición entre Mayor Oreja (PP) y Redondo Terreros (PSE).

Ibarretxe soberanista frente a Ibarretxe economista

En aquella campaña tuvo un papel activo Calleja. "Entonces se depositó muchas esperanzas en esa opción, aunque eran mayores los deseos que las opciones reales", reconoce el periodista. "Ahora, sin embargo, hay dos grandes cambios: el primero es un mayor hartazgo y fatiga con la violencia entre los que la apoyaban —se ha asentado la desilusión por el frustrado proceso de paz—; y el segundo es el agotamiento del proyecto actual del PNV, con divisiones internas con pocos precedentes".

Se refiere a las luchas que se han desatado en el seno de la cúpula del histórico partido durante estos últimos cuatro años, que acabaron con la salida de Josu Jon Imaz de la presidencia del Euzkadi Buru Batzar (dirección del PNV) y las discrepancias abiertas entre Ibarretxe y el sucesor de Imaz, Iñigo Urkullu, a pocos meses del inicio de la campaña electoral.

Ahora los 'peneuvistas' han apostado por un cambio de lenguaje. "Interesa más el Ibarretxe economista que el Ibarretxe soberanista", apunta una analista de Opinión de un diario vasco. "Con la crisis económica, les es más rentable vender sus resultados de gestión que insistir en el 'raca-raca' de la consulta", insiste. "El problema que tienen es que Ibarretxe lleva diez años gobernando y su discurso soberanista ha estado presente desde el primer día y es difícil que los ciudadanos se olviden de él", matiza Manuel Montero, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV y rector de esta Universidad durante cuatro años.

Los socialistas ante su estrategia de cambio

Del otro lado están los socialistas, "que han hecho una apuesta decidida por la alternancia, y que no podrían vender otro resultado que no sea el cambio de Gobierno", según Uriarte. Suenan cantos de sirena desde algunos sectores políticos y sociales que invitan a reeditar de nuevo los gobiernos de coalición que se dieron a finales de los ochenta y principios de los noventa con Ardanza como lehendakari. "Pero reeditar esta fórmula con un Ibarretxe de candidato sería un suicidio político para los socialistas vascos", apunta Calleja, para quien aquella experiencia "tuvo un funcionamiento razonablemente bueno, pero electoralmente desastroso para los intereses del PSE-PSOE".

En este mismo "suicidio" insistía ayer en las páginas de ABC el candidato socialista, Patxi López. "Lo que no aclara en esa entrevista es si aceptaría convertirse él en lehendakari con los votos de los nacionalistas", señala Uriarte. "Si así lo hiciera, algo que no descarto, sucumbiría al ridículo político, pues su gran apuesta ha sido por el cambio en el Gobierno —insiste—. Aunque tampoco contemplo que gobierne con el Partido Popular, siguiendo una estrategia que da carta de validez al discurso nacionalista de no legitimar gobiernos constitucionalistas". Sin embargo, para el catedrático Montero, la clave no está tanto en qué aceptarían o no los socialistas, sino en la actitud de Ibarretxe. "No tengo claro que el candidato del PNV pudiera presidir un Ejecutivo que no fuera el del tripartito, pues se ha gestado una personalidad muy definida durante su mandato".

"Yo creo que el PSE va a ir a cañón si gana en votos o escaño, sea con quien sea, pero con López de lehendakari", opina Calleja, para quien los socialistas vascos "se han labrado una imagen de partido trasversal, de gente que se ha jugado mucho durante el proceso de paz y que no quiere romper con todo lo anterior". Montero también cree que detrás del ascenso progresivo de los socialistas está el "abandono del frentismo y la construcción de una alternativa con sentido común, sin rupturismo".

Aunque en lo que coinciden todos los analistas es que sus diagnósticos pueden derrumbarse con un bombazo de ETA. "Los terroristas querrán hacerse presentes en la campaña, como lo vienen haciendo siempre", apunta Calleja. "Y lo que está demostrado con datos científicos es que los atentados, aunque no cambian el sentido del voto de casi nadie, sí que movilizan al electorado", indica Jon Urresti. ¿En qué sentido? "Eso es difícil de saber, y ojalá no tengamos en esta ocasión que estudiarlo", concluye el sociólogo vasco.

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