En el seno del G20, los estados miembros de la Unión Europea disponen tradicionalmente de cinco asientos. Se ha convenido que estos cinco asientos sean ocupados en Washington por Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, octava economía del mundo. A ellos se añade el presidente de la Comisión.
Con estas palabras Francia ha confirmado que cederá uno de los asientos que le corresponden a España para que pueda asistir a la cumbre del G20 del próximo día 15 . Después de una reunión que han mantenido hoy los Veintisiete para hablar sobre esa reunión, Nicolas Sarkozy ya había dicho que a él no le planteaba "ningún problema que España ocupe uno de los dos escaños" que Francia tiene en la cumbre. La confirmación ha llegado en forma de un comunicado que explica que los cinco sitios de los que tradicionalmente dispone la UE serán ocupados por Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España. Sin embargo, tal y como confirman desde Moncloa a soitu.es, no hay noticias de que desde Washington haya habido algún pronunciamiento en torno a esta cuestión. Esta tarde, tanto el presidente francés como Zapatero han subordinado la presencia de España a la voluntad de George W. Bush y Estados Unidos en calidad de organizadores del encuentro.
Después de que se especulara mucho sobre la posibilidad de que Francia cediera uno de sus asientos a España, en el encuentro de hoy, el presidente francés —respondiendo a la pregunta de una periodista— ha argumentado que le parecía "difícil justificar que España, siendo la octava mayor economía mundial, no pudiera participar en la reunión de las veinte mayores economías". "Creo que éste es un argumento que debemos defender ante Bush, que es la potencia que invita", ha dicho Sarkozy.
Por su parte, Zapatero, que ha comparecido justo después de Sarkozy y Barroso, también se ha mostrado tremendamente prudente ante la eventual presencia de España en la cumbre. El presidente del Gobierno ha recordado que, a pesar de la buena noticia de los esfuerzos que el presidente francés está haciendo y de los datos objetivos de nuestra economía, la decisión sigue dependiendo de Bush como convocante de la cumbre. "No es fácil", ha admitido.
Las relaciones entre España y Estados Unidos no han sido precisamente un camino de rosas en los últimos años. Primero, como jefe de la oposición, Zapatero hizo un 'feo' a Bush cuando, durante el desfile militar por el Día de la Hispanidad, permaneció sentado al paso de la bandera estadounidense. Después, ya como presidente del Gobierno, inauguró su mandato cumpliendo una promesa electoral que le causó una enorme crisis diplomática con Estados Unidos: la retirada de las tropas españolas de Irak. Ahora parece que todos estos años de malas relaciones le están pasando factura a Zapatero, al que, a pesar de la ayuda de Sarkozy, le ha costado ser invitado a la cumbre de Washington.
Los líderes de la Unión Europea se han reunido hoy para hablar sobre la postura que las potencias de la UE defenderán en la cumbre del 15 de noviembre. Sarkozy ha anunciado que los Veintisiete están de acuerdo en la necesidad de "hablar con una sola voz" en la cita.
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