El Eurogrupo lanza su plan: dinero para bancos, pero no regalado

Los quince países que comparten el euro decidieron este domingo lanzar su propio plan anticrisis, con un objetivo claro: ningún banco quebrará en los próximos meses. Para ello, el Eurogrupo —reunido en París— ha decidido permitir una refinanciación bancaria "limitada" hasta finales de 2009. "No será un regalo a los bancos", según ha aclarado el presidente francés Nicolas Sarkozy. Sin embargo, será cada país, en su autonomía de gobierno, quien decidirá cómo inyectar capital público para salvar su mercado financiero.

"El plan que hemos aprobado tiene la vocación de aplicarse en cada uno de nuestros Estados miembros con la flexibilidad que se necesite en función de la diversidad de nuestros sistemas financieros y de nuestras reglas nacionales", advirtió Sarkozy. Es decir, que los quince han marcado la meta a la que llegar, pero cada uno debe hacer la carrera en solitario.

El objetivo de las medidas adoptadas es "devolver a los bancos la liquidez que necesitan, que puedan obtener financiación a medio plazo y reforzar sus fondos propios", según Sarkozy, que actuó de anfitrión al ser presidente de turno de la Unión Europea durante este semestre. "Los gobiernos de la zona euro concederán garantías públicas para operaciones de refinanciación bancaria. Este dispositivo temporal, hasta el 31 de diciembre de 2009, será naturalmente a devolver en condiciones de mercado. No se trata de hacer un regalo a los bancos sino de permitirles su funcionamiento", insistió Sarkozy.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha acogido las medidas con satisfacción porque "por fin el Eurogrupo se ha decidido a actuar conjuntamente". El dirigente socialista —que ya anunció la creación de un fondo con las características del actual acuerdo— aseguró que es necesario el respaldo de la banca con dinero público "porque de ello depende la salud y el futuro de nuestras empresas, el empleo y el ahorro de los ciudadanos".

Enésima reunión

Las medidas acordadas siguen la estela marcada por el Reino Unido durante esta pasada semana, con la capitalización de bancos y un fondo para garantizar los préstamos interbancarios, con lo que se pretende reactivar el mercado. Aunque Gran Bretaña no forma parte de este grupo —mantiene la libra—, Gordon Brown asistió a la cumbre y se reunió con el presidente francés para tratar el asunto. También asistió el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, quien insistió en la necesidad de alcanzar "un nivel sin precedentes de coordinación" para afrontar esta crisis.

Antes de este encuentro, la prensa británica adelantaba que el lunes el Gobierno de Brown va a lanzar el plan de rescate financiero más importante de la historia del país (35.000 millones de libras —más de 44.000 millones de euros—) con el objetivo de salvar de la quiebra a cuatro importantes instituciones bancarias: HBOS, Royal Bank of Scotland, Lloyds TSB y Barclays. De los dos primeros, además, el Ejecutivo laborista se convertirá en máximo accionista —lo que supone una nueva nacionalización, tras las adquisiciones del Bradford & Bingley y del Northern Rock—.

El goteo por todo el mundo de bancos a punto de quebrar, depósitos de particulares que pueden estar en riesgo y Bolsas en caída libre está convirtiendo los fines de semana en cumbres encadenadas. La última, celebrada en Washington por los ministros de Finanzas del G-7 ha recibido el espaldarazo de los 185 países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI). Las propuestas de "usar todos los recursos disponibles" para salvar la situación también han contado con el visto bueno del G-20 (que incluye a los países en vías de desarrollo).