La campaña electoral norteamericana ha pasado ya por múltiples fases en cuanto a los temas de debate de los candidatos y entre la opinión pública. Internet solo afloró puntualmente cuando John McCain reconoció su limitado conocimiento de la red y sus nulas destrezas digitales. Fue una anécdota dentro de la campaña, pero a la vez era un excelente indicador de las visiones de ambos candidatos acerca de cómo se deben gobernar las infraestructuras y tecnologías digitales. No olvidemos que esas decisiones afectarán a cómo se regulan, o no, las comunidades y redes digitales en EEUU y, no es difícil aventurarlo, en buena medida en el resto del mundo. Para completar el escenario no debemos olvidar que mientras la campaña en internet de John McCain (y en su momento la de Hillary Clinton) es bastante convencional y sigue las estrategias analógicas clásicas, la 'Obama Online Operation' ha supuesto un cambio radical, iniciado ya por Howard Dean y Joe Trippi en 2004, que le ha permitido desarrollar innumerables redes de activistas locales y lograr cifras récord en la financiación obtenida a través de la web.
Pero, una vez que vemos como ambos candidatos utilizan internet para acción política, ¿que visión tienen del futuro? Tim Wu publicó en Slate hace pocas semanas un interesante análisis comparativo de las propuestas para el gobierno de internet de Barack Obama y John McCain ('On the media. Obama vs. McCain on media policy 2008'). El artículo es especialmente relevante además porque Tim Wu es un especialista en derecho y gobierno de internet, y el autor de 'Who controls the Internet. Illusions of a borderless world' (Amazon) (uno de los libros esenciales para comprender internet). Pero, al tiempo, su análisis debe leerse teniendo en cuenta que Wu es un reconocido partidario de Obama.
El análisis combina en realidad dos cuestiones que, por otra parte, están cada vez más relacionadas: el futuro de los grandes grupos de comunicación (los 'big media') y el futuro de internet. Respecto a la primera cuestión, McCain propone una regulación pública mínima, tratando a los medios de comunicación como a cualquier otro sector económico convencional. El candidato republicano no intervendría en la concentración de grandes medios. Por el contrario, Obama defiende el carácter clave de los medios, por sus implicaciones sobre el interés público, y por tanto impulsaría una supervisión fuerte sobre los abusos potenciales derivados de su concentración.
Del mismo modo, las posiciones sobre la necesidad de regulación y control de internet son diametralmente opuestas. Para Obama, internet es una "consecuencia" del esfuerzo del I+D público y su carácter abierto es esencial para entender su impacto e interés social y económico. Por tanto su estrategia política se basará en la protección de este diseño abierto abogando por la neutralidad de la red, de modo que todo tipo de contenidos y sitios reciban el mismo tratamiento (una postura de la que el propio Tim Wu es uno de sus máximos defensores). Este planteamiento se conoce como la 'visión infraestructural' de internet. Para sus partidarios, es sobre esta infraestructura sobre la que se construyen los mercados y el sistema económico y es, por tanto, de interés público. Enrique Dans analizaba hace un tiempo la postura inequívoca de Obama de apoyo a la neutralidad de la red y que quedaba resumida en estas declaraciones expresadas en un podcast publicado hace ya dos años:
Gracias a que internet es una plataforma neutral puedo publicar este podcast y transmitirlo por la red sin tener que utilizar a los medios corporativos como intermediarios.
Puedo decir lo que quiero sin censura o sin tener que pagar por ello. Pero las grandes empresas de telefonía y cable quieren cambiar el internet que conocemos
Por el contrario, McCain considera a internet como un producto, más que como un servicio o infraestructura, que puede ser proporcionado por el sector privado con una mínima intervención pública. En su experiencia como senador se ha posicionado ya entre los que no apoyan la neutralidad, aunque dentro de los republicanos no es ésta ni mucho menos una opinión unánime.
Tim Wu resume la confrontación entre ambos candidatos mediante una metáfora: para el demócrata la red es una carretera (a la que todo el mundo tiene acceso), mientras que para el republicano sería un automóvil (del que sólo podemos disfrutar si podemos permitírnoslo). Puede que la comparación sea excesivamente simple, dado que de poco nos valdrá la carretera si no disponemos de un vehículo privado o un transporte público. Ninguno defiende la intervención, pero Obama sí apoya una regulación fuerte que garantice un tipo de funcionamiento específico en los mercados digitales, mientras que McCain cree innecesaria esta regulación.
Pero si algo nos enseñan los acontecimientos más recientes es que debemos desconfiar de estos enfrentamientos ideológicos. Quizás nos proporcione pistas sobre el futuro gobierno de internet lo que finalmente suceda con el desarrollo del plan de rescate diseñado para hacer frente a la crisis financiera, que ha demostrado que los límites entre partidarios y detractores de la intervención y la regulación son mucho más difusos e independientes de las adscripciones partidistas de lo que podríamos pensar. En cualquier caso, el futuro de internet será dependiente de las políticas del futuro presidente de EEUU y éstas van a determinar en gran medida cómo los ciudadanos obtendrán información y se comunicarán en el futuro.
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