SEATTLE (EE.UU).- Llega el verano a Seattle y parece mentira, pero el sol va ganando la batalla a las nubes quienes ya hace muchos años se hicieron fuertes por estas latitudes. Las actividades al aire libre son las reinas de la temporada y se desempolvan tiendas de campaña y botas de senderismo para aquellos amantes de la montaña, así como bañadores y chanclas para los amantes del agua. Sí, todos los años lo mismo: aquí también.
A muy pocas horas de Seattle, las montañas invitan al paseo y a preparar jugosas carnes a la brasa a la sombra de los densos bosques de pino oregón. Sin embargo, en la ciudad, el rey del verano es el kayak. Dado que la ciudad está rodeada de lagos, lagunas, bahías, canales y demás accidentes geográficos llenos de agua, era de esperar que los seattlelitas se aprovecharan de ello para su uso y disfrute en las calurosas jornadas veraniegas. Y así es.
La bahía del Puget Sound, principal objeto de las miradas de la ciudad, es surcada por barcos de cierto porte, digamos por ejemplo los cruceros de varias plantas de altura que se dirigen a Alaska o hacia las cálidas costas de las dos californias. Por tanto, no es sólo desagradable que te pasen 100.000 toneladas de barco a apenas unos metros de tu canoa, sino que puede ser incluso hasta peligroso, sobre todo para inexpertos. Por ello, los principales puntos para alquilar un kayak o una canoa se encuentran en zonas más tranquilas, entiéndase Lake Washington o Lake Union.
Este último, Lake Union, dejó su independencia hace varios años para convertirse en canal de comunicación entre el Puget Sound y el Lake Washington. Aún así, puedes alquilar a partir de $16 la primera hora y a unos $8 a partir de la segunda un precioso kayak, 'full equipe', y recorrer las tranquilas riberas del lago que bañan el Arboretto que hay justo enfrente de la prestigiosa Universidad de Washington. Puedes visitar, desde el agua, la casa flotante donde Tom Hanks se desvelaba pensando en Meg Ryan o remar entre los patos que aparecen a curiosear desde los juncos. Bien es cierto que la idílica tarde se puede complicar si coincides por el estrecho canal con el paso del velero de algún directivo de Microsoft o Boeing.
Gafas de sol, crema para la cara y las manos, gorra ad-hoc y muchas ganas de pasarlo bien es lo que necesitas para pasar una estupenda jornada de kayak en Seattle. ¿Hace un paseíto?
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