Lisboa.- El paro indefinido convocado por transportistas portugueses provocó hoy largas colas en las gasolineras y el riesgo de desabastecimiento en los supermercados de uno de los principales grupos del sector, Jerónimo Martins.
Tras las advertencias por parte del presidente de la Asociación Nacional de Revendedores de Combustibles (Anarec), Augusto Cymbron, de escasez de combustible en las gasolineras lusas, miles de portugueses han optado por llenar sus depósito, por temor a que el paro se prolongue y no puedan utilizar sus vehículos.
Varias estaciones de servicio de BP y Repsol situadas en la área metropolitana de Lisboa han tenido que colgar los carteles de fuera de servicio por falta de combustible, especialmente los más utilizados, como el gasóleo y la gasolina sin plomo 95, y las empresas avisan de que el número aumentará en las próximas horas.
El desabastecimiento se puede extender hoy también a numerosos supermercados del país y Jerónimo Martins ya alertó que a lo largo del día de hoy podrían faltar productos esenciales en algunas de sus puntos de venta si se mantiene la gran afluencia de personas a las tiendas.
Para evitar esta posibilidad, un grupo de camiones de este grupo de distribución tuvo que hacer el reparto escoltado por la policía, para poder superar así el bloqueo impuesto por los piquetes de camioneros que secundan la huelga.
Uno de los sectores más afectados por el paro es el lácteo, que hoy se ha visto obligado a comenzar a tirar miles de litros de leche al haber alcanzo el límite de su capacidad de reserva.
La Guardia Nacional Republicana (GNR) informó de que la situación en las carreteras del país es calma, gracias a que hoy es festivo en todo el país, aunque reconocieron que han escoltado a varios camiones y que se siguen realizando concentraciones de vehículos pesados en puntos clave.
Las autoridades no dan cifras de cuántos camiones pueden estar parados en el país, mientras los manifestantes hablan de miles de vehículos estacionados en las entradas de puertos, puntos de distribución de alimentos, refinerías y fronteras con España.
En la frontera hispano-lusa de Vilar Formoso con el pueblo salmantino de Fuentes de Oñoro hay varios cientos de camiones parados por temor a represalias por parte de los camioneros españoles, que también están en huelga.
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