Era difícil pero había que intentarlo. Esto es lo que deben de haber pensado las autoridades francesas que han tratado de liberar a Íngrid Betancourt en una misión que tenía todos los visos para fracasar. Las noticias sobre el grave estado de salud de la política colombiana avivaron la tensión e incluso hicieron pensar que el fin de su cautiverio estaba cerca. Pero no ha podido ser. Sin respuesta de las FARC, la comitiva 'humanitaria' enviada por Francia, España y Suiza para asistir a la ex candidata presidencial en caso de que fuera liberada, poco tiene que hacer en Colombia y el gobierno galo ha abortado la misión. ¿Por qué no han reaccionado las FARC? Te damos tres pistas para entender por qué la misión era un fracaso anunciado.
"Si a comienzos de año el Presidente Uribe hubiese despejado Pradera y Florida por 45 días, tanto Íngrid Betancourt, como los militares y los guerrilleros presos ya habrían recobrado su libertad, y sería la victoria de todos". Así lo asegura el grupo guerrillero en un comunicado firmado por el Secretariado de las FARC hecho público ayer. En él, se hace referencia a las exhortaciones realizadas al ejecutivo colombiano para que retire al ejército de un territorio de 800 kilómetros cuadrados y así poder llevar a cabo la liberación de los rehenes.
La segunda petición de las FARC está relacionada con la liberación de algunos de los guerrilleros que están presos. Con el rescate de los congresistas Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Géchem las FARC dieron por terminadas las "liberaciones unilaterales". Lo recordó su canciller, Rodrigo Granda en una misiva en la que advirtió que "sólo como consecuencia de un canje de prisioneros saldrán libres quienes están cautivos en nuestros campamentos".
A finales de marzo, en medio del frenesí por el cruce de noticias sobre el estado de salud de la ex candidata presidencial, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, aceptó liberar a presos a cambio de Betancourt. Sin embargo, algunos sectores consideraron que la respuesta del mandatario es algo "confusa". Es el caso del marido de Betancourt, Carlos Lecompte, quien hubiera preferido que Uribe hubiera respondido con alguna propuesta más concreta.
Sin duda alguna, este es el principal motivo del bloqueo de las negociaciones para sacar a Betancourt de la selva colombiana. A pesar de que las propias FARC anunciaron su deseo de que esto no afectara al canje humanitario, la muerte de Raul Reyes en territorio ecuatoriano a manos del ejército colombiano han dejado tocadas de muerte las relaciones entre la guerrilla y el gobierno de Sarkozy.
Desde Anncol, la agencia de noticias con sede en Estocolmo a través de la cual las FARC emiten la mayor parte de sus comunicados, el grupo armado reveló la semana pasada, que no había muchas opciones de éxito para la misión médica enviada por Francia ya que, tras la muerte de Reyes, "todos los canales de comunicación con la guerrilla están rotos". Según las FARC, este guerrillero era "el único canal para las negociaciones sobre Ingrid Betancourt". En marzo, Rodrigo Granda filtró una carta a la Agencia Bolivariana de Prensa (Abp) en la que sostenía que antes de ser asesinado, Reyes estaba preparando un encuentro con delegados franceses, quienes facilitarían una reunión con el presidente Nicolás Sarkozy.
Piedad Córdoba corroboró estas afirmaciones y aseguró que una llamada hecha por el jefe rebelde "Raúl Reyes" a emisarios franceses permitió que fuera ubicado y que se pusiera en marcha la operación militar en la que fue abatido.
Si bien es cierto que la muerte de Reyes dejó a Francia sin interlocutores dentro de la guerrilla, éste no es el único incidente que ha puesto el intercambio humanitario en entredicho. La decisión del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de apartar a su homólogo colombiano, Hugo Chávez, y a la senadora Piedad Córdoba del proceso de mediación, dificultó las negociaciones, que ya habían dado resultados, como la liberación de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo.
La determinación de Uribe no gustó ni a los familiares de los secuestrados, ni a las FARC. Tanto es así que, a finales de febrero, el grupo armado decidió liberar a los cuatro congresistas como "gesto de desagravio" a las gestiones humanitarias de Chávez y Córdoba.
Por otro lado, en el comunicado hecho público ayer, las FARC rechazan rotundamente la figura Uribe dentro de las conversaciones sobre el intercambio humanitario.
Los esfuerzos de las autoridades galas por liberar a Íngrid Betancourt "van a continuar de una forma u otra". Antes de irse, los responsables de la misión han emitido un comunicado asegurando que los tres países implicados en la liberación "toman nota de la decisión del secretariado del estado mayor central de las FARC de rechazar la misión médica". El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha adelantado que viajará a la región "en un futuro bastante próximo" para "una misión que sin duda será diferente" de la que acaba de fracasar. ¿Cómo de diferente? Está por ver. De momento, desde el palacio de Miraflores, en Venezuela, llega la primera propuesta: "Presidente Sarkozy, vamos al Caguán".
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