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Los retos de China en derechos humanos que marcarán los Juegos Olímpicos

Por ÁLVARO LLORCA (SOITU.ES)
Actualizado 19-03-2008 17:02 CET

El próximo mes de agosto todos los ojos se volverán hacia China. No han sido pocas las voces que desde 2001, año en que se concedió a Pekín la capitalidad olímpica, han asegurado que los Juegos Olímpicos conllevarían una mejora sustancial de los derechos humanos en el país. Además del reto logístico y organizativo, el gigante asiático deberá afrontar bajo el escrutinio mundial todos los conflictos que tiene pendientes en materia de derechos.

Pena de muerte y tortura

Regiones autónomas

Relaciones exteriores: Sudán y Birmania

Libertad de expresión y disidencia

Sida

Falun Gong

Otras cuentas pendientes

Pena de muerte y tortura

Según datos de Amnistía Internacional, China es el país donde se llevan a cabo casi el 65% de las ejecuciones en el mundo, liderando la lista de países que aplican este castigo. En 2006 fueron ejecutadas al menos 1.010, pero, dada la falta de transparencia de los datos sobre condenados en el país, se estima que esta cifra podría alcanzar las 7.500 u 8.000 personas.

Amnistía Internacional también ha mostrado en reiteradas ocasiones su preocupación por el uso de la tortura bajo custodia. Uno de los casos paradigmáticos del uso de estas técnicas es el del periodista y disidente Yu Dongyue, que fue encarcelado durante 16 años por arrojar pintura roja sobre un retrato de Mao durante las revueltas de la Plaza de Tian'anmen y que salió transtornado de la cárcel a causa de los maltratos que sufrió durante su cautiverio.

Una de las medidas más impopulares de las autoridades chinas es la llamada "reeducación por el trabajo", que en realidad consiste en un tipo de detención punitiva e indiscriminada para lograr un objetivo final: "limpiar Pekín" de cara a las Olimpiadas. La policía es la única encargada de tomar la decisión de si se detiene sin cargos ni juicio y el tiempo de reclusión puede llegar a los cuatro años.

Regiones autónomas.

China tiene cinco regiones autónomas, las cuales gozan, sobre el papel, de autonomía en diferentes planos de decisión. Sin embargo, el verdadero alcance de estas facultades ha sido una materia frecuente de desencuentros. Los mayores choques entre estas regiones y el Gobierno central son especialmente intensos en el Tíbet y en la región Uigur de Xinjiang.

El Tíbet es una región cuyo estatus legal ha variado a lo largo de los siglos. China defiende que, oficialmente, la zona ha formado parte del país desde el siglo XIII, por lo que debe seguir bajo su control. Mientras, los tibetanos aseguran que la región ha sido un reino independiente durante muchos siglos y que el dominio chino ha sido inconstante. Además, los tibetanos denuncian la sistemática vulneración de sus derechos y libertades por parte de las autoridades chinas, a quienes acusan de haber emprendido un "genocidio cultural".

En la región Uigur de Xinjiang hay una elevada cifra de población musulmana, a la que China ha relacionado, de forma imprecisa, con actividades terroristas. Como ha afirmado la BBC, los separatistas uigures han hecho una campaña insurgente "de bajo nivel" contra el gobierno de Pekín durante algunos años. El gobierno chino, por su parte, asegura que se enfrenta a un caso de "terrorismo internacional" en la zona y que hay actividad talibán.

Mientras, grupos de Derechos Humanos dicen que "estas afirmaciones son exageradas". Amnistía Internacional también ha denunciado las confusas y contradictorias informaciones que ofrecen las autoridades chinas sobre este asunto. De hecho, la organización cree que las acusaciones de terrorismo son mecanismos para justificar oleadas represivas.

La Unidad de Investigación Sobre Seguridad y Cooperación Internacional (UNISCI) de la Universidad Complutense publicó en el mes de enero un completo artículo sobre la situación de la Xinjiang: "El conflicto de Xinjiang: la minoría uigur y la política de Pekín" (en pdf).

Relaciones exteriores: Sudán y Birmania

La relación entre China y Sudán cobró gran relevancia en febrero cuando Steven Spielberg renunció a colaborar en el diseño de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, debido a la sintonía del Gobierno chino con las autoridades del país africano, a pesar de sus repetidas vulneraciones de los Derechos Humanos. Poco después, China envió a su enviado especial para el conflicto de Darfur para mostrar un tono conciliatorio.

Pero lo cierto, tal y como dice un artículo publicado en BBC, los lazos comerciales entre ambos países son muy estrechos. Sudán vende dos tercios de su petróleo a Pekín y, a cambio, China vende armas al gobierno sudanés, acusado de apoyar a las milicias responsables de la violación y el asesinato de miles de civiles en Darfur. En el conflicto han muerto más de 200.000 personas y hay unos dos millones de desplazados.

Birmania es otra región inestable que durante el mes de septiembre se vio envuelta en una violenta confrontación entre la Junta Militar y el movimiento pacífico de monjes budistas. Birmania, dicho sea de paso, es uno de los países más pobres y menos respetuosos con los Derechos Humanos de sus habitantes y la libertad de expresión, tal y como viene denunciando Reporteros Sin Fronteras.

A pesar de ello, "la presión internacional sobre el régimen birmano y la posible evolución de la crisis está condicionada por los intereses económicos y estratégicos de los actores claves de la región", entre los que se cuenta China, tal y como asegura en un análisis del Real Instituto Elcano. De este modo, China ha dado un apoyo diplomático y económico imprescindible para el mantenimiento de la dictadura militar, beneficiándose, fundamentalmente, de las abundantes reservas de gas natural existentes en Birmania.

Libertad de expresión y disidencia

Ayer comenzó el juicio por "subversión a la autoridad del Estado" contra el defensor de los derechos civiles Hu Jia, quien puede ser sentenciado con hasta cinco años de prisión. Las acusaciones se centran en seis artículos escritos y dos entrevistas radiofónicas que fueron muy críticas con la autoridad china. Uno de los artículos, titulado "La situación real en la China preolímpica" (pdf en inglés), está ilustrado con numerosos casos de violaciones de Derechos Humanos. Su coautor, Teng Biao, estuvo secuestrado durante dos días a lo largo de la semana pasada. Según ha denunciado, los secuestradores le advirtieron de que no debía hablar con periodistas extranjeros.

El artículo queda resumido en el siguiente párrafo: "Quizás usted venga a Pekín durante los Juegos Olímpicos. Entonces, verá altos rascacielos, anchos bulevares, modernas instalaciones deportivas y gente apasionada. Lo que verá es algo real, pero no es una imagen completa. Usted quizás no lo sepa, pero algunas de esas flores frescas y esas sonrisas, esa armonía y prosperidad están construidas sobre abusos, lágrimas, encarcelamientos, torturas y sangre derramada".

La cifra de encarcelamientos políticos en China ha alcanzado en 2007 su nivel más alto de los últimos ocho años, según ha informado la Fundación Dui Hua, con sede en San Francisco. Según sus datos (basados en un informe de la Fiscalía General del Estado chino), la cifra de detenidos acusados de "poner en peligro la seguridad del Estado" alcanzó en 2007 "los niveles más altos desde 1999". Y eso a pesar de que Wen Jiabao, el primer ministro chino, aseguró ayer que eran "totalmente falsas" las informaciones que acusan a Pekín de tratar con más dureza a los críticos con el régimen antes de los Juegos Olímpicos.

A pesar de que la cercanía de los Juegos Olímpicos ha propiciado un clima de aperturismo hacia los corresponsales extranjeros por parte del Gobierno chino, que ha llegado incluso a excarcelar a periodistas, se ha elevado la presión sobre los periodistas nacionales. Según Reporteros Sin Fronteras, en el país asiático están encarcelados decenas de periodistas. Sin embargo, la detención no es la única medida de represión contra la prensa en China: despidos forzoso o clausuras de publicaciones son otras de las técnicas empleadas por las autoridades para disuadir a los periodistas de sacar a la luz informaciones críticas con las políticas internas.

La censura en internet ha sido otro de los principales caballos de batalla de los activistas por los derechos humanos en lo que a libertad de expresión se refiere. Las autoridades han arremetido en varias ocasiones contra páginas como Blogger y Wikipedia. También existen versiones chinas de los principales buscadores, como Google y Yahoo, que vetan contenidos considerados como "incómodos". El último episodio de censura se ha dado esta misma semana cuando el Gobierno ha bloqueado el acceso a YouTube y The Guardian por difundir informaciones relativas a las protestas en el Tíbet.

Sida

Al referirse a la lucha contra el sida en China es obligatorio aludir a Gao Yaojie, una anciana que inició a su cuenta y riesgo una lucha para denunciar el inexorable crecimiento de la epidemia (en el año 2007 el número de casos registrados creció un 45%), para demandar tratamiento para los infectados y para denunciar la pasividad de las autoridades. Yaojie ha recibido varios premios por su defensa de los Derechos Humanos y su nombre figura en la sección de "Héroes de Asia" de la influyente revista 'Time'. Sin embargo, el Gobierno chino ha tratado en varias ocasiones de acallar su voz, mediante el arresto domiciliario y prohibiéndole salir del país para recoger algunos premios (como el Premio Jonathan Mann por la Salud Global y los Derechos Humanos).

El secretismo chino se ha superado en parte en los últimos años y la enfermedad fue reconocida en el año 2001 reconocida como una epidemia al tiempo que se iniciaron algunos programas de prevención. A pesar de ello, la represión contra los activistas contra el sida nunca se ha relajado. Por ejemplo, Wan Yanhai, otro activista de la causa, ha sido detenido en más de una ocasión. Por ejemplo, en el año 2002, cuando desapareció tras una campaña contra las transfusiones ilegales de sangre, que extendieron la enfermedad en algunas regiones del país. También ocurrió en la víspera de unas conferencias sobre el sida que él mismo había organizado en China.

La censura en internet también se ha cebado especialmente en las últimas semanas contra los grupos radicados en Pekín que trabajan sobre el sida, según ha denunciado Amnistía Internacional. El 26 de febrero, las autoridades de Pekín cerraron dos sitios de noticias sobre la enfermedad administrados por activistas contra el sida (www.aidsmuseum.net y www.aidswiki.cn). Por otro lado, el 5 de marzo se ordenó al Instituto de Educación para la Salud Aizhixing de Pekín que eliminara determinada "información ilegal" de su sitio web, que fue clausurado temporalmente. Se cree que la orden se produjo porque el sitio contiene información sobre Hu Jia, cofundador del Instituto como parte de su trabajo sobre cuestiones relacionadas con el sida, como también denuncia Amnistía Internacional.

Falun Gong

El Falun Gong es una disciplina, ilegalizada en China desde el año 1999, que promueve la mejora de la salud física y espiritual a través de ciertos ejercicios y enseñanzas morales de inspiración budista. Sin embargo, el Gobierno chino cree que se trata más bien de una secta muy peligrosa, como demuestra la mera publicación de un artículo que, con un título muy elocuente, puede leerse hasta en la página web de la embajada china en España: "Engaño al público, acumulación de riquezas y otras actividades delictivas".

Este punto de vista ha justificado una actitud represiva y una limitación de la libertad de su credo religioso por parte de las autoridades pekinesas. Algunos miembros del movimiento han denunciado torturas sistemáticas (incluso ante la Audiencia Nacional española) y hasta el asesinato de unos 50.000 miembros desde su ilegalización. Esta situación también ha sido denunciada desde algunas organizaciones en defensa de los Derechos Humanos.

El pasado mes de diciembre Amnistía Internacional inició una campaña para finalizar con la persecución que está sufriendo un miembro del movimiento. Aunque las reivindicaciones de este grupo carecen de un respaldo internacional muy extendido, es probable que sus protestas alcancen resonancia conforme se acerca la celebración de los Juegos Olímpicos. 20minutos publicó un artículo que refleja las principales dudas que surgen alrededor de la organización Falun Gong.

Otras cuentas pendientes: sostenibilidad y abusos laborales

A pesar de que el Comité de Organización de los Juegos Olímpicos de Pekín se había propuesto que la sostenibilidad y el medio ambiente acabaría convertiéndose en uno de los ejes fundamentales del evento, lo cierto es que están sufriendo muchas críticas por la nube de contaminación que inunda la capital china. Esta situación se ha saldado con el reconocimiento, por parte del Comité Olímpico Internacional, del riesgo para los atletas que acarrean los elevados índices de polución, así como con la renuncia a correr el maratón del atleta etíope que ostenta el récord del mundo en la disciplina: Haile Gebrselassie.

Otro tema espinoso que ha salpicado la organización de los Juegos es el abuso reiterado contra los obreros que están remozando la ciudad de cara a la cita olímpica, tal y como ha denunciado en un informe presentado el 12 de marzo la organización 'Human Rights Watch'.

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