La campaña demócrata está que arde. Obama ha empezado a romper el empate, pero Hillary aún tiene mucho que decir en los estados grandes, que aportarán un gran número de delegados a la Convención demócrata de agosto en Denver, en la que se decidirá por fin quién es el candidato a la Casa Blanca.
Parece poco probable que ninguno de los dos aspirantes logre hacerse antes de esta cita con los 2.025 delegados necesarios para ser nombrado.
Será entonces cuando los llamados 'superdelegados' jueguen un papel clave en la nominación.
Un lector nos pedía ayer mismo que le explicáramos qué demonios es eso de los 'superdelegados' de los que tanto se habla y por qué son tan importantes.
Intentaremos resolver sus dudas con cinco breves preguntas y respuestas:
Al contrario que la fastuosa campaña que los candidatos realizan en cada estado, la batalla por hacerse con los votos de los 'superdelegados' transcurre entre bambalinas. Conversaciones telefónicas (incluso la propia Chelsea se pone al aparato para intentar convencer a los indecisos), peloteo, adulaciones, coba y juego de influencias son los ingredientes fundamentales de esta lucha subrepticia.
Pero ojo. No olvidemos que si algo caracteriza a estos 'superdelegados' es que tienen derecho a votar libremente, por lo que puede haber sorpresas e infidelidades de última hora. Eso fue lo que le pasó en 2004 a Howard Dean, que recibió el apoyo y las promesas de un gran número de 'superdelegados' que al final acabaron votando a John Kerry, elegido finalmente en la Convención.
Algunos periódicos han criticado la contradicción que supone su situación con respecto a los demás delegados en un sistema de votación de candidatos tan supuestamente abierto y democrático como es el americano. The Wall Street Journal, por ejemplo, ha afirmado que es una pesadilla para el partido que el candidato presidencial acabe siendo elegido por "caciques partidarios" en lugar de por sus votantes.
Mientras, el ajustado empate entre candidatos comienza a poner nervioso al Partido Demócrata. La experiencia histórica y la estadística han enseñado que cuando el partido va dividido a la Convención es más fácil que se pierdan las elecciones frente a los republicanos. Howard Dean, presidente del partido, ha empezado a plantearse la posibilidad de afrontar una 'Brokered Convention' o candidatura negociada, llegando a "un arreglo" entre ambos candidatos para evitar ir a Denver excesivamente fraccionados.
En esto consiste básicamente el papel de los 'superdelegados'. Si queréis plantearnos alguna otra duda, trataremos de resolverla.
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