Subiendo y bajando del avión, entrando en el coche y saltando al escenario, Obama adquiere otra dimensión. Te lo imaginas salvando el universo y luchando contra el mal como los inalcanzables protagonistas de las películas de intriga y acción. Dinámico e interesante, con el traje radicalmente negro, la camisa obscenamente blanca y la corbata agitada por el viento. Un héroe de cómic moderno, que se adelanta a los acontecimientos y se enfrenta al problema sin titubear ni ensuciarse la chaqueta. Si estuvieses sentado en el patio de butacas, no desearías que se encendiese la luz.