En terapia sexológica consideramos fundamental que la persona conozca bastante bien la forma en que responde a una situación sexual. Dicha situación puede producirse tanto de forma individual, como en pareja o colectivamente. El ciclo de respuesta sexual suele ser distinto para hombres o mujeres. En la consulta hemos podido comprobar que, aunque existen tendencias y generalidades —dependiendo si se es hombre o mujer—, cada persona cuenta con su propio ciclo y peculiaridades.
La excitación es la primera fase del ciclo de respuesta sexual. Cuando una persona se encuentra en una situación erótica, si no se produce ninguna interferencia, habitualmente su cuerpo responde con excitación, de una forma más o menos espontánea o automática. Empiezan a surgir manifestaciones físicas de esta fase de la respuesta sexual. En el caso del varón, el pene va creciendo y endureciéndose hasta llegar a la erección. Los testículos van ascendiendo y la bolsa que los contiene (escroto) comienza a engrosarse. Asimismo, los pezones pueden volverse más firmes y ponerse erectos. El ritmo cardiaco y la presión sanguínea aumentan, también lo hace la tensión muscular y nerviosa en general. Con todo esto, aumenta la rigidez de la erección del pene y puede llegar a su plenitud.
Eso no me gusta. Nunca lo hecho. No me apetece... Escuetas expresiones de este tipo son las que escuchamos a mujeres que incluso queriendo resolver su problema o el conflicto sexual con su pareja, no pueden evitar sentirse tensas al conectar con su intimidad hablando de sus sensaciones y sentimientos sexuales.
Son mujeres que disfrutan del sexo pero con moderación, desde luego, nada que ver con el obseso sexual que suelen ver en su pareja y prácticamente en cualquier hombre. Se lo pasan bien con las caricias, incluso el coito, si él no va demasiado rápido en la penetración, también lo disfrutan. La mayoría nunca ha experimentado un orgasmo; algunas, en alguna ocasión, incluso recuerdan haberlo tenido durante una relación sexual, coital, por supuesto. Y es que cualquier forma de estimulación genital distinta al coito vaginal, suscita sensación de incomodidad, un malestar que se traduce en el inevitable rechazo que tratan de explicar y explicarse como que a mí eso no me gusta, no me apetece o me da asco.
El término 'dogging' es un eufemismo británico para referirse a la actividad sexual que se realiza en un lugar semipúblico. La ubicación de dicho lugar es crucial para esta actividad. Generalmente se trata de lugares apartados del mundanal ruido. Puede tratarse de un bosque, de un gran parque, de unas dunas, de la playa... sitios a los que habitualmente se accede más bien en coche.
Con frecuencia se encuentran presentes —tan sólo mirando o participando activamente— más de dos personas. De hecho, puede tornarse en una situación de sexo grupal. La práctica del 'dogging' en algunas ocasiones se traduce al castellano como 'cancaneo'. Y alienta —directa e indirectamente— la práctica del exhibicionismo y del voyeurismo.
Un error muy frecuente entre las personas y parejas que acuden a terapia sexual es considerar la actividad sexual como algo que tiene que surgir de manera espontánea, haciendo alusión a que es algo natural que no requiere de ninguna atención ni preparación. Incluso llegan a pensar que si se programa pierde la gracia. Entienden el impulso sexual como una suerte de inspiración, que te posee y te conduce por los vericuetos de la inquietante interacción sexual. Y decimos inquietante porque para algunas personas el mundo del sexo forma parte del rincón misterioso del ser humano.
Por otro lado también nos encontramos personas que se centran tanto en buscar puntos eróticos y en la búsqueda del orgasmo, en fin, en las cuestiones 'técnicas', que los árboles no les dejan ver el bosque, que pierden perspectiva y no permiten que surja ese toque mágico que cualquier conducta bien aprendida tiene. Pero sobre todo, unos y otros, no tienen en cuenta que cualquier actividad que realizamos, incluida la sexual, para que sea realmente gratificante es importante tener un buen conocimiento y después dejarse llevar.
Desde hace tiempo es conocido que la práctica del ejercicio físico incrementa la liberación de testosterona. Se ha demostrado que las personas mayores de 40 años que practican algún deporte ven más activo su deseo sexual al mantener sus niveles más elevados. Y es que esta hormona facilita el deseo sexual de hombres y mujeres y su producción decae a partir de la década de los cuarenta.
Haz deporte que es muy sano, es una consigna que se nos ha venido repitiendo desde hace años. Ahora bien, con sentido común, como todo en esta vida, que tanto el exceso como la inactividad nos perjudican. También sexualmente, ¡cómo no! Y es que al fin y a la postre, todas las actividades humanas están interrelacionadas. El comer en sí mismo supone un ejercicio; no digamos el sexo. Y es que la salud, como la felicidad, es la resultante de esa combinación de actividades inteligentemente adaptadas a las circunstancias del periodo vital en el que nos encontramos.
El verano, la playa, los cuerpos al sol... Y al agua, pero ojo; es cierto, ellos se van al agua con el calzoncillo bajo el bañador. ¿De quién hablamos? De los más jóvenes, de los adolescentes y algunos pocos más. Realmente es un símbolo de cuerpo recién estrenado; llevar el calzón bajo el bañador, asomando aquel de forma que deja ver claramente su marca es un indicativo de pertenencia al club de los que están de estreno de cuerpo.
Cualquiera que conviva con adolescente, hijos, sobrinos nietos, alumnos, etc. habrá podido observarles a ellos —no a ellas— con sus bañadores caídos, como todos los pantalones en general, dejando ver sobresalir su slip. La sorpresa realmente reproduce al ver que se van al agua, da igual que sea de mar o piscina, con su doble equipo puesto. Como con cualquier fenómeno de la moda, son refractarios a argumentos racionales que son percibidos como antiguallas de mayores:
El paso de las vacaciones puede jugar malas pasadas a las parejas, no en vano Septiembre ha sido considerado como el mes de los divorcios. Y es que las vacaciones —ya se sabe—, o unen o separaran. Las relaciones de pareja no son muy diferentes a las de amistad: con los amigos pasa lo mismo, cuando vas con ellos de vacaciones o se afianzan los lazos o se agria el trato.
Para algunas parejas, que viven vidas paralelas acomodadas a su individualidad, la crisis es inevitable cuando llegan las vacaciones y tienen que ESTAR juntos e interactuar. Sobre todo si impera la comodidad, la falta de consideración y el egoísmo. En invierno el malestar puede camuflarse y achacarlo a la falta de tiempo, el exceso de trabajo…, sin embargo, cuando se dispone de tiempo y posibilidades para disfrutar, ya no hay excusas que valgan y las vacaciones sacan a flote todas las discrepancias y desencuentros.
'Más hombres y menos machos'. Ignoramos si se trata de una leyenda urbana el que este eslogan apareciera hace algunos años en vallas publicitarias de un país de habla hispana. En cualquier caso, en todos tendría sentido su publicidad, y no sólo de habla hispana sino, lamentablemente, en todo el planeta. Y es que huelga insistir por obvio, el machismo continúa siendo una lacra histórica de la que nos está costando desprendernos, retardando el progreso hacia una sociedad más saludable.
A menudo nos preguntan qué hacer para mejorar el rendimiento sexual. Casi toda la literatura científica sobre la sexualidad humana y la terapia sexológica está centrada en el tema de las disfunciones o su intervención. Podríamos decir que se trata de un ejemplo del modelo médico, el cual ha cumplido una importante función. Explica, hasta cierto punto, las causas por las que el sexo puede ir mal. Sin embargo, eso no implica que quede claro en qué consiste el buen sexo y cómo se puede potenciar el placer al máximo.
Está claro que es cuestión más bien subjetiva y que el concepto de 'buen sexo' seguramente varía de una persona a otra. De hecho, para cada individuo, en alguna época de su vida, el buen sexo puede implicar ciertos factores distintos a otros períodos. Algunos encuentros sexuales, que en su momento parecieron meramente satisfactorios, aunque no sobresalientes, en retrospectiva -a través de la lente del tiempo y la fantasía- pueden parecer mejores.
A lo largo de la historia de la humanidad se ha asociado el consumo de alcohol y drogas con la conducta sexual. De ahí que resultara interesante analizar las asociaciones que las personas establecen entre el consumo de alguna sustancia tóxica y el desempeño sexual, tanto en general como en particular. Cada una de las sustancias tiene efectos en la conducta y la experiencia sexual de la persona, así como en sus consecuencias.
Durante mucho tiempo se ha mitificado, por ejemplo, el uso de ciertas drogas para potenciar el placer sexual. De ahí, que algunas personas decidan experimentar tomando alguna droga alucinógena a la hora de mantener relaciones sexuales. Otras, igualmente, han querido intentarlo tras fumarse un porro. El alcohol muchas veces se usa para desinhibirse lo suficiente como para mostrarse socialmente más seguro: consideran que facilita el cortejo.
El cuarto oscuro o 'dark room' es un sitio ubicado en un local destinado a la participación en actividades sexuales anónimamente. El gran atractivo de este lugar es poder establecer relaciones sexuales con una persona extraña, desconectando esa situación del resto de su vida. El anonimato es básico en la motivación de la persona para participar en actividades sexuales en este tipo de lugares.
El 'dark room' era una característica de los bares estadounidenses de ambiente gay de los años 60 y 70. No obstante, se han extendido a otro tipo de lugares, como pueden ser algunos clubes de sexo, centros nocturnos, saunas, etc, tanto para homosexuales, como para heterosexuales. Cuando se ubican en un bar, también se les denomina 'cuartos traseros' o 'cuartos negros'. Los cuartos oscuros siguen siendo bastante populares en muchos bares y lugares de ambiente gay, especialmente en Europa, pero también en muchos países occidentales.
Ménage à trois es un término francés para referirse a un acuerdo en el que tres personas establecen las relaciones sexuales ocupando la misma vivienda. En un sentido más informal la expresión sirve para denominar actividades sexuales en las que participan tres personas concretamente.
En el saber popular se encuentra la perenne fantasía en la que el varón se imagina a dos mujeres teniendo relaciones sexuales entre ellas. Una extensión de dicha fantasía es la del hombre montándose un trío con dos chicas. Muchas veces la fantasía es propia de alguien a quien le apetecería abandonarse y ser agasajado por un par de mujeres hermosas. Bueno, después de todo fantasear es gratis, y en su justa medida puede añadir un toque extra a las relaciones sexuales y a la sexualidad de cada persona.
La sexualidad de cada cual tiene sus particularidades y variantes. Hay personas que se pueden abstraer por completo de su entorno y tener unas relaciones sexuales óptimas, incluso con alguien desconocido y en un lugar público, por ejemplo. Sin embargo, esto no es lo más habitual y cabe esperar que la inmensa mayoría de personas requieran de un mínimo en las condiciones que favorecen su rendimiento en las relaciones sexuales.
Las condiciones a las que nos referimos tienen que ver con cómo, cuándo, dónde... realizar las actividades sexuales en general, y en particular. También podemos hablar de condiciones que tienen que ver con el propio individuo, a las cuales podemos llamar 'intrínsecas', y las pertinentes al entorno, que pueden denominarse 'extrínsecas'.
Los clubes de sexo son sitios donde las personas pueden participar en actividades sexuales en zonas públicas. El término también puede usarse en general para referirse a locales públicos, donde la actividad sexual a menudo se efectúa en cabinas privadas. Los establecimientos de mayor tamaño pueden incluir también instalaciones más típicas de un club nocturno, de un bar o una discoteca. En algunas épocas y en ciertas ciudades han sido clandestinos o 'underground'.
En términos generales, los clubes de sexo se distinguen de los burdeles en el hecho de que en los primeros los clientes pagan por ser socios del club. Esto incluye el derecho a participar en las actividades organizadas por el mismo. Algunos clubes son exclusivamente para parejas heterosexuales, otros están dirigidos a clientes homosexuales o pueden tener alguna temática concreta. Podrían, por ejemplo, tener en común alguna práctica fetichista (cuero, atuendo deportivo, vaqueros...) o, incluso, parafílica.
Si se dice que la primavera es la temporada del amor, sin duda el verano es la época del año que evoca el sexo. En el verano muchas personas se sienten inspiradas para poner en prácticas sus deseos e inquietudes sexuales. Por lo menos en Occidente, con el verano llega el calor, los días más largos y, para muchas personas, las vacaciones también. La combinación de buen tiempo, poca ropa y asueto son suficientes para que el apetito sexual y la frecuencia de las actividades sexuales se disparen, como las ventas de crema bronceadora (y esperamos que las de preservativos, también).
Como ya comentábamos en '¿Cuáles son tus motivaciones para follar?', el sexo puede realizarse con la finalidad de cumplir distintos cometidos, y no siempre son éstos la procreación y el placer. De hecho, al igual que puede ocurrir con la comida o la televisión, por ejemplo, hay personas que utilizan el sexo para refugiarse de las miserias de su vida diaria o para evadirse de sus problemas.
Se ha comprobado que el ser humano tiene una inmensa capacidad para evadirse. Aunque esto puede cumplir una función positiva en situaciones amenazantes, también suele conducir a serias complicaciones, paradójicamente. La evasión cumple la función de actuar como mecanismo de defensa. Se presenta cuando una persona siente algún tipo de conflicto (agobio, temor, culpabilidad...) con respecto a una situación determinada y actúa como si ese conflicto no existiera. Es una paradoja que permite a la persona continuar con su vida sin tener que gestionar la situación conflictiva. Inconscientemente, cree que al ignorarla no tiene necesidad de enfrentarla.
Igual que el sexo compartido va superando los tiempos del coito con las luces apagadas, el autoerotismo también avanza desde los tocamientos culpables a la exploración erótica consciente y lujuriosa.
El buen sexo no sólo consiste en el desahogo de la descarga orgásmica. Se trata de pasar un buen rato. El mejor camino para disfrutarlo es aprender a exprimir nuestros sentidos. Esto que parece una obviedad no es tan común como podrían pensar las personas que saben deleitarse con los placeres de la vida. Algunos seres humanos viven sin pena ni gloria y tienen serías dificultades para paladear los placeres más simples.
Cuando se habla del pene, los comentarios suelen girar en torno a su longitud. En pocas ocasiones se aborda la cuestión de su forma. Curiosamente, la forma del pene puede ser más relevante que su longitud a la hora del coito.
La forma tiene una estrecha relación con el volumen. El pene de cada hombre es tan personal como su carácter. Si en su composición además incluimos la bolsa escrotal con los testículos, tenemos un conjunto muy característico. Cada hombre cuenta con unos genitales únicos. Por ejemplo, un pene grande, largo y voluminoso, puede estar acompañado de unos testículos muy pequeños. O al revés, un modesto miembro puede contar con un par de robustos testículos. También podrían coincidir un buen par de pelotas con un pene prominente, o los testículos pequeños al igual que el miembro... En cualquiera de los casos, el tamaño y la forma del pene dependen en gran medida de la herencia genética. De manera que cada hombre tiene lo que le ha tocado en el reparto genético y, sea lo que sea, ha de intentar aceptarlo positivamente y sacarle el mejor provecho posible. Cualquier situación tiene sus ventajas e inconvenientes.
El término 'sexo vainilla' se refiere en las diversas culturas y subculturas al sexo convencional. Los individuos cuentan con ideas variadas con respecto a lo que constituye el sexo convencional. Con frecuencia, se habla del sexo vainilla en contraste con otro tipo de actividades sexuales más imaginativas, atrevidas o exóticas.
La explicación de tan curiosa terminología procede del uso del extracto de vainilla como sabor básico de los helados. Esta idea cuenta con algunas vertientes. En primer lugar, la vainilla representa lo más básico. Aquello sin lo cual no se puede decir que haya habido sexo realmente. Por otro lado, se contrasta el sexo vainilla con otras opciones. Una imagen que evoca esta idea es la de alguien que al ir a comprarse un helado puede escogerlo de vainilla y quedarse con lo más básico... o puede optar por una alternativa más exótica en el inmenso universo de posibilidades. Por ello, a veces se emplea de forma peyorativa para señalar el tipo de sexo realizado por alguien que es tristemente convencional e incapaz de explorar otros contextos sexuales.
Desde el punto de vista clínico, hablamos de deseo —fase de deseo sexual— para referirnos a la experiencia subjetiva de atracción hacia el objeto sexual (normalmente, una potencial pareja sexual). Digamos que se trata del conjunto de la experiencia de atracción que se integra en nuestro encéfalo y para la que, todavía, no se conocen los registros fisiológicos específicos. En cuanto experimentamos evidencias físicas de nuestro creciente deseo (erección del pene, lubricación vaginal, aceleración del pulso, erección del vello corporal, sudoración, enrojecimiento de partes más o menos extensas de nuestra piel, hinchazón de los pechos...) pasamos a hablar de fase de excitación sexual —abreviadamente, excitación—. En buena parte de las ocasiones, permitiendo fluir la excitación se llega a la fase de orgasmo, con la eyaculación, su evidente signo externo en el caso de los varones. Si bien el deseo sexual se mantiene hasta el orgasmo, cuando hablamos de fase de deseo, nos referimos al inicio de la respuesta sexual de hombres (casi siempre) y mujeres (no siempre).
¿A quién puedo acudir? Cada vez se dirigen con más frecuencia a nuestra página web personas que desean acudir a consulta de sexología y que desean que les asesoremos sobre profesionales competentes en el tema. El fácil acceso a Internet ha incrementado este tipo de preguntas desde todos los países de habla hispana.
Hasta hace apenas 15 años, la incipiente sexología española la hemos constituido una red de profesionales que nos conocíamos personalmente a fuerza de coincidir reiteradamente en los distintos eventos nacionales de sexología (jornadas, congresos, talleres…) que unos y otros organizábamos. Incluso en el ámbito internacional —aún la red era abarcable a escala humana— manteniendo una estrecha relación personal con buena parte de los sexólogos de referencia de todo el mundo, alimentada sobre todo con nuestros mutuos encuentros en congresos internacionales de sexología. Así, era sencillo dar referencias de nuestros colegas cuando alguien nos consultaba al respecto.
Este mes de junio se puso en marcha la campaña de lanzamiento del nuevo fármaco para el tratamiento de la eyaculación precoz, la dapoxetina, que se comercializa a partir del lunes 6 de julio con el nombre de Priligy. De entrada, como es natural, se han comenzado a difundir datos sobre la prevalencia de la eyaculación precoz en España, aludiendo a que un 30% de los hombres la padecen.
El gran problema para la credibilidad de estos datos es cómo y quién los ha obtenido. Los especialistas en sexología somos conscientes de la dificultad que el diagnóstico de eyaculación precoz entraña. Los cuestionarios son de muy escasa fiabilidad, siendo clave la entrevista directa, que, únicamente si la realizan expertos en terapia sexual puede aproximarnos a la verdadera extensión del problema. Y es que, a la cantidad de tiempo que se tarda en eyacular tras la penetración (latencia eyaculatoria), le ocurre lo que al tamaño del pene: se tiene la fantasía de que debería ser mayor. De hecho, en terapia sexual con hombres preocupados por su eyaculación precoz, uno de los perfiles que encontramos es el del hombre con baja autoestima sexual que asocia ambas preocupaciones: complejo de pene pequeño e inquietud por conseguir retrasar su eyaculación.
"La forma como se vive y manifiesta la sexualidad es un factor determinante en los niveles de salud y de bienestar de las personas. Así la SEXUALIDAD POSITIVA, la sexualidad saludable favorece el bienestar y felicidad de las personas. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual está determinada por una compleja red de factores entre cuyos elementos podemos encontrar desde actitudes y conductas sexuales y otras variables psicosociales, hasta factores exclusivamente biológicos y genéticos. En el curso se ofrecen conocimientos, se trabajan las actitudes y se proponen ejercicios y actividades para la mejora de la salud sexual".
En la segunda parte del siglo XX la homosexualidad dejó de considerarse un crimen. Su retirada de la lista de enfermedades mentales dio lugar al surgimiento de un movimiento de liberación de gays y lesbianas que marcó un nuevo clima moral en Occidente. Pero nada permanece estático, y la actual Unión Europea debe enfrentarse a nuevos retos sociales, muchos de ellos relativos a su expansión hacia el Este y el conflicto con otras mentalidades.
Recientemente, se realizó un interesantísimo estudio por parte de dos científicos de la Universidad de Zagreb. Intentaron evaluar los macro-determinantes de actitudes negativas hacia las personas homosexuales en 31 países de la Unión Europea. Una de las consideraciones que motivó su estudio fue la diferencia percibida en cuanto a comportamientos y actitudes hacia las personas homosexuales en los países de la "nueva" Unión Europea, comparados con aquellos de la "vieja" UE. Hemos de decir que no es fácil encontrar estudios de estas dimensiones y características, por lo que lo consideramos de especial interés y aquí presentamos una versión muy simplificada de los resultados.
Los profesionales que trabajamos en terapia sexual, podemos comprobar cómo los humanos complicamos y reducimos innecesariamente nuestra vida. Vemos cómo muchas personas no se dan cuenta de que, para disfrutar de los placeres del sexo, debemos tener claro el papel que juega en nuestra vida, y no constreñirlo a la experiencia amorosa.
Una de las razones por las que más a menudo desaprovechamos nuestras potencialidades sexuales es por la vinculación exclusiva o excesiva del sexo al amor romántico. Está claro que amor romántico y sexo son complementarios, y que disfrutar de su simbiosis es la aspiración de cualquiera. Pero, si nuestra conducta sexual tiene que estar irremediablemente asociada al amor, vamos a ver reducida considerablemente nuestra vida sexual. Por eso es tan importante no confundir una cosa con la otra.
Cada vez resulta más evidente que la crisis económica generalizada está cambiando un gran número de costumbres alrededor del mundo. Esto incluye, asimismo, las costumbres sexuales. Por el momento no existen datos oficiales con respecto al efecto de la crisis económica y los hábitos sexuales de la población, pero quisiéramos detenernos en un interesante ejemplo: el porno.
Disfruta de las caricias.
La piel que recubre nuestro cuerpo no sólo es una magnífica barrera frente a cualquier infección. En las proximidades de los orificios corporales, ésta modifica su estructura, constituyendo lo que denominamos mucosas, y éstas, a cambio de su mejor adaptación funcional, sacrifican algunas de las propiedades defensivas. De alguna forma, compartir intimidad sexual equivale a poner en contacto nuestras respectivas mucosas. La ley del deseo, pasa por el deseo de fusión, y desde bien pronto, nos focaliza en sus orificios, su natural vía de acceso.
Una persona de tamaño medio dispone de una extensión de piel cercana a los dos metros cuadrados. Es una lástima que semejante extensión sensible, se vea reducida en demasiadas ocasiones a poco más que un escaparate o tarjeta de visita que no tiene más utilidad que servir de reclamo para esos escasos minutos de penetración. La historia que nos cuenta una chica, cuando se le pregunta sobre la situación más desagradable de su vida sexual, ilustra la poca atención que muchas personas le dan a las caricias, al disfrute de la piel, sin tener en cuenta que esa amplia extensión de nuestro cuerpo es una maravillosa antesala del clímax, un camino que precisa andarse despacio para disfrutarlo bien.
La asfixiofilia, también llamada asfixia sexual, asfixia erótica, conducta hipoxifílica, —por la hipoxia, la falta de oxigeno que produce—, es una parafilia, una práctica que busca privar al cerebro de oxigeno para incrementar el placer sexual.
En el campo de la sexología fue John Money uno de los primeros en documentar esta práctica, cuando publicó 'The Breathless Orgasm' ('El orgasmo sin aliento'). Según Money, en el mapa del amor del asfixiofílico, imágenes infantiles erotizaron el estrangulamiento, asociando el sufrimiento al placer. Estas imágenes eróticas quedaron fijadas y lo llevan a una conducta compulsiva, necesitando reducir el nivel de oxígeno cuando busca el placer sexual.
El sexo, en términos generales, puede cumplir dos fines: la procreación y el placer. Nos gustaría pensar que cada vez queda menos gente que limita sus actividades sexuales tan sólo para fines reproductivos —ya que se pierden una parte muy importante de la función sexual— y que cada vez hay más personas que ven el valor de practicar el sexo por placer. Sin embargo, existen otras motivaciones también por las que las personas deciden tener actividad sexual.
Los humanos reconocemos el placer, y la mayoría estaremos de acuerdo en que está asociado con emociones y estados de ánimo positivos. Desde una perspectiva científica, no obstante, el placer es un concepto difuso. Los estudios en distintas culturas sobre la habilidad para descodificar emociones han sugerido un conjunto de emociones universales básicas. Éstas incluyen enfado, rechazo, miedo, tristeza y gozo.
A pesar de que algunos sectores se empeñen en negarlo, tal como indicamos en Sexo y familia la realidad es que en la sociedad existen diversos modelos de familia desde hace tiempo. Entre éstas podemos encontrar las familias homoparentales, formadas por una pareja de homosexuales —hombres o mujeres— que deciden tener hijos. Este modelo familiar, aunque antiquísimo, no lo ha tenido fácil. Sus defensores se han visto obligados a luchar por el reconocimiento de todos sus derechos en la sociedad.
De entrada, el primer reto al que se enfrenta una pareja homosexual que desea formar una familia es conseguir tener un hijo o hija. En este sentido tienen que superar los mismos obstáculos que una pareja heterosexual con problemas para reproducirse. Cada vez son más quienes lo consiguen; y, en parte, la gran variedad de modelos de familia que existe está determinada por el método empleado a la hora de formarla.
En nuestra sociedad existe un importante déficit de educación sexual objetiva y adecuada. Cuando surgen debates sobre temas como el de la píldora postcoital, el embarazo, el aborto, la homosexualidad... resulta completamente evidente la enorme desinformación general que existe en España en torno a aspectos sexuales fundamentales. Ello sin mencionar todos los prejuicios que entorpecen un diálogo constructivo y maduro.
Aunque la polémica se suscita principalmente entre personas adultas, la carencia de una educación sexual adecuada es un fenómeno radicado en la infancia. En la adolescencia la necesidad se agudiza y en la edad adulta pueden vivirse muchas dificultades como resultado de la ignorancia, la desinformación y las ideas erróneas sobre el sexo adquiridas a lo largo del camino.
Participo en un foro sobre sexualidad y constantemente entran niñas de dieciocho años o menos preguntando las cosas más esenciale +
Los museos del sexo son conocidos desde hace años, los hay con cierta fama en algunas grandes ciudades, como el Museo de la Erótica, abierto en Barcelona en 1996. Un fenómeno más reciente es la construcción de parques temáticos sexuales, con la vocación de interactividad y disfrute lúdico que ofrece cualquier parque temático. En pocos años, varios proyectos de parques temáticos sobre sexo se han puesto en marcha. En la isla de Jeju (Corea del Sur), el Love Land o Jeju Loveland, que permanece abierto desde 2004. En realidad se trata de una suerte de exposición al aire libre de escultura mostrando genitales y parejas en diferentes posiciones del Kama Sutra, todo ello combinado con proyecciones de vídeos de educación sexual y dispositivos interactivos para los visitantes. El inicio del parque estuvo más bien relacionado con el hecho de ser una isla de tradición turística para las parejas de recién casados, como forma de incitar al sexo en un país en donde hasta muy recientemente han sido numerosos los matrimonios de conveniencia arreglados por las familias.
Éste es un tema del que se habla muy poco, pero lo cierto es que el pene puede fracturarse. Se trata de una situación infrecuente, pero muy dolorosa.
En el pene, los cuerpos cavernosos están cubiertos por una cápsula que soporta una gran tensión en los momentos de rigidez. La fractura de pene consiste en la rotura de uno o ambos cuerpos cavernosos, la cual, a su vez, puede unirse a una lesión en el cuerpo esponjoso. En los casos más severos puede además estar acompañada de una lesión uretral. Los datos indican que alrededor del 75% de los casos ocurren en un sólo cuerpo cavernoso, el 25% afecta a ambos lados y en el 10%, la lesión se extiende a la uretra.
En boca cerrada...
Ésta es la preocupación inmediata que nos relatan algunos hombres tras referir su problema sexual en consulta. Tal es su inseguridad que ni a su propia pareja se permiten confiarle sus más íntimas inquietudes. Una de las más habituales justificaciones es que si se rompe la pareja, fuera a contarlo a los amigos y conocidos... Y es que vivimos en una sociedad que ha convertido los asuntos de la entrepierna en lo más secreto, cuya revelación nos dejaría desnudos —como metáfora de desprotegidos— frente a un mundo hostil. No es casual que nuestra Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) sitúe a la vida sexual entre los datos especialmente protegidos, tal es la identificación de la sexualidad con el universo de lo íntimo. ¿Y quién teme a lo íntimo? Así como el desnudo preocupa en la medida en que se siente inseguridad con el propio cuerpo, la revelación de aspectos de nuestra sexualidad suscita miedo en tanto que la percibimos como poco presentable, por anormal o problemática. Algunos hombres con problemas de disfunción eréctil, eyaculación precoz o complejos con su anatomía genital —destaca sobre todos el complejo de pene pequeño— se sienten agradecidos a sus parejas porque les aceptan así como son y además asustados ante la posibilidad de que las parejas pudieran revelar su inconfesable secreto.
'La verdadera naturaleza del amor' o 'Restos humanos no identificados' es el título de una película canadiense de 1993. Originalmente fue escrita como obra de teatro por Brad Fraser. La historia del film gira en torno a la vida de un conjunto de amigos treintañeros, un grupo de chicos y chicas entre los que se pueden encontrar distintas orientaciones e inquietudes sexuales. Se hallan en una etapa de experimentación en su vida con respecto al amor y al sexo. El contexto lo proporciona Edmonton, la ciudad donde viven, en la que un asesino en serie está aterrorizando a la población.
Los abusos sexuales a niños cometidos durante décadas por religiosos en Irlanda coloca de nuevo en primer plano la hipócrita actitud de cierta Iglesia con el sexo. Hace años se estudió la adicción al cibersexo de curas y seminaristas. Éstas son algunas de sus conclusiones.
Un vibrador que cae rodando al suelo y va a parar a los pies del hijo adolescente: sorpresa y desconcierto en el hijo; turbación, nerviosismo y mucha, mucha vergüenza en la madre. ¿Qué hacer?
El fútbol es mucho más que ver a unos tipos corriendo detrás de una pelota. Es emoción, pasión... Y mirar cuerpos sudorosos ligeros de ropa tiene su aquél. Y ahí están esos futbolistas cañón que se han convertido en auténticos sex symbol... En la final de hoy, el nombre de Guardiola brilla por muchas cosas.
Un altruista sexual lo da todo: sólo quiere que su pareja llegue al orgasmo y asume un rol totalmente activo. Esa es su satisfacción sexual y llega incluso a prescindir de su propio placer. Detrás de esta conducta, que podría parecer 'una joya', en verdad suelen esconderse disfunciones.
Dejar que un menor navegue libremente por Internet equivale a permitirle que ande libremente por la calle, algo que la mayoría de padres no permitiría. ¿Qué se entiende exactamente por 'acoso? Sería una petición para participar en actividades o conversaciones sexuales, o para ofrecer información sexual no deseada.
Juan acude abatido a consulta, pues su pareja, Mónica, tras tres años de convivencia le ha dejado. Ha precipitado su decisión descubrir que Juan le ha pegado 'molusco contagioso', un tipo de infección de transmisión sexual (ITS). Parece chiste, pero no lo es.
Las prostitutas en México lo están pasando mal: la epidemia de gripe ha reducido su clientela en un 75%. Y en los rodajes de telenovelas se han suprimido los besos y las escenas íntimas. Y es que está claro que el tema de la gripe puede influir en el contacto físico, y cómo no, en el sexual.
Nuestros sexólogos lo tienen claro: como seres sexuados y amantes de la paternidad y maternidad responsable, apoyan el libre acceso a la píldora postcoital. No desean que ni los médicos, ni los farmacéuticos nos protejan. Lo mejor: una buena educación sexual para saber elegir.
El punto G femenino es un tema bastante divulgado, pero ¿qué hay del Punto G masculino? ¿Dónde está? ¿Es verdad que está en la próstata o es un mito? ¿Cómo se estimula?