¡Ésta es la nuestra!

Italia y Francia son dos equipos sin alma. A los primeros les sobra miedo y años, a los segundos les falta Zidane y Vieira. Y suerte, esa suerte que los italianos derrocharon a lo largo de un partido gris que se les puso de cara a los siete minutos, con la lesión del francés Ribery.

URS FLUEELER (EFE)

Andrea Pirlo celebra con su compañero Simone Perrotta tras transformar el penalti que puso el 0-1 en el marcador.

Incapaces de sobreponerse a su ausencia, y al penalti-expulsión que encarriló su ruina, Henry y los suyos deambularon como fantasmas sin cabeza durante más de 75 minutos.

No hubo épica, ni garra, ni chispa. La profesionalidad italiana se hizo con el partido, repartió algo de leña y se sentó a ver pasar la vida con la oreja en el Holanda-Rumania. Hubiese sido la clásica faena de aliño, pero el empeño de Francia dejó dos descosidos importantes a Donadoni, que se las verá contra España sin cimientos.

Pirlo y Gattuso, cerebro y músculo, no juegan contra nuestra selección. No puede haber mejor noticia. De Rossi no está mal, Cassano parece en periodo de rehabilitación, Bufón es una garantía… Pero con Pirlo y Gattuso mordiéndose las uñas sólo hay una cosa que temer: el roto que le pueda hacer Luca Toni, una bomba a punto de explotar, a nuestro Marchena, el artificiero con parkinson. ¡Ésta es la nuestra! O no.