Zaragoza.- Caja Inmaculada obtuvo en los nueve primeros meses del año un beneficio neto de 39 millones de euros, lo que supone una reducción del 38 por ciento respecto al mismo periodo de 2008, ha informado la caja de ahorros aragonesa en un comunicado.
El beneficio antes de impuestos ascendió a 56 millones de euros, un 26 por ciento menos, mientras que la inversión crediticia creció el 1 por ciento, hasta 8.596 millones, y los recursos de clientes aumentaron el 7 por ciento, hasta 9.385 millones.
CAI ha hecho públicos hoy estos resultados después de anunciar que estudia, junto a la Caja Insular de Canarias y Caja Rioja, con configurar un Sistema Institucional de Protección (SIP), con el objeto de reforzar su liquidez y solvencia y mejorar la eficiencia y rentabilidad de las entidades a medio plazo.
La entidad ha destacado que, "pese a la adversa coyuntura", en el primer semestre formalizó operaciones crediticias por 2.192 millones de euros, y ha resaltado su "holgada posición de liquidez", con un saldo de 1.340 millones de euros, equivalente al 12 por ciento del activo.
La ratio de créditos dudosos se sitúa en el 4,62%, por debajo de la medida de las cajas de ahorro, y la cobertura en el 57%.
Siguiendo las recomendaciones del Banco de España, CAI ha mantenido el ritmo de dotaciones de activos de 2008, en previsión del deterioro que la situación económica pueda seguir generando, por un importe hasta septiembre de 79 millones, de los que 21 corresponden a dotaciones voluntarias.
De este modo, el beneficio recurrente se mantiene al nivel del mismo periodo del año pasado, en 60 millones, con un aumento del 1 por ciento por la positiva evolución del negocio típico.
CAI ha asegurado que sus niveles de solvencia se mantienen "muy elevados", con un coeficiente de recursos propios del 12,39 por ciento, con un excedente de 369 millones de euros, y un "core capital" -uno de los ratios más utilizados para medir la solvencia y que hace referencia a los activos de mayor calidad- del 8,03 por ciento.
La entidad financiera ha afirmado que el escenario económico para lo que queda de año y el próximo "continúa siendo particularmente adverso", con descensos del Producto Interior Bruto (PIB), aunque a menor ritmo, y aumento del desempleo, lo que supone una demanda de crédito más débil y un aumento de los saldos impagados "que se transforman en dudosos y que precisan de crecientes dotaciones".
Ha señalado que los tipos de interés están en un punto de inflexión, y se espera una leve subida futura con la consolidación de la recuperación de Alemania y Francia, y subraya que la variación del IPC será negativa o próxima a cero y que los mercados de capitales siguen inmersos en un lento proceso de estabilización, lo que hace que haya un marco de actividad del negocio financiero "muy adverso".
En este contexto de persistencia de crisis económica y financiera, en el próximo año los beneficios del sector irán disminuyendo, ha agregado.
Sin embargo, la entidad considera que cuenta con "fortalezas contrastadas", como su atención preferente a la gestión de riesgos y al equilibrio financiero, que le permiten mantener el elevado nivel de solvencia, liquidez y coberturas atendiendo las recomendaciones del Banco de España para ajustar los costes de explotación y constituir fondos de insolvencias suficientes para afrontar la posible morosidad.
CAI cerró los nueve primeros meses del año con una plantilla de 1.344 empleados y una red comercial de 247 oficinas y 400 cajeros automáticos.
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