La Paz.- La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) boliviana cumple hoy el segundo día de una operación que busca eliminar el tráfico de drogas de una localidad fronteriza con Brasil, confirmó a Efe una fuente policial.
El jefe nacional de la FELCN, el coronel Óscar Nina, dijo que el operativo "Tierra Caliente" ha sido "focalizado para eliminar el narcotráfico" en la zona cercana al municipio de San Matías, a dos kilómetros de la frontera con territorio brasileño.
A esa remota y pequeña localidad arribaron el lunes de forma sorpresiva 200 policías en un avión Hércules, aparte de otro grupo de agentes que llegó a la frontera por tierra.
Nina detalló que, hasta el momento, no se obtuvieron resultados en la búsqueda de drogas, si bien se han allanado domicilios y tomado declaraciones a algunas personas sobre las que se tienen indicios de relación con el narcotráfico.
"De acuerdo con los informes de inteligencia, tenemos una lista muy amplia de personas sospechosas que podría tener algún vínculo con el narcotráfico. A fin de satisfacer nuestra necesidad de recabar información hemos intervenido varias viviendas, donde lamentablemente no hemos encontrado nada", explicó Nina.
Según la prensa local, el alcalde de San Matías, Huber Velarde Rivero, así como algunos de sus familiares y funcionarios de la alcaldía comparecieron a dar declaraciones ante la policía.
Durante la requisa, la FELCN no encontró cocaína ni dinero, un hecho que la policía alude a que la información del operativo se filtró y los presuntos implicados pudieron "ocultar evidencias".
Nina detalló que la operación boliviana contó con el apoyo de la Policía Federal brasileña que reforzó la custodia de la frontera para evitar posibles huidas.
Según el periódico El Deber de Santa Cruz, se allanaron casas de funcionarios públicos que están investigados "desde hace meses por acumulación de fortunas de dudosa procedencia".
Las investigaciones por narcotráfico en esta zona fronteriza son frecuentes y el pasado mes de abril ya se relacionó el hallazgo de siete cadáveres, seis brasileños y un colombiano, a una "limpieza criminal de personas adictas a las drogas".
Según la prensa, en 1999 se produjo una operación en el mismo municipio en el que se detuvo a una veintena de personas, entre ellas un subgobernador, a los que se imputó delitos por narcotráfico y que provocó la huida de los brasileños que residían en la zona.
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