Madrid.- El pintor irlandés Francis Bacon (1909-1992) cumpliría mañana, 28 de octubre, cien años, una efeméride por la que el artista, cuyas obras se cotizan al alza, es homenajeado con exposiciones en distintos países.
Con motivo del centenario de su nacimiento, la galería Tate Britain de Londres dedicó a finales de 2008 una gran retrospectiva -la primera dedicada a Bacon en el Reino Unido desde 1985- con 70 obras suyas realizadas en distintas etapas de su trayectoria.
Francis Bacon, reconocido como uno de los grandes pintores de figuras humanas del siglo XX, fue autodidacta al no asistir nunca a ninguna escuela de arte.
Sus inicios en la pintura fueron surrealistas, como muestra la obra "Crucifixión" (1933), pero progresivamente derivó al expresionismo, dentro del cual es considerado como máximo exponente de la escuela inglesa, y supo captar de forma visceral y desgarrada aspectos de la vida humana como la sexualidad o la violencia.
Bacon, que falleció en Madrid el 28 de abril de 1992, recurrió a elementos como el dolor, la angustia, la muerte y el sexo para realizar su obra, si bien él mismo se declaraba realista, y no tanto expresionista, y manifestó en cierta ocasión: "Cuando se es fiel a la vida, se es inevitablemente macabro porque finalmente se nace para morir".
La muestra de la Tate Britain viajó al Museo del Prado, la pinacoteca madrileña que guarda la obra de los dos artistas más admirados por el artista: Velázquez y Goya, donde permaneció entre el 3 de febrero y el pasado 19 de abril, y donde fue visitada por miles de personas al coincidir con las vacaciones de Semana Santa.
Esta exposición, asegurada por el Estado en 1.252 millones de euros, incluía obras que abarcaban casi medio siglo de creación continua, una actividad que se vio interrumpida por el fatal ataque cardíaco que el artista sufrió en Madrid.
Admirador del Prado y de los grandes maestros españoles, especialmente Velázquez y Goya, Bacon entró por la puerta grande del museo con 78 obras entre las que se encontraban dieciséis de sus trípticos más importantes, uno de ellos realizado en 1984 que no había viajado a Londres ni tampoco lo hizo posteriormente a Nueva York.
La muestra de homenaje al centenario de Bacon concluyó su itinerario el pasado verano en el Metropolitan de Nueva York, donde los cuadros se completaron con material inédito y documentos sobre la trayectoria profesional del artista.
Francis Bacon, nacido en Dublín en el seno de una familia inglesa, no tuvo una infancia fácil. Padecía asma crónica, y con 16 años fue expulsado de casa por su padre tras haberle confesado sus inclinaciones homosexuales.
Su carácter imposible le llevó a destruir, a la edad de 35 años y cuando todavía no había logrado el reconocimiento de su obra, la mayoría de sus cuadros, y fue en 1944, al acabar "Tres estudios de figuras junto a una crucifixión", cuando le llegó la aceptación de la crítica.
En España son tres los museos que cuentan con obras de Bacon: el Thyssen-Bornemisza de Madrid ("George Dayer en un espejo"), el Reina Sofía de Madrid ("Desnudo tumbado") y el Bellas Artes de Bilbao ("Figura recostada ante un espejo").
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