Montevideo.- Los partidos de los candidatos presidenciales uruguayos José Mujica y Luis Alberto Lacalle, quienes tendrán que enfrentarse a una segunda vuelta electoral en noviembre, afinan desde hoy sus estrategias para asegurarse el voto de los electores y hacerse con la Presidencia.
Tras obtener un 48,16% en la primera vuelta electoral, el oficialista Mujica aventaja de salida a su rival, el ex presidente Lacalle (28,94), pero la alianza entre las fuerzas de la oposición puede ponérselo difícil al ex guerrillero tupamaro.
Con todos los votos escrutados, a excepción de algo más de 32.000 sufragios considerados "observados", el gobernante Frente Amplio, el que postulaba a Mujica, fue el grupo más votado, con un 48,16 por ciento, en los comicios generales del domingo.
Aunque Mujica (75 años) rondó la mayoría absoluta, no pasó la barrera del 50 por ciento de los votos, como para no tener que recurrir a esta segunda vuelta electoral hacia la Presidencia, que se celebrará el próximo 29 de noviembre.
A continuación, con una notable caída respecto a los comicios de 2004, aparece el neoliberal Partido Nacional de Lacalle, con el 28,94 por ciento de los votos, mientras que el también opositor Partido Colorado, de centro-derecha, obtuvo un 16,90 por ciento, casi duplicando los resultados de hace cinco años.
Los otros dos partidos en contienda, el Independiente y la Asamblea Popular, recibieron un modesto respaldo del 2,47 y el 0,67 por ciento, respectivamente.
En principio parece casi seguro que la coalición de izquierda en el poder conservará la mayoría parlamentaria, pero será preciso aún esperar unos días hasta atribuir esos 32.000 votos observados.
Estos corresponden a ciudadanos que por alguna razón justificada no pudieron votar en su mesa electoral predeterminada, aquellos cuya identidad ofrece alguna duda y también los extranjeros residentes con derecho a voto.
La Corte Electoral tiene que certificar la validez de esos votos y por eso su escrutinio es mucho más lento.
En declaraciones a la prensa, el ministro de la Corte Electoral Wilfredo Penco señaló que "el escrutinio definitivo (de estos votos) se iniciará mañana, martes".
Los seguidores de Lacalle (68 años) hicieron caso omiso a la importante pérdida de votos registrada y pudieron bailar de alegría cuando el líder del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, ofreció su apoyo sin condiciones al ex presidente en esa segunda vuelta.
En declaraciones a la prensa, Mujica dijo que tras las elecciones de ayer "el país quedó partido por la mitad", pero rechazó la idea de que la Presidencia deba resolverse en "esa visión un tanto monárquica de dos reyes que están disputando algo" y abogó por el peso de los aparatos de los partidos en la nueva campaña.
En referencia a la decisión de los Colorados de sumar sus fuerzas al Partido Nacional o "blanco", Mujica tuvo que reconocer que para el Frente Amplio "no hay mucha oferta en el medio" con la que forjar algún tipo de alianza.
El minoritario Partido Independiente ya ha señalado que dará libertad de voto a sus militantes, mientras que la minúscula Asamblea Popular, radical de izquierdas que se desgajó del Frente Amplio, mantiene fuertes discrepancias con la coalición matriz.
No obstante, Mujica hizo un alarde de optimismo y dijo que estaba convencido de que "hay gente blanca que en la segunda vuelta no lo vota a Lacalle", a quien tachó de creerse una persona "elegida por la Providencia".
"Es como que estoy compitiendo con un candidato de Dios. No es changa (fácil)", aseveró el ex tupamaro.
Lacalle ha reclamado ya un debate cara a cara con Mujica, pero el dirigente frenteamplista sigue prefiriendo un partido de dobles en el que pueda participar su segundo y aspirante a la vicepresidencia, el ex ministro de Economía Danilo Astori, menos grandilocuente, pero también menos propenso a los traspiés demagógicos.
En coincidencia con los comicios, los uruguayos votaron sendos plebiscitos sobre la anulación de la Ley de Caducidad que dejó sin enjuiciar a los policías y militares autores de violaciones de los derechos humanos en la dictadura (1973-1985), y sobre la habilitación del voto por correo para los residentes en el exterior.
La Ley de Caducidad fue aprobada en 1986 al concluir el régimen cívico-militar (1973-1985) y fue refrendada en un primer plebiscito en 1989.
Finalmente, los uruguayos decidieron ayer mantener la ley de la impunidad, a la vez que negaron el voto por correo a sus emigrantes.
Sólo un 47,36 por ciento de los votantes respaldaron la nulidad de la Ley de Caducidad, y un 36,93 por ciento lo hicieron con la habilitación del voto epistolar.
La condición indispensable para haber sacado adelante esas dos reformas era obtener el apoyo de más del 50 por ciento de los votos emitidos.
"Los plebiscitos quedaron opacados por las discusiones de carácter político. Yo no era partidario de ponerlos juntos y creo que esa ha sido la causa fundamental" del fracaso, dijo ayer Mujica.
Sin embargo, dijo hoy el colorado Julio Sanguinetti, quien era presidente en los tiempos en que se aprobó y refrendo la Ley, lo que ocurrió demuestra simplemente que Uruguay "mira al futuro y no a los fantasmas del pasado".
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