Pasados cuatro años desde que naciera el primer lince ibérico (Lynx pardinus) en cautividad, las jaulas de los centros del Programa de Conservación Ex-situ (fuera de su hábitat) están llenas de estos felinos. Son ya incluso demasiados para el espacio del que disponen. Pues con 76 animales (40 de ellos nacidos en cautividad), se ha superado antes de tiempo el número fijado como objetivo poblacional para comenzar las reintroducciones: 60 (30 hembras y 30 machos). No hay duda de que el programa de reproducción de la investigadora Astrid Vargas ha sido todo un éxito, pero ¿está el entorno exterior preparado para recibir a los primeros de estos felinos que sean reintroducidos en la naturaleza?
Para empezar, el próximo día 26 se enviará el primer lince ibérico a Portugal. Se trata de la hembra Azahar, nacida en 2004, que será trasladada desde el Zoo de Jerez de la frontera al nuevo centro de cría en cautividad construido en Silves. Como ha anunciado hoy el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a este animal le seguirán cuatro más el 30 de octubre, y así sucesivamente hasta llegar a los 16 que formarán el grupo de fundadores a partir del cual se quiere intentar recuperar esta especie en el país vecino. "Esperamos que estos traslados a Portugal reduzcan la presión que hemos tenido en los centros", cuenta la investigadora Vargas, tras la presentación hoy de un libro técnico sobre la especie, donde también se ha referido a la apertura de un nuevo centro en Extremadura.
Con todo, por mucho que se redistribuyan animales en otras instalaciones, parece que ya ha llegado también el momento de empezar a abrir algunas jaulas para reintroducir en el bosque mediterráneo ejemplares de esta especie única, catalogada ahora mismo como en 'peligro crítico de extinción'. "Tenemos que hacer un gran esfuerzo para devolver este felino a su medio natural", se esfuerza en explicar Vargas. "No queremos los linces en jaulas".
Ahora bien, el ir por delante en las previsiones de cría en cautividad, no quiere decir que el entorno exterior que casi hizo desaparecer por completo a estos felinos haya cambiado lo suficiente para que ahora sí puedan vivir en libertad. Como explica la investigadora, la primera reintroducción de linces nacidos en cautividad sigue programada para 2010, pero la Junta de Andalucía cuenta con hacer ya pruebas con otros ejemplares en lo que queda de 2009. "Se están construyendo cercados de aclimatización", explica la investigadora, que considera que hay que actuar con suma cautela. "Lo que se pretende es realizar algunas experiencias piloto para ir aprendiendo e ir ya fuerte en 2010".
Será entonces, en 2010, cuando el programa en cautividad empiece a producir entre 20 y 40 linces por año, una circunstancia impensable hace sólo diez años cuando los investigadores contemplaban impotentes como la especie se hundía hacía la extinción. Lo que queda ahora es seleccionar las zonas de reintroducción y preparar también el entorno social para la vuelta de estos felinos. La investigadora ya va avisando de que no será fácil y que habrá muchos linces muertos: "La reintroducción conlleva mortalidad, otros proyectos de reintroducción con carnívoros han tenido una superviviencia del 30-40%, es ley de vida, no podemos esperar que los animales reintroducidos sobrevivan todos", subraya Vargas, que no deja de referirse también a las dificultades de trabajar con esta especie. "Los linces ibéricos son especialitos, son ibéricos"
Justamente, el libro presentado hoy, 'Conservación ex situ del lince ibérico: un enfoque multidisciplinar', una obra científica en el que han participado 124 autores y coautores, relata diferentes experiencias de reintroducción de otras especies de felinos y carnívoros. Entre ellas, resulta llamativo el caso del turón de patas negras (Mustela nigripes), un mustélido muy conocido por Vargas por ser el sujeto de su tesis. Como cuenta en el libro el investigador Mike Lockhart, en 1987 sólo quedaban 18 ejemplares de esta mamífero y se puso en marcha un programa de cría en cautividad para tratar de evitar su extinción definitiva. El resultado es que, entre 1987 y 2007, se han criado en cautividad cerca de 6.000 turones, de los que se han reintroducidos 2.400 en 17 espacios en el oeste de EEUU y México. Sin embargo, la recuperación ha tenido muy diferentes grados de éxito por el impacto de presas, enfermedades o la sequía, y sus poblaciones actuales representan sólo un 20% de lo que se estimaba necesario para lograr que la especie pasara de 'en peligro crítico' a 'amenazada'. ¿Por qué no se termine de conseguir la recuperación de los turones después de un éxito tan notorio en su cría en cautividad? Según Lockhart, los mayores obstáculos han sido la intervención política y el abandono de las leyes y políticas medioambientales.
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