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La imaginería religiosa española hace furor en tierra protestante

EFE
Actualizado 23-10-2009 12:51 CET

Londres.-  En medio del fuerte entusiasmo crítico y expectación popular que ha suscitado la recién inaugurada exposición que la National Gallery dedica a la escultura religiosa española de la Edad de Oro, dos veteranas galerías, una de Londres y otra madrileña, han decidido poner su propia pica en tierra protestante.

The Matthiesen Gallery se ha asociado con Coll & Cortes para presentar una exposición -con venta- hasta el próximo 29 de enero de más de treinta obras de imaginería policromada española de artistas de la talla de Alonso Cano, Pedro de Mena, Juan de Mesa, José Risueño, Juan Martínez Montañés, Pedro Roldán, José Montes de Oca, Francisco Salzillo, los "hermanos García", entre otros.

La exposición "El Misterio de la Fe: una mirada a la escultura española entre 1550 y 1750", trata de complementar, aunque sea modestamente, según reconocieron a Efe los galeristas, la titulada "Lo Sagrado Hecho Real: Pintura y Escultura de 1600 a 1700", de la National Gallery.

Y lo hace en cierto modo no sólo por la coincidencia de algunos de los nombres, la muestra conjunta de las galerías incluye más nombres, de distintas escuelas (Granada, Sevilla, Castilla, Cataluña y Navarra), sino también porque no se limita a la madera sino que ofrece también ejemplos en otros materiales como la terracota o el alabastro.

Es cierto que las piezas que ha logrado reunir la National Gallery, de tamaño natural y procedentes de museos, iglesias y catedrales- son auténticas obras maestras de grandes maestros, y las que se exhiben en la galería Matthiesen son reconocidamente de menor relieve -destinadas mucha veces a la devoción privada- aunque sean en algunos casos de las mismas manos y algunas de calidad museística.

Según explicaron Patrick Matthiesen y sus colegas españoles, Jorge Coll y Nicolás Cortés, los tres galeristas concibieron la idea de montar la exposición hace año y medio y recorrieron España y otros países, entre ellos Estados Unidos, en busca de obras que estuviesen en venta y que pudiesen ilustrar ese importante período de la imaginería española.

Por afortunada coincidencia, el director de la National Gallery, Nicholas Penny, había decidido organizar una exposición dedicada al arte religioso español con la colaboración de Xavier Bray, experto en pintura y escultura española de esa pinacoteca, que la ha comisariado.

Los galeristas decidieron entonces sumarse a ese esfuerzo, organizando en paralelo su propia muestra y financiando además un despliegue didáctico en la National Gallery sobre las sucesivas fases de elaboración de una talla policromada con ayuda de un joven imaginero llamado Darío Fernández, que ha tallado una copia del "San Juan de la Cruz", de Ruiz Gijón.

Coll&Cortés y Matthiesen han publicado un lujoso catálogo de trescientas páginas con abundantes ilustraciones en color en el que aparecen perfectamente documentadas las obras expuestas con contribuciones de distintos expertos, que explican con lujo de detalles las razones de la atribución de cada pieza, tarea siempre difícil en ausencia de contratos.

Según comentaron a EFE los galeristas españolas se ha querido que el catálogo, en edición inglesa para alcanzar la mayor difusión posible, contribuya a un mejor conocimiento de ese importante período del arte español y sirva en el futuro de "libro de referencia"-

Entre las piezas exhibidas destacan una preciosa Inmaculada de ojos azules, del último período granadino de Cano, una Dolorosa de José Risueño, de riquísimo estofado, una majestuosa "Inmaculada", de Juan de Mesa, un altorrelieve de Francisco Giralte titulado "El encuentro en la puerta dorada", un San Francisco Borja y San Francisco Javier de Pedro Roldán, y un "San Benito de Palermo", un santo de origen africano, de auténtica calidad museística.

Merecen también mención aparte las pequeñas figuras en terracota policromada de los hermanos granadinos Miguel y Jerónimo Francisco García, que representan, entre otros, a San Juan Bautista en desierto, a San Francisco de Asís con un ángel músico, o a San Jerónimo, con el correspondiente león.

Son piezas éstas de brillante factura, de un manierismo templado por la observación natural y un alto grado de realismo, que ofrecen además la originalidad de que las figuras de los santos tienen como fondo un paisaje pintado con exquisitez y maestría.

Joaquín Rábago

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