Washington.- La OEA escuchó hoy un informe menos optimista de su secretario general, José Miguel Insulza, sobre la situación del diálogo en Honduras y condenó el "hostigamiento" al que el Gobierno de facto somete a la legación brasileña en Tegucigalpa, donde se aloja el depuesto mandatario Manuel Zelaya.
Insulza, que presentó hoy un nuevo informe ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), dibujó un panorama menos positivo de la situación en Honduras que el planteado hace una semana y consideró que el diálogo está "estancado".
"Creo que hay un proceso de estancamiento en la negociación, pero es necesario esforzarse para sacarla adelante", dijo Insulza, en una sesión en la que el embajador de Brasil ante el organismo, Ruy de Lima Casaes, denunció la "tortura" a la que se está sometiendo a la legación diplomática en Tegucigalpa.
Zelaya se encuentra en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el pasado 21 de septiembre, cuando regresó al país.
De Lima Casaes relató cómo las autoridades han "intensificado" acciones como apuntar con potentes focos de luz el interior de la embajada o poner marchas militares y canciones que hacen referencia a la muerte, además de controlar la comida que llega al interior.
Al respecto, los embajadores ante la OEA mostraron su apoyo a Brasil y tras varias horas de discusiones a puerta cerrada consensuaron la declaración.
El presidente del Consejo Permanente del organismo, Luis Hoyos, reconoció que hubo "ciertas diferencias" entre los países que dilataron la declaración, pero no especificó el motivo de la discrepancia.
Al final, la OEA exigió al Gobierno de facto de Honduras, que preside Roberto Micheletti, la "finalización inmediata" de estas acciones y la retirada de "todas las fuerzas represivas" de los alrededores de la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
El Consejo Permanente de la OEA hizo, asimismo, un llamamiento para garantizar "el derecho a la vida, la integridad y la seguridad del presidente José Manuel Zelaya" y de todas las personas que se encuentran en la legación diplomática y sus alrededores.
Asimismo, pidió que se asegure la protección de su dignidad e instó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) a que haga un seguimiento de la situación y exigió al régimen de facto que respete la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y los instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
El Consejo exhortó también a "proseguir el diálogo ya avanzado en Honduras", dentro del Acuerdo de San José, iniciativa del presidente de Costa Rica y mediador en la crisis hondureña, Óscar Arias, "sin intentar abrir otros temas diferentes de aquellos contenidos en dicha propuesta".
Durante la sesión, Insulza señaló que el "hostigamiento" a la embajada y el intento del Gobierno de facto de lograr un acuerdo sobre la validez de los actos ocurridos el 28 de junio, cuando fue derrocado Zelaya, son los dos puntos que enrarecen el ambiente de diálogo.
Sin embargo, Insulza consideró "positivo" que "ninguna de las dos partes quiera abandonar el diálogo", como prueban los contactos que siguen entre el depuesto mandatario y los enviados de Micheletti.
En la sesión, el embajador de Venezuela, Roy Chaderton criticó la pasividad del organismo ante el "mequetrefe" de Micheletti que, dijo: "Se burla de la comunidad hemisférica, de la comunidad internacional, se burla de nosotros, mata, reprime (...) y ahora se da el lujo de torturar una embajada".
Chaderton advirtió que puede haber estallidos mayores en Honduras si no hay solución y afirmó que, si se dieran, la OEA regañaría a Zelaya "por haberse salido de la línea oficial de la ponderación de calma".
Por su parte, el embajador de México, Gustavo Albin, aseguró que "no es el momento para darse por vencidos, ni de hacer acopio de argumentos que desvían el verdadero objetivo de presentar una solución real y definitiva al pueblo hondureño".
En este sentido, el representante interino de EE.UU., Lewis Amselem, instó a tomarse las negociaciones como una manera de salir del "impasse actual" y no como un medio para "ganar tiempo" o, de lo contrario, el Gobierno de facto sólo conseguirá que EE.UU. "aumente las presiones", subrayó.
De Lima Casaes señaló que Brasil avisó desde el principio de la táctica dilatoria del régimen de facto para consolidarse en el poder hasta las elecciones y dejar en manos de la comunidad internacional la decisión de reconocer o no los resultados.
En cuanto a la presencia de Zelaya en la embajada, quiso aclarar que fue recibido en esa legación porque Brasil considera que es el presidente legítimo de Honduras y porque la negativa podría haber conducido a "una situación de conflicto interno que muy probablemente iría más allá de sus fronteras".
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