Cariñosa vuelta al ruedo para Paco Chaves en desangelado cierre de temporada

Madrid.-  El novillero Paco Chaves dio una cariñosa vuelta al ruedo, muy justita, hoy en el último festejo de la temporada en Las Ventas, un desangelado cierre en el que ni el ecuatoriano José Antonio Benítez, muy verde, ni Daniel Palencia, sin opciones, pudieron resolver.

FICHA DEL FESTEJO.- Tres novillos -primero, segundo y tercero-, de Mercedes Figueroa, flojo y manejable el primero, y mansos, blandos y parados los otros; uno -el cuarto- de Pablo Mayoral, más enrazado; y dos sobreros, el quinto de Hato Blanco, incómodo, y el sexto de Herederos de José Escobar, bronco y complicado.

José Antonio Benítez: media tendida y trece descabellos (silencio tras aviso); y estocada contraria y atravesada, y descabello (pitos).

Francisco Chaves: estocada (palmas); y estocada (aviso y vuelta tras petición en el límite).

Daniel Palencia: dos pinchazos, bajonazo que enhebra, estocada tendida y atravesada, y seis descabellos (silencio tras aviso); y dos pinchazos y media tendida (silencio).

Antes de romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del torero, periodista y escritor, crítico taurino del diario "La Razón", Juan Posada, fallecido esta semana en Madrid.

La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde otoñal.

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REBAJAS DE FINAL DE TEMPORADA

Festejo con muy poca historia. Tres novilleros, dos de ellos debutantes, Juan Antonio Benítez y Daniel Palencia, ambos sin redondear nada, y otro, Paco Chaves, protagonista a la postre con una vuelta al ruedo muy justita, cosechada más que por los méritos, por lo que pueden ser las rebajas de final de temporada.

Benítez evidenció el escaso rodaje que atesora, muy verde todavía, motivo por el que frente a su primer novillo, el único que más o menos se dejó torear, llevó a cabo una faena de lo más anodina.

Muleteó el hombre por los dos pitones, pero con poco acople y sin decir nada. Además se eternizó con el descabello.

El cuarto tuvo más raza, y aunque fue peligroso por el pitón derecho, tuvo mejor aire por el izquierdo, aunque sin continuidad. Benítez, de nuevo a la deriva en una faena sin poso en la que lo intentó al natural pero con un toreo destemplado y de poco ajuste.

El primero de Paco Chaves "cantó" su condición de manso nada más salir de chiqueros, buscando insistentemente la salida, incluso saltó al callejón.

Y lo que apuntó el novillo en los dos primeros tercios, se corroboró en la muleta. No colaboró nada: muy tardo al arrancarse, y cuando lo hizo, siempre con el freno echado, quedándose muy corto y sin humillar.

Chaves anduvo con él lo que se dice digno. Bien en el saludo de capote con verónicas a pies juntos. Muy fácil y variado en banderillas, fue lo mejor de su labor. En la muleta puso mucha voluntad el hombre, pero la condición del animal echó por la borda todo el esfuerzo.

Sin embargo la misma disposición y, sobre todo, el espadazo final, le valió una vuelta al ruedo en el cuarto, aunque la labor que llevó cabo, sobre la base del valor y la disposición, tuvo también altibajos.

No brilló en banderillas como en su anterior labor, y a la faena de muleta le faltó principalmente limpieza, demasiados enganchones, también debido al molesto calamocheo del astado. En su haber destacar algún pase suelto a derechas, y sobre todo, la quietud que mostró en todo momento.

Final por manoletinas, y, ya está dicho, efectivo con la espada. Le pidieron la oreja -mayoritariamente sus paisanos de Badajoz-, pero hubiera sido demasiado.

El tercero, primero del lote de Palencia, fue novillo manso y parado, siempre con la cara alta y frenándose a mitad de la embestida. El alicantino instrumentó un trasteo voluntarioso, es decir, que lo intentó pero sin resolver. Y mal, muy mal, en la suerte suprema.

El otro sobrero que se lidió en la tarde, el sexto, de José Escobar fue imposible. Muy bronco apenas tuvo un pase, pero Palencia también anduvo un tanto perdido, sin llegar a hacer nada relevante.