Cosmética barata, efectiva y con sentido del humor

El mundo de la belleza y la cosmética tiene claros ‘dueños’ que monopolizan todo el mercado desde hace décadas. Entre el Grupo L’Oréal (Cacharel, Biotherm, Kérastase, Armani, Lancôme, Body Shop...), Procter & Gamble (Olay, Johnson’s, Gillette, H&S) y Unilever (Rexona, Sunsilk, Pond’s, Dove), más o menos, se reparten todo el pastel del lujo y del gran consumo. Estos gigantes han ido adquiriendo firmas que han pasado a depender de esas multinacionales para bien o para mal, ganando posicionamiento internacional pero quizás perdiendo parte de su autenticidad. Sin embargo, aún quedan reductos de marcas que conservan toda su personalidad, reductos de lujo -y precios asequibles- de la belleza más original del mercado.

Y esa originalidad se la deben a sus creadores, que han conseguido alejarse de la norma general de otras firmas, creando productos verdaderamente especiales y llamativos. Podríamos hablar de nuevo de cosmética nicho, la más exclusiva del momento, pero no siempre adalid del lujo más inasequible. Son los nuevos clásicos de la belleza, que nada tienen que ver con el modus operandi de esta lucrativa industria.

Una de las últimas en aterrizar en España es Byredo, una firma de perfumes con sede en Estocolmo y cuyo fundador, Ben Gorham, nada tiene que ver con los antiguos maestros perfumistas. Él es diseñador, pero por avatares del destino acabó asociándose con tres ‘narices’ de renombre internacional, Olivia Giacobetti, Jerôme Epinette y Michel Almirac. Él se encarga de proporcionarles inspiración gracias a su pasión, viajar, además de todo el diseño de la línea. Desde luego que Ben es todo un outsider en esto de la cosmética: joven, guapo (hijo de canadiense e india, de ahí sus rasgos tan exóticos), moderno, tatuado... Eso sí, sus perfumes sólo los venden en puntos muy seleccionados y no bajan de los 115 euros, aunque desde luego que no habrás olido nada tan especial en años. Las pocas referencias de Byredo, unas 10, son casi todas unisex y evocan lugares y sensaciones nada más desenroscar el tapón de sus minimalistas frascos.

Desde Israel nos llega Yes to Carrots, una firma que apuesta por los productos orgánicos, baratos, efectivos y con sentido del humor. Sus fundadores son Ido Leffler y Lance Kalish, y también distan mucho de la imagen de duros empresarios del mundo de la cosmética. Como su propio nombre indica, Yes to Carrots tiene mucho que ver con las zanahorias ya que se sirve de la eficacia de los betacarotenos que contiene para enriquecer sus productos; los barros del Mar Muerto son el otro activo. Es una gama unisex, compuesta casi en su totalidad con ingredientes bio y que encima no es en absoluto cara. Ya se distribuye en una veintena de países en todo el mundo, y en España los podemos adquirir en exclusiva en Sephora. Puedes teñir de color zanahoria todo tu cuarto de baño, empezando por las referencias de ducha, continuando con cabello, labios y faciales.

Dos son también los fundadores de Malin+Goetz, un par de modernos que se aprovecharon de toda su experiencia adquirida en multinacionales para crear su propia firma de cosmética. Matthew Malin y Andrew Goetz crearon su marca en Nueva York en 2004 con la idea de ofrecer productos efectivos, fáciles de utilizar, aptos para hombre y mujer y con una imagen sencilla y minimalista. Malin+Goetz no ofrece milagros sino soluciones sencillas y cuidados básicos de primera; su idea es simplificar la vida a los usuarios no obligándoles a comprar muchos productos sino sólo unos pocos esenciales para el cuidado diario. Katie Holmes, Jennifer López o Elton John son usuarios de esta casa de origen bastante nicho, lo cual no quiere decir que tenga precios desorbitados.

El caso de Benefit Cosmetics es muy especial ya que, a pesar de pertenecer desde hace tiempo al grupo LVMH conserva toda su esencia vintage intacta. Sus fundadoras son las gemelas Jean and Jane Ford, que comenzaron con una pequeña tienda de cosméticos en San Francisco en los 70 con productos tan especiales como Benetint. Éste nació a petición de las strippers de la ciudad, que demandaron a las hermanas Ford un producto que sirviera para colorear sus pezones; hoy es un colorete muy especial que aporta un rubor único y muy natural a quien lo utiliza. Con esta base, nos podemos imaginar cómo son el resto de las referencias de Benefit, todas ellas con un packaging muy especial y nombres muy divertidos. En definitiva, un excelente maquillaje a precios razonables y capaz de ponernos de buen humor. Como anécdota, en una presentación que de la marca que se hizo en Londres para presentar la marca en Europa, las hermanas crearon un jingle en directo, y allí mismo lo cantaron e interpretaron ante la mirada atónita de los asistentes. Vamos, que no son las típicas ejecutivas agresivas de multinacional.

Por último, una firma recién nacida, Fred Ferrugia, llamada como su propio fundador, un maquillador que ha trabajado para grandes casas como Lancôme y que ahora vuela solo. De nuevo la imagen de su dueño y su producto son muy del siglo XXI y poco tienen que ver con la belleza como antes la concebíamos. Esta línea de maquillaje tiene una imagen muy vanguardista y Mac (el diseñador del packaging es nada menos que Ora Ito, y su creador lo que ha buscado ante todo es satisfacer las exigencias del comprador actual. Sus productos tienen una aplicación tan sencilla que los podemos usar con el dedo y sin necesidad de espejo gracias a sus novedosas texturas. Además, su cómodo formato con plaquitas en forma de abanico permite ir añadiendo productos según lo que vayamos necesitando sin ocupar mucho espacio. Fred asegura que su maquillaje es unisex ya que es tan discreto y moderno que un hombre lo puede llevar encima sin hacer el ridículo tanto por su efecto natural como por su envase tan aséptico. Desde luego no es lo mismo sacar de la bolsa del gimnasio esto que ponerte los meteoritos de Guerlain con una brocha. La podemos adquirir en Sephora o a través de su página web, y alucinarás con lo baratas que son todas sus referencias.